Según datos difundidos por el Servicio Electoral de Chile (Servel), los independientes alcanzan casi un tercio de los 155 escaños de la Asamblea Constituyente (48), en el contexto del acto electoral celebrado el pasado fin de semana (15 y 16 de mayo) y que fue designado como “megaelecciones”, ya que, además de a la Constituyente los casi 15 millones de chilenos con derecho a voto eligieron gobernadores, presidentes de comunas (municipios) y concejales.
En la Constituyente, que tiene 17 escaños reservados para los pueblos originarios y tiene paridad entre hombres y mujeres, la lista Apruebo Dignidad (que incluye al Partido Comunista) obtuvo 28 escaños y Apruebo (del Partido Socialista y otros de centro izquierda, por así decirlo) alcanzó los 25.
La derecha, representada por la lista unitaria de Vamos por Chile ‑apoyado por el presidente Sebastián Piñera- tuvo que obtener al menos un tercio (52) de los representantes para poder incidir en el contenido de la nueva Carta Magna y los artículos de veto, pero fue no más de 37.
Este hecho, el alejamiento de la derecha de la redacción de la Constitución que sustentaba en la “democracia” los principios de Pinochet y el neoliberalismo, fue uno de los elementos más destacados en los análisis políticos de ayer.
La otra fue la gran representación obtenida por las candidaturas independientes ‑que las encuestas y, según la prensa, los comentaristas no previeron, pero que la revuelta popular que comenzó el 18 de octubre de 2019 dejó en el aire: hubo saturación con la derecha , con los herederos del pinochetismo y también con quienes han convivido con ellos a lo largo de los años.
Todavía es curioso cómo, tras el plebiscito del año pasado, algunos analistas ya no parecían ni recordar todo el proceso de lucha en las calles que condujo al escenario actual y ahora hablan de “malestar con la política tradicional”, “saturación” y otras cosas. como eso.
Pérdidas de la derecha también en los municipios
Por lo que se puede ver en las páginas de resultados de Servel, no es solo la Constitución de 1980 lo que los chilenos quieren borrar del mapa con el apoyo de los independientes, corriendo con la derecha más rezagada. En cuanto a municipios, los independientes obtuvieron 105 de 345; los partidos de la Unidad Constituyente (centro y centro izquierda) obtuvieron 128; solo después Chile Vamos (derecha), con 88
La derecha perdió algunas comunas (municipios) emblemáticos de las regiones Metropolitana y Valparaíso, las más importantes del país. En la capital, los comunistas Daniel Jadue e Irasí Hassler ganaron en Recoleta y Santiago Centro, respectivamente. En Valparaíso, Macarena Ripamonti, del Frente Amplio, ganó en Viña del Mar, un feudo tradicional de la derecha.
En lo que respecta a los gobernadores regionales, este es un cargo nuevo (que reemplaza al intendente) y, como tal, no existe un término comparativo. Solo tres de los gobiernos regionales ya están decididos: Valparaíso (Frente Amplio), Aysén (Partido Socialista) y Magallanes (Independiente). Los 13 restantes pasan a una segunda ronda, el 13 de junio.
La participación – 6 458 760 votantes (43,35%), según revela Servel – ya era esperada, en un país donde la abstención suele ser alta (más aún en las elecciones locales) y en un contexto marcado por las condiciones del Covid-19.
¿Y si Chile se convirtiera en la tumba del capitalismo?
por ALBA GRANADA NORTH AFRICA COORDINATION
La victoria electoral del 15 y 16 de mayo en Chile para una Asamblea Constituyente y las elecciones regionales y municipales marcan un rechazo total de los partidos del régimen pinochetista de los últimos 30 años, de la derecha y la “concertación” que son los principales perdedores de estas elecciones. La clase política es hoy el enemigo número 1 del pueblo.
La fuerte abstención es uno de los primeros datos centrales: menos que el plebiscito, expresa un rechazo total de los partidos políticos durante 30 años en el poder.
Los principales beneficiarios de este terremoto (al que están acostumbrados los chilenos) fueron:
- El “fenómeno” de los independientes, y en particular de la Lista del Pueblo, un programa sin delimitación de clases ni socialista. Al igual que el Partido Comunista – Frente Amplio(PC-FA), fueron los principales “nuevos” con alrededor del 40% de los votos.
- El PC-FA ha ganado varios ayuntamientos a nivel nacional, como el importante ayuntamiento de la capital Santiago de Chile y Recoleta.
- Es un repudio de los partidos del régimen, con la esperanza de los “ciudadanos” de redactar una nueva constitución, y poner fin a los abusos que han reducido el papel del Estado a un mero agente subsidiario del capital, que dio concesión gratuita de tierras, ríos y mares a los grandes capitales, la mercantilización de la educación, la salud y la seguridad social con fines de lucro inmediato.
- El resultado expresa un estado favorable a la “izquierda” en el país, y también es la expresión legítima de lo que fue la rebelión popular iniciada en 2001, 2006, 2011 y 2019 por los estudiantes de secundaria (véase el mochilazo y pinguinazo “La Asamblea Manda”).
Sin embargo, el poder de la presidencia, el cuerpo militar ‑policial y el poder económico seguirán gobernando día a día. Es por eso que la clase trabajadora y el pueblo deben organizarse, tomando el camino que se abrió en octubre, y continuar con todas sus demandas.
Frente Amplio, que sale fortalecido, fue uno de los “cocineros” del Acuerdo de Paz e incluso llegaron a aprobar las leyes de criminalización que quería Piñera. El Partido Comunista, que denunció la cocina, terminó legitimando todas estas trampas. El fenómeno de los “independientes” (lista del Pueblo) es por el momento un programa de reformas sociales en el marco del régimen. ¿Serán los garantes de las demandas populares?
Esta convención no resolverá las contradicciones que se han abierto con la rebelión popular. El pueblo exige plena soberanía popular y económica.
Históricamente, cada derrota de la derecha desencadena la conspiración para ennegrecer el cuadro, y probablemente no será una excepción esta vez.
Sin embargo, la magnitud de la correlación de la fuerza hace que sea altamente improbable y confiere tiempo, espacio y legitimidad política al diseño de medidas de autodefensa.
Por lo tanto, debemos aprovechar esta derrota de las partidos pinochetistas para organizar la lucha y las demandas de los trabajadores y estudiantes: conquistar el fin de la AFP (fondo de pensiones), garantizar la educación y la salud pública, la libertad de los presos políticos, poner fin a la impunidad y obtener el juicio y castigo de los opresores, la nacionalización de recursos como el cobre, el agua y el litio bajo gestión y control de los trabajadores y las comunidades, el retorno de la tierra al pueblo mapuche y el derecho a la autodeterminación de los pueblos originarios.
Piñera no puede gobernar ni un día más. El nuevo escenario, que se abre con la dura derrota de los partidos que gobernaron Chile durante 30 años, requiere que sea esencial reanudar la movilización y auto-organización de la clase trabajadora y del pueblo.
Fuente: Abril Abril /ALBA GRANADA NORTH AFRICA COORDINATION