Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 7 de mayo de 2021.
No es nuevo que en medio de la lucha popular, donde colombianos y colombianas de a pie, ponen el cuerpo y también la vida en su repudio al régimen uribista, aparezcan de pronto los que quieren sacar rédito de ese esfuerzo. Son los «demócratas», blanquitxs, con ropas caras y modales delicados. Casi todxs ellxs has usufructuado de cargos gubernamentales y ganado buenas sumas de dinero. O sea, son totalmente diferentes en lo que hace a clase social a los que están en la calle manifestándose y peleando contra la brutalidad represiva del Esmad o el ejército.
Sus nombres son conocidos; Sergio Fajardo y Carlos Amaya, los senadores Jorge Enrique Robledo y Antonio Sanguino, la representante Ángela María Robledo, el exsenador Juan Manuel Galán, el exvicepresidente Humberto de la Calle y el exministro Juan Fernando Cristo, entre otros. A todos ellos se les ocurrió la «idea salvadora» de ir a encontrase con el dictador Iván Duque, hijo putativo de Uribe Vélez y en nombre de pedir «firmemente» que «cese la violencia» abrir una puerta al diálogo.
Duque contento de recibirlos ya que la delegación le tira un salvavidas para poder seguir hablando de dialogar «con los ariscos y revoltosos» que pululan por todo el país. Los de la Coalición, conformes también porque pudieron posar para la foto de los «grandes» y censores medios del establecimiento, y demostrar que eso de apagar fuegos a ellos y ellas les viene como anillo al dedo. Algo similar se vio en el Chile de Piñera, cuando más arreciaba la Revuelta popular, la partidocracia aceptó sentarse a dialogar con el dictador y si bien no lograron que la gente abandonaran las calles, sí pusieron paños tibios para que las protestas ya no fueran tan bien vistas por algunos temerosos y arribistas que nunca faltan.
Pero volvamos a esta «Coalición de la Esperanza». Indudablemente quieren aparecer como generalmente lo intenta la Iglesia, es decir transmitiendo una imagen de «intermediación entre las partes», aunque a la hora de la verdad, estos que este viernes visitaron la Casa de Nariño, están pensando en clave de futuras conveniencias electoraleras.
Los líderes «opositores» pidieron al presidente Duque desplazarse a Cali para escuchar las inquietudes de los manifestantes, pero el dictador dijo que tal posibilidad la estaba evaluando y es muy difícil que la concrete.
Igualmente le plantearon que es necesario que escuche al pueblo porque el «incendio social» que vive Colombia, «el más grande en décadas» según expresó Juan Fernando Cristo, porque hay que dar una solución real a los diferentes problemas sociales y que se han venido aplazando desde 2019.
Otros integrantes de la Coalición de La Esperanza agregaron que se le manifestó al Presidente que «repetir la Conversación nacional» como en 2019, llevará solamente a aplazar las salidas nacionales, que se requiere un cambio de rumbo y que lo más importante es recuperar la confianza en las instituciones, función que dijeron, le corresponde directamente.
Tras insistir en que hay que parar la violencia para poder facilitar un diálogo fructífero, sostuvieron que con las mismas inquietudes que entraron a la Casa de Nariño, salieron. O sea, con los bolsillos vacíos.
Sin embargo insistieron que es con el Comité Nacional del Paro con quién se debe hablar para encontrar una salida ya.
Humberto de la Calle, en una versión colombiana de la «teoría de los dos demonios», planteó: “Consideramos de manera vigorosa los excesos de la fuerza pública… hemos visto escenas de descontrol que deben ser castigadas. El presidente debe asumir el liderazgo directo de las fuerzas armadas para que cesen los ataques a la población que se ha manifestado de manera pacífica», indicó. Presuroso agregó que «creemos también que son inaceptables las agresiones contra la fuerza pública, así como los excesos en el derecho a la protesta»
Por su parte el ministro del Interior, Daniel Palacios, dijo que en medio de las diferencias se encontraron puntos de convergencia. Tras reiterar su llamado a levantar los bloqueos pidió a los miembros del Comité del Paro Nacional reunirse hoy, tal cual estaba programado. Sin embargo, voceros de dicho Comité rechazaron esa invitación gubernamental.
Por su parte el alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, calificó el encuentro como fructífero e instó al Comité Nacional del Paro a reunirse hoy mismo. Reveló que ya se tuvo una primera reunión confidencial esta semana y en la misma se acordó un nuevo encuentro para el lunes, pero que el Presidente Duque y su vicepresidente Martha Lucía Ramírez quieren que se adelante el encuentro para encontrar una solución inmediata.
Como se ve, algo se mueve en el Palacio para difuminar la protesta de la calle, ahora habrá que ver cuanto de resto tiene esta última para no ceder en sus reclamos y seguir llenando de pueblo las plazas de todo el país. Lo hecho hasta ahora es impresionante en lo que hace a demostrar que con su lucha tanto Duque como Uribe han quedado expuestos como lo que son: una banda criminal.