En Bogotá durante las protestas contra el Gobierno, un grupo de indígenas derribó ayer la estatua del conquistador castellano Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de la capital colombiana en medio de las masivas protestas contra el gobierno de Iván Duque.
Los manifestantes ondeaban en la madrugada banderas guambianas, de los pueblos originarios del departamento del Cauca (suroeste), con los colores fucsia, azul, blanco, y negro.
La estatua no gritó, no lloró, nadie quedó huérfano, esa estatua no era no papá ni mamá.
Pero el asesinato de más de 190 líderes indígenas en el gobierno de Ivan Duque sí dejó huérfanos, gritos, torturas, dolor y llanto.
Preocupense por lo importante.
Viva el #ParoNacional7M pic.twitter.com/bG9zKhxLQU— Martha Peralta Epieyú (@marthaperaltae) May 7, 2021
Jiménez de Quesada nació en la Andalucía recién conquistada por la nobleza castellana; algunos cronistas lo sitúan en Córdoba y otros en Granada en 1509. Aquí llegó su padre (llamado Luis o Gonzalo) para ejercer la abogacía como parte del aparato judicial de los conquistadores castellanos de Andalucía. Él haría lo propio en América.
“El más grande masacrador, torturador, ladrón y violador”
“Fue históricamente el más grande masacrador, torturador, ladrón y violador de nuestras mujeres y nuestros hijos”, indicaron los indígenas en un comunicado. De acuerdo al texto, “familias élite” de Colombia que “han reproducido los grandes problemas” del país descienden de Jiménez de Quesada. Entre los supuestos “problemas” destacaron “la reforma tributaria presentada hace unos días por el gobierno”.
Fuente: DW
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.