Cuba. El abismo entre inmoralidad y coraje

Cuba. El abis­mo entre inmo­ra­li­dad y coraje

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de mayo de 2021. 

En Twit­ter, el can­ci­ller cubano Bruno Rodrí­guez Parri­lla escri­bió: «Gobierno de Biden man­tie­ne a Cuba en la lis­ta de paí­ses que no coope­ran en la lucha con­tra el terro­ris­mo. Sor­pren­de e irri­ta la calum­nia y que apli­que la polí­ti­ca de Trump y sus 243 medi­das de bloqueo»

Por defi­ni­ción, la inmo­ra­li­dad supo­ne actuar u obser­var con­duc­tas que aten­ten con­tra los valo­res y creen­cias de la socie­dad, y cuan­do se dan ejem­plos de actos inmo­ra­les se men­cio­nan men­tir, robar, enga­ñar, esta­far, trai­cio­nar, ser des­leal, etcétera.

Cuan­do menos, la inmo­ra­li­dad irri­ta. Y, no es solo el Gobierno cubano —como decía una agen­cia noti­cio­sa— el que se mos­tró «irri­ta­do», tam­bién lo está el pue­blo de esta nación sobe­ra­na, y mucho, y deben estar­lo los esta­dou­ni­den­ses que en algún momen­to cre­ye­ron que su pre­si­den­te Joe Biden daría rever­so a las polí­ti­cas absur­das, irres­pon­sa­bles y ver­gon­zo­sas impues­tas de mane­ra revan­chis­ta con­tra Cuba, por su ante­ce­sor Donald Trump.

El Depar­ta­men­to de Esta­do, que aho­ra diri­ge Antony Blin­ken, hizo suyo lo que Mike Pom­peo con­si­de­ró en mayo de 2020 un rega­lo a los mas­ti­nes anti­cu­ba­nos de Mia­mi, al man­te­ner a Cuba a la lis­ta de los paí­ses que no cola­bo­ran con la supues­ta lucha de Washing­ton con­tra el terro­ris­mo. Enton­ces, el jefe de la diplo­ma­cia impe­rial trum­pis­ta no paró mien­tes y lo con­vir­tió en enero de este año 2021 — y como últi­mo agra­vio hacia la isla-archi­pié­la­go — , en lo que pre­su­mió «tiro de gra­cia», como jus­ti­fi­ca­ción para una polí­ti­ca de blo­queo total que le ha falla­do a Esta­dos Uni­dos duran­te más de 60 años: til­dar a Cuba de país patro­ci­na­dor del terrorismo.

Aho­ra, la admi­nis­tra­ción Biden se mon­ta en ese carro de la igno­mi­nia, de las men­ti­ras y del enga­ño, de la esta­fa a la opi­nión públi­ca esta­dou­ni­den­se y mun­dial, y de mane­ra des­hon­ro­sa se une a la hipo­cre­sía, en un inten­to de ejer­cer pre­sión sobre un pue­blo que está dan­do ejem­plo de resis­ten­cia en medio del feroz blo­queo y los dolo­res per­so­na­les, a la salud y a la eco­no­mía, que cau­sa una pan­de­mia mundial.

En Twit­ter, el can­ci­ller cubano Bruno Rodrí­guez Parri­lla escri­bió: «Gobierno de Biden man­tie­ne a Cuba en la lis­ta de paí­ses que no coope­ran en la lucha con­tra el terro­ris­mo. Sor­pren­de e irri­ta la calum­nia y que apli­que la polí­ti­ca de Trump y sus 243 medi­das de bloqueo».

En las actua­les cir­cuns­tan­cias, nos vie­nen las preguntas:

¿Par­ti­ci­pa ya el Depar­ta­men­to de Esta­do de Blin­ken en el jue­go ama­ña­do de la intran­si­gen­cia que, des­de la Flo­ri­da, arre­me­ten con pla­nes de sub­ver­sión y sucia pro­pa­gan­da con­tra Cuba?

¿Es una deses­pe­ra­da acción para tra­tar de impe­dir que la comu­ni­dad inter­na­cio­nal —de mane­ra abru­ma­do­ra, dig­na, hones­ta y jus­ti­cie­ra— vuel­va a recha­zar
el blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro cuan­do la Asam­blea Gene­ral de la ONU juz­gue y con­de­ne esa polí­ti­ca de Washing­ton, el pró­xi­mo junio?

¿O aca­so tam­bién enar­bo­la­rá el gobierno del actual man­da­ta­rio «el cam­bio de régi­men» como obje­ti­vo final para la sór­di­da medi­da que aca­ba de abra­zar como suya?

¿A dón­de lle­ga el cinis­mo de la Casa Blan­ca al man­te­ner a Cuba en su frau­du­len­to regis­tro de paí­ses que no coope­ran en la lucha con­tra el terro­ris­mo, cuan­do el terro­ris­mo con­tra Cuba ha teni­do base en Esta­dos Uni­dos, se ini­ció des­de los pri­me­ros momen­tos del triun­fo de la Revo­lu­ción, sus eje­cu­to­res fue­ron orga­ni­za­dos, entre­na­dos y paga­dos por la CIA, y han deja­do una este­la de 3 478 falle­ci­dos y 2 099 inca­pa­ci­ta­dos, has­ta mayo de 1999, como reco­ge la Deman­da del pue­blo de Cuba al Gobierno de Esta­dos Uni­dos por daños humanos?

La gue­rra des­ata­da por Esta­dos Uni­dos con­tra la Revo­lu­ción Cuba­na, con­ce­bi­da como polí­ti­ca de Esta­do, no se ha dete­ni­do y Washing­ton con­ti­núa sien­do cóm­pli­ce de crí­me­nes como el aten­ta­do come­ti­do el 30 de abril del 2020, al ampa­ro de la madru­ga­da, por el ciu­da­dano de ori­gen cubano Ale­xan­der Ala­zo Baró, quien dis­pa­ró 32 veces con su fusil semi­au­to­má­ti­co con­tra la Emba­ja­da cuba­na, ponien­do en peli­gro las vidas de diez fun­cio­na­rios que se encon­tra­ban en el edi­fi­cio situa­do a pocas cua­dras de la Casa Blan­ca, e «hirien­do» al ergui­do José Mar­tí que cus­to­dia, hon­ra y dig­ni­fi­ca nues­tra sede diplomática.

El Depar­ta­men­to de Esta­do que aho­ra rati­fi­ca su tram­po­sa lis­ta guar­da silen­cio sobre ese aten­ta­do de hace solo un año. Dicen que el que calla otorga…

Para «lim­piar­se» de su pro­pia mugre, la admi­nis­tra­ción Biden inten­ta con­fun­dir a «inge­nuos» ase­gu­ran­do que cam­biar la polí­ti­ca hacia Cuba no es prio­ri­dad en su agen­da, pero la deci­sión de este 25 de mayo apun­ta a que tam­bién apues­ta a apro­ve­char una cri­sis cier­ta que ate­na­za a nues­tra peque­ña nación.

Es la des­ver­güen­za cóm­pli­ce. Pero olvi­da lo que 12 de sus pre­de­ce­so­res com­pro­ba­ron —aun­que no todos reco­no­cie­ron — , que inver­sa­men­te pro­por­cio­nal a nues­tro tama­ño geo­grá­fi­co es el volu­men del cora­je de Cuba y su gente.

Fuen­te: Juven­tud rebelde

Itu­rria /​Fuen­te

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