Por Ana I. Bernal-Triviño, Resumen Latinoamericano, 27 de mayo de 2021.
El machismo está muy revoltoso. Comparto noticias sobre el asesinato de seis mujeres y un menor por violencia de género y, en las redes, como respuesta, no paran de llegarme tuits sobre Rocío Carrasco.
Las mujeres asesinadas, sus hijos e hijas, merecen un respeto y no esta escalada de odio contra quienes lo sufren. No pongáis más cosas de Rocío Carrasco bajo los nombres de las asesinadas, porque el odio que tenéis hacia el caso de Carrasco lo usáis para desacreditar al resto de las víctimas. Y eso es jugar muy sucio.
Sí, me he leído este reportaje de El Mundo y, como profesora, no lo pondría en mi facultad como ejemplo de buenas prácticas. Lo que dice el titular y lo que se indica en el reportaje dista bastante entre sí.
Me centro en dos aspectos del reportaje. Uno, que no denunciara en un juzgado de Violencia de Género. Es una estrategia de su abogado, evidentemente. Dos, que Carrasco no mencionó los casos de maltrato físico que sí cuenta en el documental. No cuesta mucho pensar que si ella denuncia malos tratos psicológicos, se centre en ellos. Porque eso es lo que puede demostrar con los titulares en prensa y los platós de televisión. Porque ese maltrato psicológico, además, ocasiona el alejamiento de su hija e hijo, según acreditan los informes. Es ahora, tras la emisión del documental, cuando han aparecido testigos de sus agresiones físicas. Yo entiendo que un titular que indique «contradicciones de Rocío Carrasco» genera visitas en la red, pero no hay nada más, puesto que el resto está acreditado con informes.
Y sí, también he leído lo del juez Vázquez Taín, que me habéis mandado 400 veces. Cada uno que elija sus jueces de referencia y fuentes. En mi caso, para documentarme sobre el caso Carrasco, han sido juezas y abogadas de violencia de género, que no es la especialidad de Taín. De hecho, aparte de sus casos más mediáticos, también lo recuerdo por ser instructor y participar, casualmente, en una docuserie sobre una menor asesinada, emitida en Antena Tres, el caso Asunta, de la que se supo lamentablemente todo sobre su vida, con fotografías muy delicadas, aún siendo menor.
En una entrevista en La Razón, el juez afirma que él sí conoce a «mujeres que de verdad han sido maltratadas». No entiendo esto de afirmar, de forma pública, que no ha sido maltratada cuando no se ha dictado sentencia firme y cuando hay unos informes que lo acreditan. Aún entiendo menos esto de crear categorías, como si hubiera maltratadas de primera o de segunda, como si las que sufren daño psicológico fueran menos víctimas que las que sufren daño físico.
Por otro lado, indica que Carrasco o el programa lee los ’’considerando’’ y no «las conclusiones». Creo que debe de haber un error porque justo lo que el programa ha mostrado de los informes han sido las conclusiones. (Entiendan que en la televisión el tiempo es oro y hay que ir al grano).
Se detalla en la conclusión del psicosocial de Violencia de Género de octubre de 2017 que las «declaraciones negativas que viene realizando el padre de sus hijos acerca de su persona» han actuado como elemento «concausal» y que esta situación provoca un «daño social» sobre ella asociado a la «resonancia de la actitud de su exmarido, con elevada exposición mediática, que provoca consecuencias en su sintomatología».
Y el informe forense de noviembre de 2017, en conclusiones, indica lo que ya dijo Carrasco en el documental, «estos médicos pueden establecer una relación de causalidad entre la agravación de sintomatología de la paciente y los hechos denunciados».
Lo que sí me dicen varias juezas de violencia de género es que es muy extraño que una Audiencia tumbe lo que un órgano especializado de violencia de género considere que tenía que seguir adelante, y aún menos que la Audiencia valore el fondo de la prueba, cuando eso se tiene que hacer en el juicio, cuando a esa fase no se llegó.
Y una vez aclarado esto, regreso a las seis asesinadas a las que no prestáis atención. Porque al final lo que se aporta de sospecha en estas informaciones sobre el caso Carrasco afecta a todas, a su testimonio, a la que hoy vaya a denunciar y piense que le puede ocurrir como a ella: no ser creída.
Usáis el caso Carrasco para atizar a todas y para hacer daño a la Ley de Violencia de Género. No justifiquéis que los seis hombres que han asesinado a sus parejas se deba por la mala racha de la Covid, por falta de ingresos o porque son enfermos mentales. Es mucho más sencillo, se llama machismo. E, igual que el racismo, se soluciona con educación en muchos frentes.
Por eso no asesinan al jefe que lo ha despedido ni al camarero que le pone la cerveza del bar. Asesinan a lo que considera que es de su propiedad y control: su mujer e hijos/as. Y sí, a veces, incluso en época de bonanza económica, se concentran asesinatos porque cada día, repito, cada día, hay violencia de género dentro de los hogares de este país. No porque no la veáis, no existe.
Dejad de dañar a las víctimas buscando argumentos sucios e imaginarios en el caso Carrasco. Dejad de dañar a las víctimas con excusas económicas o sociales que no son la causa. Porque, mientras, estamos perdiendo el tiempo como sociedad. Al menos, prudencia y respeto a la memoria de las víctimas.
Fuente: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/49416/las-victimas-de-violencia-de-genero-los-medios-y-el-juez-tain/, Rebelión.