Por Qassem Ezzeddine /Resumen Medio Oriente /19 de mayo de 2021 – La heroica resistencia, que derrota la agresión contra al Quds (Jerusalén) y la criminalidad en Gaza, despoja a «Israel» del velo de ilusiones y mitos, revelando la decadencia del ente ocupante y el retorno de este “estado” a los tiempos de la Haganah.
La crisis política y jurídica por la que atraviesa Netanyahu no es lo que lo condujo al uso de la agresión brutal y despiadada en el barrio de al Shaikh Jarrah y al Quds (Jerusalén), más bien, lo que lo impulsó y junto a él a la dirigencia de «Israel» y obligó a sus generales a huir hacia delante en la Palestina ocupada y Gaza, es una crisis existencial por la que atraviesa el “estado” colonial y el desmoronamiento de este ente artificial en decadencia.
Las manifestaciones de corrupción de la clase política y sus pugnas por el poder son el resultado de un alejamiento de la imagen del “estado” sionista “democrático” establecido por la “comunidad internacional”, que a su vez se transformó después de la guerra mundial, de un antiguo colonialismo directo a un colonialismo por encargo que impone la subordinación.
La base militar occidental que surgió con la ocupación de Palestina perdió su capacidad combativa, imponiéndose una dependencia estratégica, política y económica de los Estados Unidos y los países occidentales; los países que normalizaron sus relaciones con “Israel” (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán, Marruecos y Bosnia) se sometieron sin guerra, a diferencia de los países de la primera ola de “normalización”, que se sometieron como consecuencia de su incapacidad para combatir.
Israel no solo ha perdido su capacidad para imponerse en la guerra, sino que también ha perdido su capacidad para agredir militarmente a cualquier país que esté dispuesto a luchar para repeler la agresión y a cualquier frente perteneciente al eje de la resistencia, incluso si este estuviera sometido a guerras por encargo, asedio y sanciones, como es el caso de Yemen y Siria.
“Israel” no puede superar a Gaza, la cual surgió victoriosa en su enfrentamiento con el “ejército” de ocupación en la agresión de 2014; por lo tanto, Estados Unidos le facilita a ese ente ocultar su impotencia militar asesinando a niños y civiles, destruyendo viviendas e instalaciones y tierras agrícolas, así como cometer todo tipo de crímenes de lesa humanidad, como lo señala John Dugard el ex relator de las Naciones Unidas para los derechos humanos en los Territorios Palestinos ocupados.
La heroica resistencia de Gaza tiene la capacidad para disuadir la agresión enfrentándola sobre el terreno y con misiles y drones desarrollados por la resistencia e imponiendo un bloqueo aéreo sobre los aeropuertos y atacando objetivos lejanos y cercanos, burlándose de la “Cúpula de Hierro” cuyos asistentes estadounidenses abandonan, retirándose ciento veinte de ellos como expresión de su fracaso.
El giro estratégico histórico de la resistencia armada va más allá de la disuasión militar y la modificación de las reglas de enfrentamiento, estableciendo rasgos estratégicos que se complementan entre la resistencia armada y la resistencia popular en Palestina, la cual se levanta enfrentando a la ocupación.
La juventud revolucionaria palestina en al Shaikh Jarrah y al Quds y en toda Palestina enfrentan con su humanidad y con una sonrisa dibujada en el rostro la maquinaria militar y las turbas de los colonos, contando con el respaldo de la resistencia armada y clamando de voz en cuello: aleluya Gaza; y si la resistencia popular se ha expandido a los territorios ocupados antes del sesenta y siete y fuera de Palestina, esto se debe a la elevada moral y la confianza en la resistencia, esa antorcha que ilumina el camino hacia la liberación del ente ocupante.
El motor de la resistencia popular que lucha por la eliminación de la ocupación está motivado por la pérdida de “Israel” de la capacidad para luchar contra el eje de resistencia en la región y en Palestina, y la pérdida del pretexto tras el cual se escudaba, que es la pretensión de que existe una “estado democrático” con el que los países occidentales y el sistema internacional encubría las ilusiones de coexistencia palestina en un “estado” colonial de asentamientos en expansión.
Los partidos de la Segunda Internacional Socialista, que confeccionaron el manto del sionismo y lo embellecieron con detalles de tolerancia y rituales de domesticación, pierden su influencia engañosa de apoyo a “Israel”, una función que asume actualmente la derecha racista, el fascismo islamofobo y la brutal barbarie con la que se cobija “Israel”.
El Partido Demócrata estadounidense, que fortificó la base militar estadounidense en la Palestina ocupada con la ideología del “mundo libre”, está debilitado a causa de las grietas del régimen del apartheid estadounidense, una grieta que la han estado ensanchando los afrodescendientes, latinos, árabes y los otros países del sur, en una batalla en contra el sistema racista estadounidense e israelí por igual, así como dentro del Partido Demócrata y de la Cámara de Representantes y el Senado (Bernie Sanders, Betty McCallum, Alexandra Ocasio-Cortez, Ayana Presley, Ilhan Omar, Rashida Tlaib… un total de 120 diputados).
Trump, quien sopló la burbuja expandiendo el apoyo a “Israel” a los Emiratos, jeques y regímenes corruptos, ha sido la gota que rebosó el vaso israelí en su transformación en una empresa comercial neoliberal, acabando con el mito del sionismo “democrático”, que se ha convertido en el fábula de la ideología abrahámica.
La transformación de “Israel” en una milicia de colonos y en una empresa comercial, y la transformación estratégica histórica de la resistencia, pliega las ilusiones del “Acuerdo del Siglo”, y también pasa la página de los sueños del sistema internacional y árabe en lo que se denomina la “solución de los dos estados” para la coexistencia palestina con la usurpación y la ocupación.
El informe de Human Rights Watch, que describe a “Israel” como un sistema de “apartheid”, señala en sus recomendaciones la necesidad de reconsiderar el enfoque para mantener la ocupación y el régimen del apartheid; paralelamente, el informe Carnegie repite esas recomendaciones colocando con ello el dedo sobre la llaga.
La histórica victoria de la resistencia borra con sangre y sacrificio lo que los estados, las agencias de inteligencia y las instituciones internacionales hicieron para ahogar a la gente en guerras por encargo, fragmentación y luchas sectarias y étnicas… de un plumazo, se convierte Palestina en la Meca de los pueblos árabes e islámicos, de los países del Sur y los pueblos libres del mundo.
Fuente: AlMayadeen