Por Juan Carlos Flores, Resumen Latinoamericano, 7 de mayo de 2021.
Cada dia que pasa aumentan los niveles de contradicciones vitales en los vastos rincones de Nuestra América, demostrando la necesidad histórica de avanzar de manera decidida y acelerada en pos de los procesos emancipatorios.
La situación más cruda ahora se vive en Colombia donde los Pueblos se siguen alzando contra la más aguda precarización estructural del modelo de dominación y miseria, el cual se ha profundizado por la crisis de cuidados y de salud.
No es menor que cada gobierno, neoliberal o progresista, en función de la protección de los intereses de las grandes trasnacionales o grandes mafias y corruptelas, salga a atacar a los Pueblos originarios, afrodescendientes o mestizos, ya sea por proyectos mega extractivistas y las zonas de sacrificio, ya sea como excusa con la migración y los límites ficticios de las fronteras o por las reivindicaciones más inmediatas de planes de subsistencia que exigen las personas para siquiera sobrevivir en condiciones subhumanas.
Un punto común es que la reacción de los Estados y la totalidad de la institucionalidad burguesa-patriarcal-colonial defenderá a costa de la vida de los pueblos y los ecosistemas del mundo los intereses de los grandes grupos económicos y su entramado trasnacional.
De igual forma, se demuestra la más bestial brutalidad de las fuerzas policiales y militares, generando múltiples ejemplos en cualquier país de América Latina, donde la más reciente es la masacre en una Favela de Río de Janeiro con más de 25 muertos. No vale la pena volver a reiterar la conducta de los altos mandos y sus subordinados en Perú, Chile, Colombia, Argentina, Guatemala, etc. Todo el sistema político militar, toda la violencia política ejecutada por el Poder actuará bajo la lógica del enemigo interno, la contrainsurgencia y el exterminio si es necesario, con tal de defender los intereses de sus amos.
Las condiciones de vida y los ecosistemas en esta hermosa región del mundo continúan en un espiral ascendente de precarización y empobrecimiento estructural, debido a los saltos y tumbos históricos respecto a la incorporación de la Inteligencia Artificial, digitalización y Automatización del trabajo, la informalidad, el aumento de la periferia respecto a sus trabajos y territorios en relación a los centros de poder relativo a los cuidados y tareas reproductivas sino que además de la exigencia dogmática que es indispensable destruir todo a nuestro paso por seguir con el lema del crecimiento y desarrollo.
Cuando hablamos de la periferia global nos referimos a que mientras los centros de poder y los grandes capitales mejoran sus condiciones individuales de vida y aumentan la acumulación de capital debido al trabajo humano global (reproductivo y productivo) son los sectores y regiones periféricas de dichos centros de poder que aumentan el trabajo esclavo, semi esclavo, ilegal, informal, entre otros. La periferia es una gran zona de sacrificio de los ecosistemas y de millones de personas que solo son carne para picar del poder con tal de generarles los retornos de acumulación exigidas por las clases dominantes globales.
La rígidez de los Estados y sus contornos y núcleos construidos de forma colonial, patriarcal y capitalista en sus distintas épocas históricas, la corrupción generalizada de los partidos con las grandes empresas arrodillando toda la institucionalidad en función de sus intereses , el contubernio de las policías con las mafias y el narcotráfico, solo hacen posible el dar un salto adelante superando este escenario caótico con la fuerza de los Pueblos, con la autodefensa de la Vida.
Las rebeliones abiertas en América Latina serán la realidad que viviremos en estos tiempos, tanto por la resistencia por la precarización y al mismo tiempo como la única forma de avanzar en superar el modelo vigente.
Las tareas urgentes que los sectores más conscientes de los pueblos de la América Morena serán nuevamente poner la revolución continental y permanente en primera línea.
La creatividad, la solidaridad, la audacia y los programas del poder popular comunitario deberán avanzar de forma cotidiana cada acción que se levante y cada lucha que se genere.
Es el tiempo de los Pueblos.
Por el derecho a vivir y luchar.