Por Pablo Jofre Leal. Resumen Latinoamericano, 21 de mayo de 2021.
Suele ser habitual, que al no existir una visión global de los conflictos, de la historia, de la política y sólo se utiliza la mirada Hasbara de las cosas, los partidarios del sionismo sean estos de creencia judía o no, suelen equivocarse rotundamente en la apreciación de lo que sucede en Palestina y comenzar a culpar al empedrado y no a la persona con dificultades en su cadera o con un caminar defectuoso.
El 14 de mayo 26 académicos de diversas categorías de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, un par de docentes de la Facultad de Agronomía y otros tres académicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, sumado al señor Robert Funck del Instituto de Estudios Públicos y el señor Manuel Agossin de la FEN, firmaron una carta pública titulada “En Relación al Actual Conflicto en Oriente Medio” (1) Respuesta a la carta suscrita por docentes de Chile y Latinoamérica, publicada en el portal de la Radio Universidad de Chile (2) donde se condenan los crímenes de la entidad israelí y se exige el fin de esta agresión y limpieza étnica.
Por su parte, el escrito de los académicos proisraelíes se hace en virtud de considerar que la misiva de condena a Israel tiene un contenido “con algunas imprecisiones que debemos aclarar”.
Me permito aclarar las aclaraciones. Dice el grupo de académicos proisraelíes “en primer lugar, lamentamos esta nueva escalada de violencia, en la cual mueren y sufren víctimas civiles a ambos lados y quisiéramos un cese al fuego bilateral a la brevedad. Lamentablemente, la actual situación escaló con el lanzamiento de miles por parte de Hamás, destinados a causar muerte y daños a población civil, poniendo en grave peligro a millones de civiles palestinos e israelíes”.
El lamento por las víctimas es un buen avance, pero no hay referencia al desequilibrio de víctimas. Van 200 palestinos que han muerto en estos días de bombardeos masivos con artillería de gran calibre, entre ellos 80 mujeres y niños (no escudos humanos que suele ser el argumento despreciable de aquellos que ocasionan estos crímenes). Centenares de vuelos de aviones que han descargado su carga sobre Gaza, no sobre sitios militares o centros de comando u otros con que suelen argumentar las fuerzas de ocupación sionistas.
Recuerde este grupo de académicos, el 80 por ciento de ellos de la Facultad de Medicina y del Hospital de la U. de Chile, que Gaza es considerado el campo de concentración a cielo abierto más grande del mundo, 360 kilómetros cuadrados donde se hacinan 2 millones de habitantes. Difícil en ese escenario el poder escapar de la lluvia de bombas, obuses, cañonazos desde la costa gazeti por naves apostadas en esa zona del mediterráneo.
Los académicos proisraelíes deben tener presente que lo que llaman la actual situación no escaló por el lanzamiento de cohetes por parte de Hamas y la Yihad islámica. No olviden, que durante todo el mes sagrado de Ramadán, la población palestina musulmana y cristiana de Al Quds (Jerusalén) al igual que ciudadanos israelíes de origen palestino (que se han incorporado a las manifestaciones contra el régimen de Netanyahu) fue reprimida y una veintena asesinada por disparos de las fuerzas ocupantes de la capital palestina. Tanto Hamas como otras facciones palestinas advirtieron al régimen de Netanyahu que no siguiera con esos crímenes en Al Quds pues era su línea roja. El lanzamiento de cohetes es lisa y llanamente autodefensa frente a los ataques antisemitas de las fuerzas israelíes
Afirman los académicos proisraelíes que “Hamás es un movimiento terrorista islamista, que gobierna Gaza y desconoce el derecho a existir del Estado de Israel y con quienes ha resultado imposible mantener un diálogo constructivo que lleve paz a esa zona, logrando dos Estados soberanos viviendo en paz”.
Hamas es un movimiento de resistencia catalogado con una denominación, que no da cuenta del apoyo que goza como Gobierno en Gaza y sólo hablan de terroristas además de Israel, los Gobiernos aliados y sostén del sionismo. El diálogo no existe pues las acciones del régimen israelí es seguir construyendo asentamientos en Cisjordania (territorio palestino) condenado por todos los organismos internacionales. Siguen añadiendo más metros al muro de 720 kilómetros que divide a los pueblos ladeas y a familias palestinas. Muro que supongo, los académicos que firman esta carta de apoyo a Israel y pretenden aclarar a los críticos, conocen más allá de la propaganda israelí que habla de una valla de seguridad.
Es un muro. No seamos ingenuos, Israel no quiere dos Estados soberanos, su pretensión es judaizar Palestina haciendo imposible crear un Estado palestino, insisto, 650.000 colonos, de los cuales el 10 por ciento es estadounidense y otros extranjeros de diversas nacionalidades ocupan hoy Cisjordania.
Señalan los académicos proisraelíes que “no es posible justificar bajo ningún punto de vista el lanzamiento indiscriminado y deliberado de misiles hacia civiles israelíes. Ningún país soberano puede permitirse tolerar esta agresión en su territorio sin una contundente respuesta, no es razonable pedir eso mientras se está siendo atacado”
En esto coincidimos plenamente señores (as) académicos (as). No sepuede justificar 73 años de un proceso de ocupación y colonización del territorio de un pueblo como el palestino, sometido al lanzamiento indiscriminado y deliberado de misiles, bombas de racimos, fósforo blanco, gases, proyectiles de tanques y barcos deguerra. Uso de francotiradores, que sólo entre marzo del año 2018 y septiembre del año 2019 generó 500 muertes de palestinos en la valla artificial entre la Franja de Gaza y la Palestina histórica ocupada.
Ningún país, en este caso sin la soberanía que merece Palestina puede tolerar la agresión permanente y crónica sobre su territorio sin que ello una contundente respuesta (en el caso de Palestina), en la medida de sus posibilidades, pues no tiene ejército, no tiene aviones F 16, F 35, Tanques Merkava, entre otros artilugios que Israel suele vender en su industria de guerra como “probados en terreno” ¡claro! Probados en los cuerpos de decenas de miles de palestinos masacrados en estas décadas de ocupación. No se puede pedir que el pueblo palestino no responda ante tantos crímenes.
Consignan los académicos adherentes de Israel que “en la carta (de apoyo a Palestina) se menciona una “limpieza étnica” por parte de Israel. La realidad niega enfáticamente esta afirmación, de hecho existen partidos políticos y parlamentarios árabes en Israel. Los ciudadanos árabes israelíes gozan de plenos derechos”. La realidad indica, efectivamente, que nos encontramos ante una limpieza étnica, violatoria del IV Convenio de Ginebra, que tiene su origen en el llamado Plan Dalet previo a la resolución N.º 181 del año 1947.
Es una política propia del sionismo, que se expresa en la discriminación que sufre la población palestina y que tiene la ciudadanía israelí como lo expresa (y supongo que al sostener su idea de falta de discriminación es porque ignoran su existencia) la llamada Ley de Estado Nación del Pueblo Judío (3) Promulgada por el Gobierno de Netanyahu y que establece, justamente la discriminación como política. Establece el hebreo como única lengua oficial y que contó con el rechazo de los diputados árabes y sólo reconoce el derecho de autodeterminación al pueblo judío.
La opinión de este grupo de académicos de la U. de Chile nos llama “a mantener y difundir una visión ponderada, basada en la verdad y que tienda a formar puentes entre las partes en conflicto y no aprovechar esta terrible situación que afecta a ambos pueblos, desinformando a la opinión pública”
Cómo no vamos a estar de acuerdo en ello, la verdad por sobre todas las cosas y sobre todo, no desinformar, que suele ser la conducta cuando no se conoce en profundidad de lo que se habla o se trata de equilibrar un conflicto donde el equilibrio está ausente. No desinformemos a la opinión pública.
Finalmente nos dicen “como académicos debemos reforzar la necesidad del debate de ideas y no diseminar puntos de vista que solo generan división, nublan la razón y hunden toda posibilidad de diálogo creativo y libre de descalificaciones, tendiente a lograr la anhelada y muy necesaria paz entre palestinos e israelíes, dentro de fronteras seguras”
Interesante, el debate se hace indispensable y tendría enorme adhesión el escuchar a un académico defensor de Israel y otro académico que defiende la idea que la política israelí viola el derecho internacional y comete crímenes de guerra y lesa humanidad, basado en una limpieza étnica contra el pueblo palestino. La paz entre israelíes y palestinos sólo se logrará cuando cese la usurpación, el robo, el expolio, la ocupación y colonización de un territorio, que ha sufrido este proceso desde el año 1948 a la fecha.
No hay nada mejor que el debate de ideas, el presentar argumentos y contrastarlos con el que ofrece el oponente. No amenazar o generar políticas de persecución contra quien disiente o presenta denuncias contra políticas violatorias de los derechos de los pueblos. Pero, toda confrontación de ideas requiere no ocultar, profundizar, no apelar a llamados que la realidad indica que son simplemente una utopía.
Fuente: TeleSUR