Por Ramón Pedregal Casanova, Resumen Latinoamericano, 12 de mayo de 2021.
Armand Mattelart, investigador, catedrático en ciencias de la comunicación y de la información, trabaja sobre estos tremas para las Naciones Unidas. Entre su enorme trabajo de investigación son conocidos sus libros Para leer al Pato Donald; Comunicación de masas y colonialismo; La comunicación-mundo. Historia de las ideas y de las estrategias; La invención de la comunicación; Historia de la utopía planetaria; La mundialización de la comunicación; Historia de la sociedad de la información; Un mundo vigilado; y, Comunicación, cultura y lucha de clases.
Éste último, Comunicación, cultura y lucha de clases, recoge la documentación elaborada en países periféricos y por la clase obrera publicada en revistas de ciencias sociales y político culturas, además de trabajos realizados por militantes de base con aspectos locales y prácticas no conocidas. El libro trae las diferentes formas de lucha y los medios empleados para su transmisión.
El autor invita a conocer y aprender de las experiencias en tiempos y lugares que hasta ahora no se han dado a conocer en los círculos teóricos. Con ello se advierte que en cada lugar se desarrolla un trabajo político de comunicación popular, cuyas aportaciones enriquecerán su realización en Europa y EEUU.
Mattelart nos señala la importancia de la experiencia en el capitalismo con lo particular de cada sitio, dejando de lado las recetas, y disponemos de las diversas formas de resistencia popular a la dominación de la burguesía por los medios de comunicación, que a su vez se encuentran en consonancia con el nivel de desarrollo y dominio al que ha llegado.
El libro advierte la profundización del imperialismo mediante revistas, series, publicidad y todo aquello que le permite influir culturalmente en los países dependientes, y cómo las burguesías de esos países hacen de transmisoras en sus sociedades, y estudia la función de los periodistas como difusores de ideas y sistemas de producción comunicacionales.
La gran ruptura con la influencia imperialista la produjo la Revolución Cubana y con ella se abrió la posibilidad de la agrupación intelectual dispersa para realizar la tarea liberadora. Además, en el plano cultural, aportó un cine, una literatura, un campo de estudios críticos. La importancia de la comunicación para la Revolución es tal que enseña la urgencia de poner en entredicho la comunicación burguesa, sus mensajes, y sus relaciones con los fondos imperiales, y expone en sus documentos la necesidad de fortalecer el carácter de clase de la cultura de masas.
El libro subraya que no trabajar por la comunicación crítica es trabajar para la llegada del fascismo, y se ejemplifica con lo que escribió Bertolt Brecht en 1935:
El fascismo es la nueva fase histórica en la que ha entrado el capitalismo; es decir, ambos son viejos y nuevos. En los países fascistas, el capitalismo solo existe como fascismo, y el fascismo solo puede ser combatido como la más desvergonzada, obscena, opresiva y engañosa forma del capitalismo. Entonces ¿cómo se puede decir la verdad acerca del fascismo, al que uno llama a combatir, si no se dice la verdad acerca de aquello que lo engendra, esto es, el capitalismo?
Título: Comunicación, cultura y lucha de clases.
Autor: Armand Mattelart.
Traducción y estudio preliminar: Mariano Zarowsky.
Editorial Siglo XXI.