Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 3 de mayo de 2021.
A 34 años de la muerte de ese líder inolvidable que fue Raúl Sendic, quisimos evocarlo conversando con Jorge “Tambero” Zabalza, otro dirigente histórico de los Tupamaros y además de gran luchador un implacable crítico con el desvío ideologico de varios de sus viejos compañeros de la organización. Precisamente esos que llegaron a gobernar en Uruguay en el marco del Frente Amplio.
-En este mundo difícil que nos toca vivir, tan mediocre en lo político y bestial en la explotación de los de abajo, la figura de Sendic y su accionar cobra una dimensión importante. ¿Cuál es el Sendic que rescatas hoy?
-El Sendic que homenajeamos y recordamos es el revolucionario. No queremos que nos roben esa faceta de Raúl que fue la que incidió en Uruguay, Argentina y todo América. La imagen de un revolucionario y no la imagen de un paisano que solo vino a estudiar y se fue a Bella Unión por inspiración divina. Tenía un compromiso grande y anticapitalista. Se recibió de procurador siendo miembro del comité central del Partido Socialista. Podía haber sido abogado, diputado y mantener una vida dentro del “orden y progreso”. Pero no. Junto con Leguizamon, Andrés Cutelli y otros compañeros del Partido Socialista optaron por sumarse a la lucha de los trabajadores arroceros, remolacheros, de allí viene el nombre de «los peludos», porque trabajan agachados sobre la tierra. Finalmente, luego del pasaje por Paysandú junto con los trabajadores de Norteña llegó a Bella Unión donde se encontró con su clase social, los asalariados rurales, trabajadores de la caña de azúcar. Él, que se crió en medio del campo, conoció la ciudad a los 12 años y se encontraba como pez en el agua en Bella Unión. Ahí se fundó UTAA (Union de Trabajadores de Artigas) . A principios de los años 60′ comenzaron las luchas, las marchas de Bella Unión hasta Montevideo reclamando derechos de los trabajadores: como horarios de ocho hora, salarios, entre otros, pero también, exigiendo tierras para trabajar ante la expropiación de latifundios y se la dieron a los sindicatos para formar una cooperativa dirigida por los trabajadores.
En las luchas, Raúl fue descubriendo los límites de la democracia burguesa y eso lo llevó a criticar duramente al sistema. Raúl decía «la libertad y los derechos son para los que están en la cumbre, en la punta de la pirámide». Pues son esos los que se sienten representados por los gobiernos liberales. Al poco tiempo, Sendic también dijo: «A los derechos de los trabajadores es más fácil defenderlos con un 38 en la mano que con la Constitución». Fueron definiciones claras criticando al sistema burgués. A partir de allí, viene el desarrollo que lleva y conduce a la formación de la guerrilla Tupamaros.
¿Qué pasó con Sendic cuando sale de la cárcel? ¿Cómo se relacionó con sus viejos compañeros?
-Parece mentira, pero era un grupo de compañeros descarrilado por el mundo. Gente que combatió en el Salvador, Nicaragua, Angola, Argelia y Europa. Y después estábamos los que estuvimos presos, que salimos con poco conocimiento de la realidad. En ese clima donde se trabajó para reorganizar a MLN Tupamaros hubo una disputa por el poder entre Fernando Widobro apoyado por Pepe Mujica. En ese entonces no podíamos ver lo que se escondía en algunas posiciones confrontadas al exterior de la MLNT. Yo autocritico toda esa etapa de mi vida, donde nosotros en los calabozos estábamos incomunicados pero nos buscábamos relacionar por medios clandestinos. Sin embargo, terminamos peleando por la neurosis que cargábamos encima entre Marenales, Raúl Sendic y yo. Cuando salimos de la cárcel estábamos distanciados anímicamente. En lo personal, sentía como una “ruptura con el padre”, esa figura que representaba Sendic para mí.
En esa época, Sendic empezó la organización del Movimiento por la Tierra y contra la Pobreza. Envió al Parlamento un proyecto de reforma constitucional, aunque sabía que no iba a tener éxito, porque proponía la expropiación de latifundios mayores a 2500 hectáreas sin pagar indemnización. Allí hubo una acusación a Raúl en la interna tupamara, se lo cuestionaba porque “estaba loco”. Hoy nos damos cuenta cómo fue manipulada la acusación en el marco de la lucha por el poder . En mi caso, estuve conviviendo con él, mientras Sendic estaba estaba escribiendo el libro «Reflexiones sobre economía política» y que después prolongó Mario Benedetti, sacado en la clandestinidad de los subterráneos de Paso de los Toros y publicado en México.
Era la demostración de que no había locura y sí una capacidad y lucidez política. Ese libro escrito sin información sobre la realidad, apenas algunos diarios recogidos de los baños, con los que se limpiaban los soldados. Esa era la información que disponíamos o alguna revista Selecciones del Readers Digest, que dejaban entrar.
La militancia de MLNT que fueron convocados, a nuestra salida de prisión, sumaban unos 60 compañeros por lo que la dirección provisoria en ese entonces, se negó por completo y rechazó las acusaciones. Ese fue el gran conflicto en ese momento.
-¿Cuando te reconciliaste con Raúl?
-Después de todos esos malos momentos vino mi reencuentro con él, lamentablemente cuando ya estaba cerca de la muerte. En enero de 1986, cuando la toma en Argentina del cuartel de La Tablada. En los Tupamaros también hubo diferencias sobre esa acción, como ocurrió con toda la izquierda Argentina. Por ejemplo, era común escuchar: «yo no tengo nada que ver con esto» . Ahí fue importante la actuación de Sendic, Andrés Cultelli, Marenales y otros compañeros que estuvimos apoyándolo para la solidaridad con los compañeros de La Tablada, incluso sentíamos la admiración por una operación militar de alta calidad. Raúl consideraba imprescindible la solidaridad cuando ellos estaban siendo torturados y asesinados. A Montevideo llegaron numerosos militantes huyendo desde Buenos Aires, que buscaban la casa de Raúl, la sede de nuestra radio o el local del MLNT en la calle Tristán Narvaja. Fue allí donde le dimos atención y solidaridad a todos ellos.
-En un momento difícil del Uruguay actual, y también de América Latina, donde la derecha avanza, el imperialismo golpea de mil maneras y la única medicina que pulula es ese híbrido llamado “progresismo” ¿Que posibilidad vez de llevar adelante algunas ideas de Sendic?
- En primer lugar, lo que hay que rescatar de Raúl es esa opción de caminar por fuera del sistema, fuera de la democracia representativa y burguesa. Él eligió no integrarse al sistema ni en los años 60 ni tampoco al salir de la cárcel. Optó por la construcción del Movimiento por la Tierra y del Frente Grande para tender puentes en el movimiento social y en el pueblo. No para tender puentes políticos partidarios y transar con el sistema y convertirse en un operador del capitalismo financiero y de las inversiones extranjeras. Al contrario, fue por afuera para luchar por el no pago de la deuda externa. Hoy en día tendría que ser un tema de actualidad porque ¿de qué manera se puede financiar la salida de esta pandemia con un crecimiento de la pobreza? Sin dudarlo: condenando la deuda externa, negándose a pagar los servicios de la misma. Este año, Uruguay va a pagar 1600 millones de dólares por concepto de servicios y amortizaciones de la deuda. ¿Cómo incide la deuda en Argentina? Esa deuda contraída por Mauricio Macri pero pagada por Alberto Fernández, pagada puntillosamente privando a los argentinos de un capital producido por los trabajadores y que va a parar a manos de los especuladores extranjeros, de los grandes capitalistas financieros del mundo. En el Uruguay tenemos bien claro que si bien hoy lo está haciendo el Partido Nacional, la coalición multi reaccionaria que nos gobierna y la Ministra de Economía Arbeleche, si hubiera estado el Frente Amplio con el Ministro Astori, se haría de la misma manera. En medio de la pandemia se pagaría la deuda externa porque hay que hay que “honrar” la palabra contraída con unos cuantos especuladores que viven en grandes palacios.
En segundo lugar, el mensaje de Raúl pasó por el Movimiento por la Tierra y contra la Pobreza. Unir los dos polos. La necesidad de estos países de cambiar el modo de producir en el campo, terminar con el latifundio y proponer y producir en forma cooperativa, expropiando la tierra de los latifundios de más de 1500 hectáreas, creando cooperativas y pueblos donde puedan ofrecerse todos los servicios de la educación. ¿Donde está el hambre de tierra en el Uruguay? No existe, porque la población del campo ha sido expulsada durante 70 u 80 años hacia la periferia urbana. Y durante el gobierno “progresista” se siguió haciendo más de lo mismo, cuando gobernaba Mujica. O sea: la extranjerización de la tierra, producción con agrotóxicos y expulsión de la población más vulnerable hacia la ciudad, Todo ello, siguee en el presente. Ese planteo de Sendic era fundamental: unía el rescate de la población de la tierra con la población de las villas y la necesidad de cambiar el modo de producción agropecuaria.