Resumen latinoamericano, 10 de junio de 2021.
Del FB de Daniel Escotorinl,presidente del partido Unidad Popular, de Salta
La burrada de Alberto Fernández tiene dos facetas: 1) la histórica, que a su vez se desgrana en otros ejes. Quiso recordar la vieja frase «porteña» de que los mexicanos descendían de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos descendimos de los barcos? Toda una reivindicación sarmientina de ese proyecto de país sin la barbarie, o fue un parafraseo peor aún con la referencia a Brasil y su población?
Error literario pero definición clara de ese país que Fernández desconoce, porteño al fin, y excluye de su cosmovisión. Reivindica ese país de la generación del 80, la civilización que a costa de no ahorrar sangre de gauchos, se insertó en el capitalismo periférico, en el rol asignado por la división internacional del trabajo. Es la imagen del país hecho por los inmigrantes, no por los criollos y menos por los originarios. Esa visión no oculta el sesgo ideológico de un país para pocos, porque finalmente en sus idas y vueltas Fernández es el personaje que María Elena Walsh retrata en el país del no me acuerdo.
Entonces la faceta 2) es una conclusión lógica. Otra vez aparece, ni siquiera tibieza, el gesto cipayo de rendir honores no a un presidente o a una nación, es el gesto de subordinarse a la historia de esa nación, que no es otra cosa que su pasado colonial y su presente de monarquía decadente responsable de la dominación pasada territorial y presente económica y política aún sobre las naciones que forman su Estado.
Argentina, los argentinos no descendemos de ningún barco. Somos un amalgama de tierra, raíces, resistencias, genocidios, revoluciones, pueblos y culturas de este continente; somos el cimiento y la base originaria sobre la que otros pudieron asentarse. Pero sobre todo nuestra deuda sigue estando acá, es acá con nuestro pueblo: con nuestro pasado, y nuestro porvenir.