Por Fernanda Paixão /Resumen Latinoamericano /Brasil de Fato | 16 de junio de 2021
Investigación realizada por periodistas argentinos muestra una articulación que involucra a la juventud, las iglesias y el uso de trolls
Un grupo de periodistas argentinos realizó una investigación a lo largo de dos años, publicada el último domingo (13) en el portal intitulado La Reacción Conservadora.
La investigación, desarrollada por los periodistas Florencia Alcaraz, Paula Hernández, Ingrid Beck, Paula Rodríguez, Juan Elman y Soledad Vallejos, se viene publicando también en artículos temáticos en los portales de El Diario en Argentina y España, en una alianza para difundir el trabajo. Desde el lunes (14) el sitio está caído, fruto de una persistente campaña promovida en Twitter por figuras de la derecha y por los medios de comunicación decididos a denunciar el trabajo, sin mencionar jamás lo que revela su contenido.
A partir de la reacción antiderechos, simbolizada por los pañuelos celestes, y el avance de la campaña por la legalización del aborto en Argentina, el grupo de periodistas decidió enfocarse en este movimiento conservador y constató que va más allá del territorio argentino y del avance de la lucha por el aborto legal en el país. Para llevar a cabo el proyecto, el trabajo se diseñó como un mapeo de los vínculos entre grupos y figuras locales e internacionales, además del financiamiento que impulsa su expansión.
“Las distintas piezas [del rompecabezas] permiten ver cómo se mueve esta articulación conservadora en la Argentina desde distintos espacios: el de la formación de cuadros jóvenes, el del lobby parlamentario, el del litigio estratégico, el de las redes sociales, el del poder evangélico, el de la derecha católica”, explican en la presentación de la investigación en El Diario.
El mapa incluye un filtro de búsqueda con personas, organizaciones y relaciones identificables con la reacción conservadora. La búsqueda define las actividades que se desarrollan en diferentes ámbitos y niveles, incluyendo redes sociales, partidos políticos, iglesias, medios de comunicación, poderes estatales, think tanks y organizaciones de la sociedad civil.
«A fines de 2019, nos juntamos para pensar un trabajo de investigación periodística sobre un fenómeno que nos atraía y preocupaba a la vez: la reacción conservadora», explica una de las periodistas responsables del trabajo, Ingrid Beck, en su Twitter.
«Esperamos haber hecho un aporte para entender un poco más sobre este fenómeno local y sus conexiones en el mundo, que llame la atención de quienes aún lo minimizan y que sea el puntapié para más trabajos periodísticos que puedan sostenerse en el tiempo», concluye Beck. La serie de tuits que presentan el trabajo fue seguida por el último tuit de la periodista hasta el momento: «Me están amenazando por teléfono».
Ella y los otros periodistas del grupo de investigación comenzaron a ser acosadosluego de la divulgación del mapeo. Algunos, como Beck, se vieron obligados a bloquear sus cuentas de Twitter.
Siguiendo el sugestivo y certero nombre que se le dio a la investigación, la reacción de los conservadores al trabajo periodístico prueba su mecanismo y su lógica. El ejemplo definitivo lo dio un comunicado emitido por la coalición Juntos por el Cambio, que incluye al expresidente Mauricio Macri, investigado por espionaje ilegal. La publicación oficial de JxC llevó como título «No podemos permitir la confección de listas negras en democracia», utilizando el término racista replicado también por los medios, y denuncia que los jóvenes militantes fueron «estigmatizados como ‘la nueva derecha’” en la investigación.
Redes internacionales
Uno de los movimientos investigados por los periodistas es el impulsado por el partido de ultraderecha español Vox, que apuesta por un proyecto internacionalista, siguiendo las lecciones de Steve Bannon (mentor de las campañas electorales de Donald Trump y Jair Bolsonaro). En un discurso pronunciado en Buenos Aires por el diputado de Vox, Javier Ortega Smith, quien frecuentemente visita Argentina por su doble nacionalidad, reaparecen las palabras clave: «batalla cultural contra la izquierda», «ideología de género», «corrección política”.
Según las autoras de la investigación La Reacción Conservadora, el partido español apuesta por estos puentes para motivar un movimiento como Vox en otros países, difundiendo recomendaciones para impulsar la ola ultraconservadora: partiendo de grupos convencidos, incluso pequeños, que no les importe ser etiquetados como «fascistas» o «políticamente incorrectos»; «no sentirse culpable»; «decir la verdad»; y «tener un mensaje claro”.
También apuntan a un manifiesto lanzado por el partido Vox, la Carta de Madrid, que reúne a varias de estas figuras ultraconservadoras de la política internacional. Firmado por nombres como el candidato presidencial argentino y admirador del bolsonarismo, José Luis Espert, el boliviano y exministro de Jeanine Áñez, Arturo Miller y Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente brasileño, el manifiesto denuncia el «avance del comunismo» y apunta al potencial de la Iberosfera, «una comunidad de naciones libres y soberanas que comparten una profunda herencia cultural».
Otras áreas develadas por la investigación se centran en el movimiento evangélico, que se expande por el mundo y hacia la política, la cooptación de jóvenes antiprogresistas y la acción sistemática de ataques y uso de trolls en las redes sociales, que fue blanco del sitio web La Reacción conservadora. El mapeo realizado por los periodistas incluye una linea de tiempo y conexiones entre figuras representativas del movimiento conservador argentino. Se refiere, por ejemplo, al surgimiento de la noción de «ideología de género» en el Vaticano, en la década de 1990, como reacción a los movimientos feministas y LGBT.
El sitio web debe volver en breve a estar disponible para consulta pública, siguiendo lo que plantea el grupo de periodistas: «Nos propusimos, mostrar cómo, a veces orgánicamente y otras de manera casual o espontánea, estos actores se conectan entre sí a partir, y sobre todo, de consignas y militancia antigénero, de la búsqueda de enemigos comunes ‑las defensoras y defensores de derechos humanos, las y los partidarios de la intervención del Estado, las feministas y demás representantes del progresismo- y con el objetivo, a veces manifiesto y otras, subterráneo- de promover a sus cuadros y referentes políticos para que ocupen espacios de decisión en los poderes del Estado, en los medios de comunicación o, simplemente, frente a la opinión pública.”