Resumen Latinoamericano, 1 de junio de 2021.
La presidenta del grupo parlamentario de la CUP, Dolores Sabater, ha vuelto a la cotidianidad política después de un tiempo de convalecencia por coronavirus, que la llevó a ser ingresada en el hospital. En esta entrevista, realizada el viernes por la redacción de VilaWeb, habla de las lecciones que ha sacado y analiza el futuro del nuevo gobierno, el cumplimiento del pacto de ERC y la CUP, el futuro del proceso de independencia y los indultos . Se define, por encima de todo, como una optimista por naturaleza.
-Os ha marcado de alguna manera el tiempo que ha estado enferma por coronavirus?
-La verdad es que me sorprendió mucho. Era muy cuidadosa con todas las normas preventivas y me parecía que no podía ser que me encomendara nadie. Por más cuidado que tengas con las normas, nadie queda libre de pasar por aquí. El segundo aprendizaje es la reivindicación del sistema de salud pública como estructura básica de seguridad humana, hasta qué punto es importante no debilitarlo, que ya lo está. Un agradecimiento profundo a su trabajo, a la investigación ya la labor que hacen. El tercero es la convalecencia. Estamos en una sociedad binaria: estás enfermo o curado, de alta o de baja. Y resulta que sales del hospital y estrictamente ya has superado el proceso vírico, pero hasta que no puedes hacer vida normal y desenvolverte pasan muchos días y tienes que hacer mucho esfuerzo de recuperación. Esto me hizo reflexionar mucho. Siempre he tenido mucho cuidado …
-¿De los demás?
-De los otros, y ya tengo en cuenta que cuidar de mí. Pero una lección de la convalecencia es que hay momentos en que si no estás bien no puedes cuidar de los demás, ni de la comunidad, ni de los objetivos que persigues para hacer una sociedad mejor. Lo había vivido con enfermedades de familia, con un hermano que tuvo un ictus cuando era muy joven, y en situaciones similares. Cuando te sientes tan vulnerable por una enfermedad que se ha llevado tanta gente, y gente joven, y piensas que te puede pasar a ti … Aunque das más valor a lo que es prioritario en la vida.
–Martes fuisteis al desahucio del Bloque Entonces, donde había antidisturbios por requerimiento judicial. Como puede conseguir que se cumpla el acuerdo que la BRIMO y las ARRO no participen si en casos como éste está fuera del margen de maniobra del gobierno?
-Conceptualment, lo más importante es concebir que la vivienda no es un problema de orden público, sino un derecho pisado y vulnerado y debe haber una acción de políticas públicas para resolverlo. En segundo lugar, los cuerpos de seguridad deben trabajar por la seguridad humana que se basa en los derechos básicos, no estar al servicio de los intereses de los fondos buitre, los intereses especulativos respecto de la vivienda. Hay hago un apunte: no se trata sólo de que haya una orden judicial. Es que los Mossos tienen una actitud de connivencia con un aparato de extrema derecha, mafioso, que hace acciones que deberían ser perseguidas. Hablo de Desokupa. Todo esto entra en un conjunto y no se debería llegar donde hemos llegado. Como gobierno, hay que decidir qué actitud se debe tomar con las acciones judiciales que van en contra de los derechos.
–Debe desobedecer este gobierno?
-Tiene que haber una decisión sobre cómo confrontar y abordar estas decisiones. El Bloque Entonces es un ejemplo. El mismo día había desahucios en muchas ciudades y pueblos, y muchas veces son parados a la fuerza; por los mismos trabajadores de servicios sociales y sobre todo por la organización popular. Este salió a la prensa para que fuimos las diputadas, porque era un desahucio emblemático y porque era el primero después de la conformación del gobierno. Pero pasa continuamente: es una sangría que el país no se puede permitir.
–Basta con el cambio del protocolo al que se ha comprometido Aragonés?
-Es imprescindible, pero hay que hacer un trabajo antes. En la situación que nos encontramos y con las herramientas que tenemos, como lo hacemos para que esto deje de pasar? Al acuerdo pusimos todo un abanico de medidas urgentes: de expropiación de pisos de la Sareb, de forzar los alquileres sociales, de hacer unas políticas públicas de vivienda que den resultados inmediatos para poder ofrecer vivienda a quienes no pueden acceder, pero también la regulación de los alquileres y más medidas. Que no parezca que los problemas de vivienda los tienen personas vulnerables y suficiente. Cada vez hay más. Basta ver los datos de precariedad laboral o de desempleo de los jóvenes, que es el 30%, y no se pueden emancipar.
–En el caso de los Mossos, está la dirección política y luego lo que pueden hacer como funcionarios que actúan en cumplimiento de la ley vigente. Tenemos el ejemplo de octubre de 2017. ¿Qué margen de maniobra política puede tener el gobierno, aquí?
-El 1‑O, precisamente, demostró que a partir de una misma orden judicial, la diferencia de comportamiento de los Mossos y de la policía española y la Guardia Civil fue abismal en el uso de la violencia, por ejemplo. Los Mossos actuaron con proporcionalidad, oportunidad y congruencia. Ahora no actúan con proporcionalidad, ni oportunidad ni congruencia. Se ve un despliegue de la policía militarizada para hacer un desahucio, y la orden judicial no dice cuántas unidades deben volver. Puedes cumplir esta orden judicial, sin embargo, a la hora de utilizar estrictamente las normas que rigen los cuerpos policiales, hacer un uso mejor o peor. Ahora se lleva a un extremo de peor uso. Ayer mismo fui en un desahucio que se pudo aplazar. Los Mossos ir haciendo un papel de facilitación, de mediación, entre las partes. Hay márgenes.
–Debe constituir con ERC un grupo de trabajo jurídico-político donde se aborde esta confrontación. Desea encontrar estos márgenes en los diferentes ámbitos?
-Las candidaturas transformadoras y rupturistas que desde el municipalismo hemos podido gobernar hemos demostrado que, con las mismas leyes restrictivas, se pueden tener actitudes diferentes, si tienes claro al servicio de quién eres. Impulsamos estos grupos de trabajo aunque sabemos que hay un límite. Todo lo que vaya en contra de la hegemonía del capital y de las ideas contrarias a las libertades, los derechos sociales y el derecho de autodeterminación, chocará con un estado donde no caben los derechos. Por más que buscamos maneras de interpretarlo, de encontrar las rendijas, sabemos que nos confrontaremos con este estado, que tiene un marco jurídico que no favorece los derechos sino que los persigue.
–Confía que los acuerdos a los que ha llegado con ERC se apliquen a los departamentos que dirige Juntos?
-Tenemos herramientas para confiar en ella. Es un acuerdo de mínimos. No es lo que quiere la CUP. Son acuerdos de país, consensos de una gran mayoría social que trabaja cada día a la calle para defender estos derechos. Nos sentimos voz y voto de esa mayoría social que defiende estos mínimos y no entenderíamos de ninguna manera que Juntos se pusiera en contra de consensos mayoritarios de país. Nosotros les hemos dado voz y nuestro papel en el parlamento será de empujar. Confiamos en la palabra del presidente. Él sabe que vigilaremos. Se lo hemos dicho por activa y por pasiva: nuestros votos no son un cheque en blanco. Sabe que se debe cumplir.
–Os veis, negociando un presupuesto con Jaume Giró?
-De entrada, es evidente que la persona elegida enciende las alarmas por el currículo que tiene. Su procedencia hace pensar que podría ir en contra de un acuerdo como el que hemos conseguido, pero nosotros defendemos, con él y con todos los consejeros, que se debe cumplir. Esperamos que las acciones que hagan nos lleven a corroborar esto que ha dicho el presidente, que los acuerdos se cumplirán.
–Se para los grandes proyectos incluidos en el decreto de renovables del 2019?
-Este es el compromiso. Nosotros decimos: «Renovables sí, pero no así.» Lo pide el territorio: detengámonos un momento y pensamos que hacemos. Es evidente que las renovables deben ser, pero también es evidente que no pueden perpetuar un modelo que daña el potencial de producción agrícola y ganadera, de forestación rural y de ensanchar cada vez más este abismo entre las grandes zonas urbanas y periurbanas que, para ser abastecidas, trituran el territorio. Tenemos que pensar en una república catalana independiente que debe ser sostenible en todos los ámbitos: energético, alimentario, económico … El horizonte de la independencia está cerca y, si tenemos que pensar en un país sostenible, tal vez que paramos máquinas. Para que todos los proyectos a los que se da vía libre, ¿qué hacen? La mayoría de volver a enriquecer el IBEX 35, dar más poder a los grandes oligopolios de la energía,
–Si se aplaza tanto el debate de las renovables, no puede ser que la energía del terminen produciendo otros y se tenga que importar? ¿Qué se hace entonces, de la soberanía energética?
-Nuestra propuesta es hacer el debate. Decidir que, como esto que tenemos ahora daña el objetivo de soberanía y de respeto por el territorio, debemos detenernos y reconducirlo para no perder la oportunidad. Hay una propuesta firme de tener una energética pública. Ahora tenemos el embate de muchos municipios que, desde este municipalismo combativo, han puesto en la agenda política la recuperación del control público de las energéticas. Ya ocurre con las centrales hidroeléctricas. El control público de la producción de energía también debe ser una de las prioridades del país.
–Si las renovables, según la CUP, dañan el paisaje y la agricultura, se dará traslado a las ciudades?
-Quizá en las ciudades puede haber muchos espacios destinados a la producción de energía.
–El 2023 será un año clave de la legislatura. Antes no llegue, puede que la CUP considere de entrar en el gobierno?
-Siempre hemos dicho que teníamos una actitud abierta, pero nunca a entrar en un gobierno que sostenga una legislatura autonomista y que no sea realmente de embate y de construcción de una alternativa en nuestros parámetros de anticapitalismo, ecologismo, feminismo y de construcción de una república catalana que dé respuesta inmediata y urgente a las necesidades que tiene el país en el ámbito de las desigualdades. Este acuerdo es de mínimos y ahora veremos hacia donde tira este gobierno. Si cumple este acuerdo de mínimos con idea de ensancharlo y de ir mucho más allá, o si hay este acuerdo de mínimos para cubrir el expediente, pero es un gobierno que se instala en actitudes de conformismo . Dependiendo de esto, veremos si podemos formar parte de este gobierno para sostener esta hoja de ruta, o si debemos mantener a la oposición para hacer un trabajo de fiscalización estricta.
–Esta nueva evaluación para la entrada en el gobierno cuando se hará?
-Es un debate vivo a la organización, que no se ha dejado de tener desde el comienzo. Hay voces a favor, en contra, consecuencias a favor, en contra, somos una organización plural y diversa, pero sobre todo muy participativa y el debate no lo dejaremos de tener.
–La cuestión de confianza es prevista para la primera mitad del 2023. Debería ser antes de las municipales, que es una fecha que puede condicionar muchas cosas?
-Hemos estructurado esta legislatura en dos fases porque es una manera de conciliar los desafíos diversos que tiene el independentismo. Pero durante estos dos años se ha de hacer el trabajo para lograr las condiciones para que se pueda sacar adelante el referéndum y el camino que tiene que hacer sostenible la república cuando sea proclamada. La fecha exacta no la hemos acordada. Sí que es cierto que estas elecciones municipales serán muy importantes. Es inevitable pensar en el 31, que ganen mayoritariamente propuestas rupturistas, independentistas, de transformación. Nos jugamos mucho.
–Para renovar esta confianza en el gobierno, será imprescindible para la CUP haber acordado qué forma debe tener el embate con el estado y cómo se debe preparar?
-La concreción del referéndum ya la tenemos.
–El acuerdo dice «priorizando la vía del referéndum».
-Es evidente que en el momento de la cuestión de confianza habrá una evaluación y una constatación sobre la que han dado de sí estos dos años. Nosotros ya no confiamos en esta mesa de diálogo. También es seguro que estos dos años de mesa de diálogo no son dos años de estarnos juntos de brazos. Es una estrategia que ERC quiere salir adelante. Nosotros no estaremos. Juntos también es, que haga su trabajo. Esta es la novedad que tenemos respecto a la legislatura pasada, que fue una legislatura quiebra en que no se avanzó nada y la ciudadanía percibió que se había puesto el futuro del país en una mesa donde no había esperanzas. Ahora todo se juega en dos vías que corren paralelas. Si no hay un referéndum pactado, es evidente que el siguiente paso es trabajar por un referéndum no pactado. Pero desde ahora ya tenemos que trabajar para tener las condiciones para sostenerlo. Porque no puede pasar como el 1‑O.
–El 1‑O España demostró que era capaz de hacer uso de la violencia y el independentismo no supo o quiso controlar el territorio.
-No supo o no quiso? No lo sabemos. Yo soy como tantas personas que el 27‑O dieron la cara allí. Fui al parlamento dando voz a los municipios y no sabemos por qué no se sostuvo. Tenemos muchas explicaciones diferentes, muchas versiones. Es igual. Es un error perder energía culpabilizando. Es bueno saber qué pasó para poderlo corregir pero no para estarnos debilitando. Seguramente el 1‑O no se contaba que el estado actuaría con esta violencia extrema. Ahora ya sabemos cómo responderá. O bien el estado se habrá dado cuenta que no puede repetir lo que hizo el 1‑O y debería hacer la vía escocesa o nosotros nos tenemos que preparar para que, si el estado responde con violencia, tengamos cubiertas todas las hipótesis y sepamos cómo haremos efectivos los siguientes pasos. Hay un trabajo internacional muy importante que hacer, también. Me parece importante esto para los que se sienten heridos y decepcionados porque no se aplica la vía unilateral ahora. Preguntémonos: ¿qué tenemos de nuevo?
–El independentismo ha superado el 50% de los votos pero está desunido y más desmovilizado. Está peor?
-Para afrontar hoy una DUE, sí. Es imposible. Antes hablaba de la convalecencia. En una convalecencia tienes que esforzarse mucho para recuperarte: hay personas que tienen que volver a aprender a caminar oa respirar. Y tienes que poner en el horizonte que te recuperarás seguro, sabiendo que tienes que hacer para salir adelante. Lo que pasó en 2017 es un impacto brutal en muchos niveles y el independentismo no ha dedicado esfuerzos a la recuperación. Tres años después vuelven a salir las rencillas, los reproches … ¿Qué quiere decir? Que esto no lo hemos curado. Si aún sale es que existe. Tiene que haber este espacio de conciliación, relato compartido, de cuidar entre nosotros. El dolor no debemos menospreciar. Lo que no podemos hacer es que envenena el independentismo con odio y rifirrafe. Lo que hemos hecho es decir: esta DUI aplazamos para que tenemos que reconstruir, trabajar, debemos fortalecer, acumular fuerzas. El 1‑O la fuerza del poder popular fue mayúscula, pero no teníamos previsto el siguiente paso en una estrategia de no violencia consensuada. Se dejó todo en manos de los políticos y eso fue de los errores que se puede conceptualizar. Debemos reconstruir los espacios para acordar estrategias desde la diversidad y la pluralidad de respuesta futura, y volver. No debe haber pesimismo, sino optimismo.
El hecho de que el estado no admita la vía escocesa no es el final. Esto es lo más importante. Este desencanto que hay es si pensamos que todo está a expensas de que el estado cambie, porque ya sabemos que no cambiará. Pero no tenemos que estar tan pendientes de qué hará el estado sino de que haremos nosotros. pero no teníamos previsto el siguiente paso en una estrategia de no violencia consensuada. Se dejó todo en manos de los políticos y eso fue de los errores que se puede conceptualizar. Debemos reconstruir los espacios para acordar estrategias desde la diversidad y la pluralidad de respuesta futura, y volver. No debe haber pesimismo, sino optimismo. El hecho de que el estado no admita la vía escocesa no es el final. Esto es lo más importante. Este desencanto que hay es si pensamos que todo está a expensas de que el estado cambie, porque ya sabemos que no cambiará. Pero no tenemos que estar tan pendientes de qué hará el estado sino de que haremos nosotros. pero no teníamos previsto el siguiente paso en una estrategia de no violencia consensuada. Se dejó todo en manos de los políticos y eso fue de los errores que se puede conceptualizar.
Debemos reconstruir los espacios para acordar estrategias desde la diversidad y la pluralidad de respuesta futura, y volver. No debe haber pesimismo, sino optimismo. El hecho de que el estado no admita la vía escocesa no es el final. Esto es lo más importante. Este desencanto que hay es si pensamos que todo está a expensas de que el estado cambie, porque ya sabemos que no cambiará. Pero no tenemos que estar tan pendientes de qué hará el estado sino de que haremos nosotros. Debemos reconstruir los espacios para acordar estrategias desde la diversidad y la pluralidad de respuesta futura, y volver. No debe haber pesimismo, sino optimismo. El hecho de que el estado no admita la vía escocesa no es el final. Esto es lo más importante.
Este desencanto que hay es si pensamos que todo está a expensas de que el estado cambie, porque ya sabemos que no cambiará. Pero no tenemos que estar tan pendientes de qué hará el estado sino de que haremos nosotros. Debemos reconstruir los espacios para acordar estrategias desde la diversidad y la pluralidad de respuesta futura, y volver. No debe haber pesimismo, sino optimismo. El hecho de que el estado no admita la vía escocesa no es el final. Esto es lo más importante. Este desencanto que hay es si pensamos que todo está a expensas de que el estado cambie, porque ya sabemos que no cambiará. Pero no tenemos que estar tan pendientes de qué hará el estado sino de que haremos nosotros.
–Uno de los elementos que más tensión ha creado entre ERC y JxCat ha sido si el espacio de dirección estratégica debía vincular o no al Consejo por la República …
-Una cosa es el presidente en el exilio y toda la represión del gobierno destituido y su legitimidad, que tiene un valor simbólico y real. La figura del presidente debía ser de todo el país, no partidista, y el hecho de que haya continuado teniendo papel político de partido ha enrarecido lo que es el Consejo y, al mismo tiempo, ha habido la opción de ERC de no darse el papel por el que fue creado. Pienso que hemos hecho bien entre todos, y que ha sido bien que en el acuerdo se incluyera, que el papel del Consejo debía reformular. Esto no quiere decir que haya que menospreciar. Si es importante que el Consejo para la República sea troncal, es evidente que debe serlo para todos: y no puede ser que para unos no sea un espacio reconocido y no se impliquen, y que para los demás sea un espacio demasiado ligado a su organización política.
–La CUP participará en esta reformulación que ha quedado pendiente?
-La CUP participará en este espacio de replantear y valorar el Consejo para la República. La CUP como tal no está, pero espacios políticos que están dentro de la CUP están. Es uno de esos debates que también está muy presente en la organización. Se participa en muchos espacios con el Consejo pero no se es orgánicamente porque es un debate abierto. Será muy interesante poder hacer este análisis, y esta reformulación, con un profundo respeto y reconocimiento del trabajo realizado hasta ahora.
–Y quien deberá organizar el nuevo embate, que vosotros defendéis que sea un referéndum unilateral?
-Ya se verá. El tiempo que nos damos es porque lo tendremos que decidir conjuntamente, en este espacio que tenemos que volver a tener, de confianza, de construcción y de definición de los nuevos embates de una manera que no puede ser confrontada dentro del independentismo. Dejadme decir algo.
–Adelante.
-Este noche [el viernes] hay un acto en el Ateneo de la Armonía, dentro del ciclo de cine vasco que hará un homenaje a la insumisión al servicio militar. Formé parte de este movimiento muchos años, todavía me siento partícipe. Creo que hay una lección a extraer y es que, desde una amplitud ideológica que se podía percibir como contrapuesta y ante un enemigo tan potente como es el poder fáctico militar, que se confronta de manera directa, s ‘es capaz de construir un consenso estratégico conjunto que llega hasta ganar. Y esto se hace desde la autoorganización, desde asambleas locales extendidas por todo el territorio, de sumar visiones ideológicas diferentes con un objetivo común. Es un aprendizaje que desde el independentismo …
–Quizá no competían en las elecciones, no?
-Es verdad, no competían en las elecciones.
–El PSOE ha rechazado de debatir la ley de amnistía y en cambio prepara el terreno para los indultos. Si se hacen efectivos, aunque continúe defendiendo políticamente la amnistía, no será una vía que habrá quedado definitivamente cerrada?
-Los indultos son muy respetables en lo personal sobre todo, porque la represión es muy dura para las personas presas. Todo el respeto por la opinión que tenga cada uno. Es evidente que mejorará la vida de las personas que sufren la represión carcelaria. Pero no resuelven el problema de fondo, que es la causa general contra el independentismo (hay más de tres mil víctimas de la represión) y el derecho de autodeterminación para avanzar hacia la independencia. Que nadie pueda pensar que los indultos sustituyen la petición de amnistía. Dependerá del independentismo organizado que el estado se conforme con ello. Lo peor que nos puede pasar internacionalmente es hacer creer que con la mesa de diálogo y con unos indultos el problema ya se resuelve. Esto sí que es un peligro que tiene el independentismo.
–Pedro Sánchez quiere esto?
-Si Pedro Sánchez busca eso, debemos tener la capacidad de no permitir que se dé este mensaje. Internacionalmente, no podemos permitir que la lectura que hagan sea que ya se ha resuelto todo. Por eso es importante que entrar en los canales internacionales. Que haya una mesa de diálogo seguramente permite decir a algunos organismos internacionales que ha probado todo. Pero es para tener una autodeterminación y una amnistía, no para tener unos indultos y una mesa de diálogo que simplemente abaraten el sueño.
Fuente: Vilaweb