Resumen latinoamericano, 1 de junio de 2021.
Noche tras noche en el Sur de Bogotá los y las jóvenes trabajadoras y habitantes de los barrios populares salen a copar la Av. Ciudad de Cali. A la altura del Portal Américas (ahora renombrado Portal de la Resistencia) y en el Espacio Humanitario “Al Calor de la Olla” se forja organización y dignidad.
Desde el 10 de mayo este lugar ha sido escenario de distintos tipos de manifestaciones. Artistas, murales, clases a la calle y el aguante de la Primera Línea han sido constantes durante estas jornadas. Aunque las manifestaciones son masivas y pacíficas, la presencia de la Policía y su violencia ha sido constante y desmedida.
En los barrios Britalia, Chicalá y Villa Andrea se han conocido distintos casos de abuso por parte de la Policía y uniformados del Escuadrón Móvil Antidisturbios ‑Esmad-. Capturas masivas y casos de abuso sexual a menores de edad son algunos de los crímenes la que población denuncia. El equipo de Colombia Informa ha estado cubriendo las noches de resistencia en este lugar y hoy comparte algunos de los hechos allí comprobados.
Balas contra el Paro
La noche del 20 de mayo inició con una concentración multitudinaria en la entrada a la estación buses. La Primera Línea estaba atenta a la posible intervención de uniformados del Esmad, porque esto es lo que había ocurrido otras veces. Sin embargo, después de la rueda de prensa realizada por la Alcaldía Mayor de Bogotá en la que el Secretario de Gobierno anunció la instalación de un Punto de Mando Unificado ‑PMU- en este sitio, las cosas se tornaron confusas.
A este espacio llegó el General de la Policía de Bogotá, así como equipos de la Secretaría de Gobierno y Diálogo Social, con el supuesto objetivo de escuchar las exigencias de la comunidad. Sin embargo, sus intervenciones se desenvolvieron entre evasivas y respuestas poco claras, que deslegitimaban la protesta social y criminalizaban a los manifestantes al referirse a ellos como «vándalos».
Sin importar la presencia del PMU e instituciones de diálogo, el Esmad intervino contra los manifestantes. Mientras tanto, el Secretario de Gobierno afirmaba en su perfil de Twitter que el actuar de la Policía “se debía a los actos vandálicos de unos pocos”.
Gases y bombas aturdidoras intentaron dispersar a las y los jóvenes. Esto sucede todas las noches. Los disparos de gases lacrimógenos no siguen los protocolos de uso de armamento y se realizan de frente contra los cuerpos y rostros de los manifestantes. A eso se le sumó el accionar violento y desmedido de la Policía, del cual resultó gravemente herido un joven (con trauma craneoencefálico severo) y 24 jóvenes más*.
La misma comunidad, ayudada con linternas, encontró casquillos de balas disparadas de armas de fuego que disparan agentes de la Policía.
El tratamiento de guerra que le han dado a la protesta social el Presidente Iván Duque y el Ministro de Defensa hace que la persecución contra las y los manifestantes suceda sistemáticamente, violando sus Derechos Humanos.
¿Quién da órdenes a la Policía?
Como ya se ha evidenciado en los espacios asamblearios del país, el pueblo exige al Gobierno Nacional que retire a las fuerzas policiales de sus espacios para poder entablar negociaciones. Esta exigencia está encaminada a frenar las intervenciones violentas de policías en calles, ciudades y territorios. Pero esto no ha sido escuchado por el Gobierno.
Como se decreta en el artículo 315 de la Constitución Política: “El alcalde es la primera autoridad de policía del municipio. La Policía Nacional cumplirá con prontitud y diligencia las órdenes que le imparta el alcalde por conducto del respectivo comandante”.
Las fuerzas de policía locales y municipales responden a las órdenes de las Administraciones Distritales o Municipales. Como en varias ocasiones ha mencionado la misma Alcaldesa de Bogotá, Claudia López, “ella es la jefa de la Policía”.
El día 24 de mayo (después de terminar su aislamiento obligatorio por Covid-19) la Alcaldesa Claudia López declaró en sus redes sociales que iba a escuchar a los jóvenes porque estos le temían más al hambre que al desempleo. A pesar de este anuncio, los órganos policiales ‑y el Gobierno- no muestran ninguna intención de diálogo. Siguen disparando balas contra las reflexiones del pueblo.
*Cifra del consolidado de Colombia Informa