Por Andy Jorge Blancon y Rogelio Carmenate. Resumen Latinoamericano, 22 de junio de 2021.
Solo entre abril de 2019 y diciembre de 2020, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba causó pérdidas en el orden de los 9 157 millones de dólares. Durante 60 años, los daños de esa política ascienden a 147 853 millones de dólares a precios corrientes.
La Farmacéutica Baxter International INC no ofreció respuesta ante la solicitud de Cuba para obtener líneas pediátricas arteriales y venosas, catéteres de hemodiálisis transitorios para niños pequeños o dializadores pediátricos, los cuales eran necesarios para atender a recién nacidos y lactantes que presentan una insuficiencia renal aguda.
El Instituto Finlay de Vacunas realizó 15 operaciones de abril de 2019 a marzo de 2020, con el fin de importar mercancías de procedencia estadounidense, mediante proveedores de terceros países. Para ello se emplearon 894 693 dólares, mientras que la institución cubana se hubiera ahorrado alrededor de 178 938 dólares de poder realizar dichas operaciones con una empresa norteamericana.
Se ha recrudecido, aun en medio de una pandemia que ha puesto al mundo en jaque. ¿Cómo se puede justificar la crueldad? Si es irreal, si no existe, ¿por qué está codificado en leyes y por qué crece el rechazo internacional a esta política? ¿Quién puede ocultar –por ejemplo– que el Departamento de Transporte denegó el 18 de noviembre de 2020 una solicitud de varias aerolíneas para traer ayuda humanitaria a Cuba?
En medio de una pandemia se le ha obstaculizado a esta Isla la obtención de una treintena de insumos y productos urgentes para el enfrentamiento a la COVID-19. Proveedores de reactivos y material de laboratorio detuvieron los suministros a Cuba en 2020 (las empresas alemanas Sartorious y Merck, por ejemplo).
Ante la imposibilidad de adquirir equipamiento para la producción de los candidatos vacunales cubanos, el país recurrió a intermediarios, con lo cual el precio aumentó a más de un 50%. Cuba no puede contratar directamente al fabricante y eso eleva los costos. El bloqueo está ahí y ha afectado a la industria biofarmacéutica cubana. Si inhumano es mantener un cerco a una Isla por casi 60 años, ¿cómo puede calificarse el hostigamiento sostenido contra toda una población en un contexto de pandemia? Solo en 2020, Estados Unidos impuso 55 medidas unilaterales contra Cuba.
Dicen que la Isla no es prioridad en la política exterior de Washington, pero no cesan el hostigamiento. Dicen que Cuba patrocina el terrorismo y para justificarlo fabrican las más variopintas falacias. Dicen que las medidas son contra el gobierno, como si bloquear a todo un país no implicara bloquear a cada familia.
Eliminan canales para envíos de remesas, prohíben la entrada de cruceros, sancionan buques transportadores de petróleo al país, eliminan vuelos a toda la Isla, exceptuando a La Habana; cancelan servicios consulares en Cuba y los ubican en terceros países; impiden transacciones…
En solo nueve meses, de abril a diciembre de 2020, el bloqueo causó pérdidas al país en torno a los 3 586,9 millones de dólares. Y aunque el dolor no puede cuantificarse, los números dicen. Y dicen mucho.
Tomado de Cubadebate