En el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra hoy, 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF advierten en el estudio «Trabajo infantil: estimaciones globales 2020, tendencias y el camino a seguir» del estancamiento del progreso en el luchar para erradicar este flagelo por primera vez desde 2000.
Entre 2000 y 2016, se había producido una disminución significativa en el número de niños con esta condición (94 millones), una tendencia que ahora se invierte, alcanzando un total global de 160 millones de niños en todo el mundo. “El sector agrícola por sí solo representa el 70% de los niños en trabajo infantil (112 millones), seguido del 20% en los servicios (31,4 millones) y el 10% en la industria (16,5 millones)”.
Según el comunicado de la OIT, “el informe muestra un aumento significativo en el número de niños de entre 5 y 11 años en trabajo infantil, que ahora representa algo más de la mitad del total mundial. El número de niños de 5 a 17 años que realizan trabajos peligrosos, definidos como trabajos que pueden dañar su salud, seguridad o moralidad, ha aumentado en 6,5 millones desde 2016, hasta alcanzar los 79 millones ».
“El crecimiento demográfico, las crisis recurrentes, la pobreza extrema y las medidas de protección social inadecuadas” son las principales razones que se dan en el documento del aumento exponencial del número de niños en situaciones de explotación del trabajo infantil, que se han agravado en muchas zonas del mundo y con especial violencia en la zona del África subsahariana.
La OIT también señala el peligro de agravar las consecuencias sociales y económicas derivadas de la pandemia, “incluso en regiones donde ha habido algunos avances desde 2016, en particular Asia y el Pacífico, y América Latina y el Caribe”. Y agrega que el número de niños en riesgo “puede aumentar a 46 millones si no tienen acceso a coberturas críticas de protección social”.
Entre las medidas propuestas por la OIT y UNICEF para combatir la situación actual, se destaca “la promoción del trabajo decente para adultos”; “Un aumento del gasto en educación de calidad y para que todos los niños vuelvan a la escuela” e “inversión en sistemas de protección infantil, desarrollo agrícola, servicios públicos rurales, infraestructura y medios de vida”.
Fuente: Abril Abril.