Unas 250 personas, vecinos y vecinas y militantes de movimientos populares, sindicales y políticos de Ezkerraldea y Meatzaldea se han dado cita este sábado al mediodía en la plaza Lube de Lutxana para trasladarse al pié del puente de Rontegi al son de txistus y dulzainas, con el fin de recordar el legado de Periko Solabarría, por sexto año consecutivo.
JuanJo Zárraga, presidente de la Asociación memorialista Periko Solabarria ha denunciado los ataques que viene sufriendo el mural con la imagen de Periko, por parte de los fascistas, el último de los cuales se ha producido esta misma mañana (Firmaba Vox)
Tras la bienvenida y un aurresku a cargo de dantzaris de Lutxana, Xabier Amuriza ha recordado algunas anécdotas que vivió personalmente con Periko en la cárcel concordataria de Zamora, así como algunas de sus frases y actitudes más conocidas. Seguidamente Tasio Erkizia recordó los comienzos de Herri Batasuna, en los cuales ambos tuvieron un papel importante. Ambos glosaron la figura de Periko como alguien a quien le gustaba más predicar con actos que con palabras.
Luego se ha dado paso a representantes de trabajadores de empresas en lucha, como Usoa, Tubacex e ITP, los cuales agradecieron a la asociación su apoyo y la ocasión de tomar la palabra y participar en el acto. Manifestaron que tras una época marcada por la división entre los y las trabajadoras, por diferencias en escalas salariales, sociales o sindicales, la unidad y la solidaridad entre trabajadores /as es la única vía para sobrevivir como clase. Bajo un paraguas como el de Periko esto es posible ya que dichas fronteras se difuminan.
Izaskun Duke y María Solar, juntera por Bizkaia y concejala de Barakaldo, respectivamente, recordaron el paso de Periko por ambas instituciones, así como la estela que en ellas dejó de honradez, trabajo y poco apego al cargo. Ambas reivindicaron a Periko como un ejemplo a seguir para todos los cargos públicos y en especial para los y las de la Izquierda Abertzale, y su carácter profundamente feminista, a pesar de viajar por esta vida en un cuerpo de hombre.
Berri-Otxoak recordó su carácter de luchador incansable para el que ninguna causa estaba perdida; en especial la solidaridad que Periko demostraba para con los más marginados de esta sociedad.
El movimiento pensionista se mostró convencido de que Periko habría estado también en las plazas, de haber vivido lo suficiente. Este movimiento surgió no sólo para reivindicar mejores pensiones sino también para apoyar otras reivindicaciones sociosanitarias y laborales; ya que, aunque fuera del mercado laboral, se saben miembros de la clase trabajadora. Se reivindicaron también como depositarios de una memoria de la cultura industrial y sus valores, que han de saber transmitir a generaciones venideras.
Un representante del movimiento juvenil denunció la represión judicial y policial a la que se están viendo sometidos/as últimamente y recordó que Periko siempre se consideró uno de ellos.
Finalmente un artista local hizo entrega a la familia de Periko de un bajorrelieve tallado en madera que representaba la fachada de Villa-Paquita, en cuyo sótano vivió Periko un tiempo y que fue refugio de muchos militantes y luchadores perseguidos.
Con el canto de la Internacional y el Eusko Gudariak se dio por finalizado el acto.