Resumen Latinoamericano, 4 de junio de 2021
Nuestro interés es aprender de las zapatistas y de la lucha que han realizado en Chiapas, y vamos a poner toda la ilusión, todo el cariño y toda la ternura al servicio de las compañeras que lleguen, porque en las luchas por la defensa de lo que se nos ha robado por generaciones, tenemos que poner estos valores sobre la mesa y volverlos revolucionarios. Nos estamos organizando para recibir a la delegación zapatista y pondremos a su disposición todos los recursos que desde abajo, de una manera sencilla y humilde, tenemos.
Nosotras nacimos con las mujeres de abajo y somos feministas antipatriarcales, y nos unimos en un colectivo que llamamos “Caracol Extremadura”, junto a otros grupos y personas que se están organizando para recibir a las zapatistas en nuestra tierra. Sabemos que el capitalismo y el patriarcado siempre van juntos, y que lo que ocurre en cualquier lugar del planeta nos afecta a nosotros directamente. Por eso nos sentimos universales, consideramos que la lucha por la vida es nuestro reto mayor, y vemos la importancia de unirnos gente de la ciudad y del campo.
Creemos que la delegación zapatista llegará por Extremadura hacia septiembre y tendremos alrededor de diez días para realizar actividades, para dar cuenta de otras maneras de funcionar desde la autonomía, la autogestión y la organización de los pueblos hay comunidades junto a la defensa del territorio. Los principales ejes que queremos desarrollar durante la visita zapatista son la soberanía y autogestión de la vida, género, resistencia ante los megaproyectos, defensa del territorio y memoria histórica.
Estamos muy ilusionadas de aprender con ellas, entendemos que han puesto el cuerpo y la vida al servicio de la revolución. Creemos que nos van a despertar, porque esta Europa rica duerme una siesta muy estéril que no ayuda en nada a la población más desprotegida.Mujeres sembrando narra cómo se organizan para recibir a la delegación zapatista
Un poco de nuestra historia
Para comprender la filosofía del grupo, la riqueza de los debates, la fortaleza de los acuerdos, y la incidencia en el movimiento feminista y contra la pobreza de Mujeres Sembrando hay que hacer algo de historia.
Una buena parte de las mujeres que formamos el grupo iniciador e impulsor de Mujeres Sembrando somos sesentonas, circunstancia que nos permitió participar en la lucha contra el franquismo en los últimos años de vida del dictador. Y lo hicimos desde diversos ángulos de la rebeldía, con pensamientos heterogéneos pero en absoluto contradictorios: el anarquismo, el trotskismo, desde los grupos cristianos de base, con miradas socialistas, sindicalistas, y siempre con el feminismo anticapitalista como telón de fondo.
Participamos en las organizaciones vecinales de los setenta, apoyamos la objeción de conciencia y la insumisión a los cuarteles y a los juzgados para que nuestros compañeros no tuvieran que hacer el servicio militar, luchamos contra la entrada de España en la OTAN, contra las guerras en otras latitudes en las que nos involucraban nuestros gobiernos y luego, directamente, con el movimiento Mujeres de Negro contra la Guerra de la Antigua Yugoslavia.
Esta andadura nos dio una amplia perspectiva para entender que debíamos involucrarnos en las acciones reivindicativas desde las que se reclamaba en Extremadura la RBIS, lucha que inició hacia el 2010 el colectivo “La Trastienda” (del que algunas formamos parte), y que continuó con la acampada de ochenta días que se hizo en 2013 en las puertas del Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE) de Mérida. Además de ser impulsoras de esa asentada, participamos diariamente en los actos de protesta que se realizaron en torno al SEXPE durante esos casi tres meses. Fue en esa acampada donde comprobamos cuánto se nos acalla a las mujeres en las luchas mixtas ‑por muy trasgresoras que sean‑, y de qué forma tan brutal se reproduce el patriarcado en estos tipos de acciones combativas por un mundo más igualitario.
“Pero… ¿igualdad social únicamente?”, nos preguntábamos muchas veces, perplejas. Y tomamos conciencia de la discriminación de género en el mundo progresista, y este “descubrimiento” a través de las experiencias vividas en 2013, se convirtió en la semilla que germinó dos años después, pues en 2015, las mismas mujeres que estuvimos en la acampada nos reunimos en parques, plazas y diversos espacios públicos para reflexionar sobre lo ocurrido en la campaña reivindicativa por la Renta Básica Universal de las Iguales (RBIS). Entonces se nos unieron nuevas compañeras: de otros barrios, de otras etnias, mujeres jóvenes, y, de la semilla germinada, brotó Mujeres Maquinando, de donde nacimos Mujeres Sembrando.
La vieja y metafórica frase “la pobreza tiene nombre de mujer” se amplió y –fruto de nuestra percepción- le añadimos otra: “la autoayuda también se nombra en femenino”. Porque, tras meses de reuniones, debates, reflexiones ‑por una parte- y de reclamos a los poderes públicos de Extremadura ‑por otra- en el año 2017 conseguimos algo que considerábamos muy necesario: la cesión por parte del Gobierno Autonómico de un edificio de su propiedad, que llevaba cerrado varios años. Fue así como empezamos a construir “El Sitio de las Mujeres”.
Esto fue un auténtico hito en el devenir del colectivo que con un espacio propio se fortaleció y puso en marcha lo que llamamos “Proyecto de Proyectos”.
Pero antes de describirlo creemos esencial explicar brevemente cual es el modo de trabajar de Mujeres Sembrando (en adelante MMSS), pues es una de las señas de identidad del colectivo.
Partimos del principio de reciprocidad: “yo recibo, yo doy”, lo cual implica que las mujeres beneficiarias de solidaridad nos comprometemos a compartir con otras mujeres las necesidades –todas las tenemos– implicándonos así en el proceso.
Pueden impulsarse acciones concretas que en un momento dado se consideren urgentes para atender necesidades básicas (alimentos, ropa, libros de texto, etc.) pero siempre serán promovidas por MMSS y el colectivo velará por que se conecten con el proceso de empoderamiento y concienciación política global. De esta forma se huye del asistencialismo, de la beneficencia, de la caridad. Practicamos el apoyo mutuo.
Proyecto de proyectos y la cocina solidaria
Para realizar este colosal conjunto de proyectos se necesitaba mucho espacio y el local cedido, bajo un Convenio firmado con el Ayuntamiento de Mérida, era el idóneo. Enumeraremos someramente los diversos Proyectos, y luego describiremos con más detalle el llamado “Cocina Solidaria”.
Consideramos que la formación es una de las herramientas más eficaces contra la pobreza y la exclusión social. Como parte de nuestras acciones formativas, hemos organizado talleres de lectura y escritura, de idiomas, de danza, de reciclaje de utensilios, de juguetes y ropa, de costura, de fabricación de jabón, de informática, de autoestima y crecimiento personal, de historia del movimiento obrero.
Acondicionamos un lugar expresamente para el almacenamiento de la ropa que en grandes cantidades nos han entregado y, junto al almacén, situamos el costurero con máquinas domésticas y máquinas industriales que también nos han donado para poder transformarla.
Creamos la Biblioteca “Josefa Martín Luengo” para la recogida y catalogación de libros: creación. Dos compañeras de MMSS llevan varios meses ordenando físicamente lotes de libros donados y a la vez que los colocaban (ordenados por géneros literarios) los han ido inventariando utilizando un método de catalogación profesional.
• Reutilización y reciclaje de juguetes fuera de uso: “Juguetes con Mucha Vida”. El objetivo de poner en marcha y fortalecer los procesos de recogida, reparación, reutilización y reciclaje de juguetes fuera de uso.
Concebimos un proyecto de cocina solidaria para el cual fijamos tres objetivos. Pretendemos denunciar el hecho intolerable de que un 60% de la producción agroalimentaria del planeta se tira a la basura, mientras millones de personas mueren de hambre en el mundo. Estamos trabajando en una propuesta a la Asamblea de Extremadura para elaborar una Ley que prohíba tirar alimentos en nuestra Comunidad Autónoma.
Por otro lado, la Cocina Solidaria tiene un fin pedagógico: se trata de promocionar hábitos alimenticios saludables a través de la realización de talleres informativos sobre higiene, prevención de la obesidad y el colesterol, sobre prevención de riesgos en el hogar. Y el tercer objetivo es el de cubrir las necesidades alimenticias de las mujeres y sus familias, algo que se ha hecho especialmente perentorio a partir del estallido de la pandemia, hace más de un año.
Las acciones concretas que realizamos desde el proyecto se pueden agrupar en cuatro apartados:
I. Recogida de alimentos: incluye la recepción de los productos donados por empresas conserveras o almacenes hortofrutícolas y la recolección de productos vegetales en campo por parte de las propias componentes de MMSS, algo muy importante por lo que tiene de acto en convivencia. En este capítulo también tiene mucha importancia la consecución de una furgoneta (nuestra Suceso Portales) que nos proporcionó el año pasado la Consejería de Sanidad, previas diligencias realizadas personalmente –y esto es justo subrayarlo– por el Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, vehículo sin el cual no hubiésemos podido transportar las grandes cantidades recolectadas.
II. Adecuación de las instalaciones adecuadas. El montaje de la cocina, del comedor social y de los lugares para almacenar los alimentos se ha logrado gracias a la ayuda solidaria ciudadana: a la entrega por parte de restaurantes que han cerrado sus negocios empujados/as por la crisis provocada por el covid-19 y de amigos y amigas del colectivo, de mobiliario, de electrodomésticos, de loza y de utensilios de cocina. A lo que habría que añadir una donación muy importante por parte de Caja Rural de Extremadura de una cámara frigorífica industrial.
III. Impartición de talleres formativos sobre alimentación saludable, clases de cocina y de elaboración de conservas y de obtención de jabones reutilizando productos naturales. Estamos conociendo comidas de otros lugares y cocina de nuestras antepasadas, (comida de batalla y de aprovechamiento).
IV. Reuniones con los grupos parlamentarios de la Asamblea de Extremadura para proponer ideas de cara a la demandada Ley que prohíba tirar alimentos.
La pandemia ha impedido realizar en los plazos propuestos muchas de las actividades proyectadas, pero también – y debido a la misma causa- se han realizado otras no previstas como reparto masivo de comidas, manteniendo rigurosamente las medidas de seguridad. Se avecinan tiempos aún más difíciles para la población empobrecida, y desde MMSS estaremos atentas, trabajando unidas. Como dijo Antonio Machado “se hace camino al andar”.
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FUENTE: desInformemonos