México. En torno a los orígenes de la narrativa antizapatista

Méxi­co. En torno a los orí­ge­nes de la narra­ti­va antizapatista

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Por Luis Her­nán­dez Nava­rro, Resu­men lati­no­ame­ri­cano, 19 de junio de 2021.

El levan­ta­mien­to arma­do del EZLN el 1 de enero de 1994 tomó por sor­pre­sa a bue­na par­te del mun­do inte­lec­tual. Embe­le­sa­dos por la moder­ni­za­ción sali­nis­ta, muchos ana­lis­tas vie­ron en la suble­va­ción indí­ge­na una ope­ra­ción de “los vie­jos dino­sau­rios priís­tas” para des­ca­rri­lar las refor­mas del mandatario.

Iró­ni­ca­men­te, 28 años des­pués de la insu­rrec­ción, los mal­que­rien­tes del zapa­tis­mo repi­ten el mis­mo argu­men­to pero inver­ti­do. Los insu­mi­sos serían, según ellos, una per­ver­sa crea­ción del ex pre­si­den­te. No ofre­cen prue­ba algu­na de sus afir­ma­cio­nes. En la épo­ca de las redes socia­les se con­for­man con ofre­cer memes. Curio­sa­men­te, Car­los Sali­nas de Gor­ta­ri y su pro­yec­to de país, fue­ron los más afec­ta­dos por la decla­ra­ción de gue­rra rebel­de y la toma de varios muni­ci­pios chia­pa­ne­cos. Des­de un pri­mer momen­to, seña­la­ron que su gobierno era ile­gí­ti­mo y deman­da­ron su destitución.

Curio­sa­men­te, hoy que los rebel­des del Sur­es­te mexi­cano empren­den una nue­va ofen­si­va polí­ti­co-mili­tar, los argu­men­tos para des­ca­li­fi­car­los son casi igua­les a los esgri­mi­dos hace casi tres déca­das. No hay mucha ima­gi­na­ción en el nue­vo dis­cur­so anti-rebel­de. Por ello, vale la pena recor­dar­lo, para ver que, aun­que nun­ca expli­có nada, pare­ce no tener fecha de caducidad.

El 4 de enero de 1994, en el perió­di­co ElDía, el perio­dis­ta Raúl Tre­jo Delar­be, con estre­chos nexos con el equi­po de comu­ni­ca­ción del pre­si­den­te Sali­nas, se con­cen­tró en tra­tar de des­ca­li­fi­car la natu­ra­le­za indí­ge­na del levan­ta­mien­to y su mani­pu­la­ción por los no indí­ge­nas. “Las entre­vis­tas a la pren­sa ‑escri­bió- fue­ron ofre­ci­dos por per­so­na­jes embo­za­dos pero de per­fec­ta dic­ción, en un cas­te­llano arti­cu­la­do. No se tra­ta de indí­ge­nas ni de pobres… Los que van a per­der más con este epi­so­dio son los pobres de Chia­pas. Mani­pu­la­dos o emplea­dos como pre­tex­to muchos de ellos van a ser víc­ti­mas de las con­se­cuen­cias mili­ta­res de la insu­rrec­ción… ¿quié­nes han lle­va­do a los indí­ge­nas alza­dos a esta situación?”.

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Foto: Fran­cis­co Lion

El sába­do 8 de enero de ese mis­mo año, en Excel­sior, el escri­tor Jai­me Labas­ti­da, algu­na vez en su vida espar­ta­quis­ta, ami­go de años de extra­or­di­na­rios poe­tas chia­pa­ne­cos que, a dife­ren­cia suya com­pren­die­ron la natu­ra­le­za del con­flic­to, fue aún más lejos. Acu­só ‑en base a puras espe­cu­la­cio­nes sin fun­da­men­to- al nar­co­trá­fi­co inter­na­cio­nal, de orga­ni­zar el levan­ta­mien­to arma­do, dis­fra­zán­do­lo de “con­flic­to social”, para inten­tar “des­pres­ti­giar inter­na­cio­nal­men­te al gobierno fede­ral, la caí­da de la Bol­sa de Valo­res, la gene­ra­ción de mie­do en los inver­sio­nis­tas extranjeros”.

Ese mis­mo día, pero en Refor­ma, Jai­me Sán­chez Susa­rray, uno de los inte­lec­tua­les sali­nis­tas en ascen­so en el mun­do de los “ana­lis­tas”, aven­tu­ró, que en la ope­ra­ción mili­tar había “gru­pos muy oscu­ros que están mani­pu­lan­do el movi­mien­to que podrían estar bus­can­do una revan­cha para pre­ser­var sus posi­cio­nes y pre­ben­das” por­que “duran­te este gobierno se han afec­ta­do intereses”.

Des­de el pri­me­ro momen­to de la insu­rrec­ción, uno de sus más rabio­sos crí­ti­cos y denos­ta­do­res ha sido Héc­tor Agui­lar Camín, cabe­za de uno de los dos blo­ques polí­ti­co-cul­tu­ra­les hege­mó­ni­cos bene­fi­cia­dos gene­ro­sa­men­te por el sali­nis­mo, el de la revis­ta Nexos. Sin dar tre­gua, Agui­lar Camín enca­be­zó la cru­za­da inte­lec­tual con­tra los alza­dos en múl­ti­ples artícu­los perio­dís­ti­cos y entre­vis­tas en la pren­sa y la tele­vi­sión. En Laexplo­sióndeChia­pas, apa­re­ci­da en Pro­ce­soel 10 de enero de 1994, acu­só a los zapa­tis­tas de ser “resu­mi­de­ro de deli­rios ideo­ló­gi­cos y mili­ta­res, que agru­pa una peli­gro­sa colec­ción de des­he­chos: fosi­li­za­cio­nes ideo­ló­gi­cas de la vie­ja y nue­va izquier­da, reli­gio­sos ancla­dos en la teo­lo­gía de la libe­ra­ción, des­em­plea­dos de la gue­rra centroamericana”.

Pro­ba­ble­men­te, la visión guber­na­men­tal más estruc­tu­ra­da sobre el ori­gen de la natu­ra­le­za del movi­mien­to arma­do, es la del antro­pó­lo­go Artu­ro War­man, defen­sor del sali­nis­mo has­ta las últi­mas con­se­cuen­cias (“Yo sir­vo en el Poder Eje­cu­ti­vo, afir­mó sin ambi­güe­dad), direc­tor del Ins­ti­tu­to Nacio­nal Indi­ge­nis­ta, pro­cu­ra­dor agra­rio, secre­ta­rio de Agri­cul­tu­ra y de la Refor­ma Agra­ria (https://​bit​.ly/​2​R​7​X​coE), y jus­ti­fi­ca­dor de la con­tra-refor­ma agra­ria al artícu­lo 27 constitucional.

En su tra­ba­jo «Chia­pas hoy», en La Jor­na­da del 16 de enero de 1994, expli­có el levan­ta­mien­to no como un movi­mien­to indí­ge­na, sino como «un pro­yec­to polí­ti­co-mili­tar implan­ta­do entre los indios, pero sin repre­sen­tar­los». Y aña­dió: “La pobre­za, la exclu­sión y dis­cri­mi­na­ción fue­ron un cal­do de cul­ti­vo para el reclu­ta­mien­to, pero no son la cau­sa direc­ta de la apa­ri­ción de un movi­mien­to polí­ti­co-mili­tar que pro­po­ne la gue­rra total y prolongada”.

El esque­ma dotó de muni­cio­nes a los crí­ti­cos ofi­cia­lis­tas de la rebe­lión y sir­vió de colum­na ver­te­bral ‑jun­to con el infor­me rea­li­za­do por Ale­jan­dro Rubi­do para el Cisen, recu­pe­ran­do el tes­ti­mo­nio de un dela­tor- de los tra­ba­jos de Car­los Tello y Alma Guillermo-Prieto.

Jor­ge Alco­cer, algu­na vez mili­tan­te del Par­ti­do Comu­nis­ta Mexi­cano, lue­go sub­se­cre­ta­rio de Gober­na­ción con el PRI y aho­ra coor­di­na­dor de ase­so­res de Olga Sán­chez Cor­de­ro en la secre­ta­ria de Gober­na­ción de la 4T, aler­ta­ba en Pro­ce­sodel 17 de enero, sobre el peli­gro de otor­gar al “EZLN la repre­sen­ta­ti­vi­dad para ser reco­no­ci­do como orga­ni­za­ción polí­ti­co-mili­tar con dere­cho a nego­ciar con los pode­res de la Unión exi­gen­cias como las plan­tea­das en sus comu­ni­ca­dos”. Hacer­lo, dijo, “sería des­ta­par una caja de Pandora”.

La lis­ta de los arti­cu­lis­tas que, des­de el sali­nis­mo cons­tru­ye­ron la matriz de opi­nión anti­za­pa­tis­ta es, por supues­to mucho más exten­sa, e inclu­ye a escri­to­res como Jor­ge Cas­ta­ñe­da, futu­ro Can­ci­ller del gobierno panis­ta de Vicen­te Fox, al que el levan­ta­mien­to arma­do con­de­nó a la orfan­dad teó­ri­ca, al des­ba­ra­tar en la prác­ti­ca su crí­ti­ca a las izquier­das latinoamericanas.

No deja de ser curio­so que hoy, muchos ideó­lo­gos de la 4T, repi­tan mecá­ni­ca­men­te las tesis sobre el EZLN ela­bo­ra­das por los inte­lec­tua­les del sali­nis­mo, que, en su mayo­ría, son acé­rri­mos crí­ti­cos del obra­do­ris­mo. Cier­ta­men­te, otras fal­se­da­des como la de “solo apa­re­cen duran­te las elec­cio­nes” o “no han hecho nada en estos años” o “son crea­ción de Sali­nas de Gor­ta­ri”, sur­gie­ron des­pués. Sin embar­go, en par­te, tam­bién fue­ron cons­trui­das narra­ti­va­men­te por muchos de estos publi­cis­tas. Aun­que, jus­to es reco­no­cer, que tam­bién par­ti­ci­pa­ron en su ela­bo­ra­ción, sin el menor res­pe­to hacia la ver­dad, a par­tir de 2001 (con la con­tra-refor­ma indí­ge­na) y 2006 (con el arran­que de laotracam­pa­ña), por pro­pa­gan­dis­tas y polí­ti­cos cer­ca­nos al enton­ces Par­ti­do de la Revo­lu­ción Demo­crá­ti­ca (PRD).

El ini­cio de la actual gira zapa­tis­ta por Euro­pa y la dispu­ta por el rela­to indí­ge­na han echa­do a cami­nar nue­va­men­te las calum­nias tra­di­cio­na­les con­tra los rebel­des. Sería muy bené­fi­co para las luchas por la trans­for­ma­ción del país, un deba­te serio e infor­ma­do, sobre los alcan­ces y la natu­ra­le­za del pro­yec­to de los indí­ge­nas del Sur­es­te mexi­cano. Sin embar­go, en estos tiem­pos de pola­ri­za­ción y de impo­si­ción de mega­pro­yec­tos pare­ce casi impo­si­ble que algo así suceda.

Itu­rria /​Fuen­te

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