Nación Mapuche. Profesor Jorge Pinto Rodríguez analiza Conflictos en la Araucanía y la nueva Constitución

Nación Mapu­che. Pro­fe­sor Jor­ge Pin­to Rodrí­guez ana­li­za Con­flic­tos en la Arau­ca­nía y la nue­va Constitución

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Jor­ge Pin­to Rodrí­guez /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de junio de 2021

Razón tie­nen diver­sas orga­ni­za­cio­nes mapu­che para rebe­lar­se con­tra un Esta­do que los tra­tó de “ani­ma­les de rapi­ña”, “hor­das de sal­va­jes a las cua­les había que exter­mi­nar por el bien de la huma­ni­dad”, que les expro­pió sus tie­rras, los empo­bre­ció y los sigue des­co­no­cien­do como Pue­blo-Nación, con dere­chos sobre el terri­to­rio, gra­dos de auto­no­mía y un tra­to que pos­ter­gue defi­ni­ti­va­men­te la discriminación.

Que los con­flic­tos en La Arau­ca­nía se agra­va­ron en los últi­mos años no es nove­dad. Sin embar­go, lo que resul­ta incom­pren­si­ble es la inca­pa­ci­dad del Esta­do y la cla­se polí­ti­ca de adop­tar medi­das que con­ten­gan la vio­len­cia y abran las puer­tas a una solu­ción a un pro­ble­ma que daña a las comu­ni­da­des mapu­che y a toda la región. Al res­pec­to, creo que es con­ve­nien­te acla­rar algu­nos puntos.

En pri­mer lugar, los con­flic­tos fue­ron gene­ra­dos por el Esta­do hace ya más de 170 años, por la vio­len­cia con la cual lle­gó a la región, pro­vo­can­do heri­das y des­con­fian­zas que aún per­du­ran. Más tar­de no fue capaz de con­te­ner esa vio­len­cia, tam­po­co los abu­sos e injus­ti­cias, no solo con­tra el pue­blo mapu­che, sino tam­bién con­tra otros gru­pos que se ins­ta­la­ron en La Arau­ca­nía. Se tra­ta de una his­to­ria mar­ca­da por dolo­res e invi­si­bi­li­za­da por quie­nes mani­pu­lan el poder. Es cier­to que el con­flic­to que más preo­cu­pa es el del Esta­do con el Pue­blo Mapu­che, pero no es el úni­co. El de la región con­tra San­tia­go no es menor.

Razón tie­nen diver­sas orga­ni­za­cio­nes mapu­che para rebe­lar­se con­tra un Esta­do que los tra­tó de “ani­ma­les de rapi­ña”, “hor­das de sal­va­jes a las cua­les había que exter­mi­nar por el bien de la huma­ni­dad”, que les expro­pió sus tie­rras, los empo­bre­ció y los sigue des­co­no­cien­do como Pue­blo-Nación, con dere­chos sobre el terri­to­rio, gra­dos de auto­no­mía y un tra­to que pos­ter­gue defi­ni­ti­va­men­te la dis­cri­mi­na­ción. Y razón tie­nen tam­bién algu­nos empren­de­do­res regio­na­les a los cua­les una alta auto­ri­dad de gobierno en los años 80 los man­dó a “comer­se las vacas”, cuan­do se des­plo­ma­ron los pre­cios de la leche. Por esos mis­mos años, El Dia­rio Aus­tral reco­gió nume­ro­sas que­jas de los agri­cul­to­res por los efec­tos de las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les impues­tas por las cúpu­las de San­tia­go. “No veo nin­gu­na sali­da”, seña­la­ba uno de ellos, mien­tras otro agre­ga­ba que la agri­cul­tu­ra esta­ba que­bra­da, des­ca­pi­ta­li­za­da y sumer­gi­da en un pan­tano sin fon­do, para seguir denun­cian­do hoy que se sien­ten des­pro­te­gi­dos y can­sa­dos de reci­bir migajas.

La lle­ga­da de las empre­sas trans­na­cio­na­les, prin­ci­pal­men­te las fores­ta­les, com­pli­ca­ron aún más el pano­ra­ma. Diver­sos estu­dios han demos­tra­do que no solo son una ame­na­za a los recur­sos natu­ra­les, sino que han empo­bre­ci­do a la región y, par­ti­cu­lar­men­te, a las comu­ni­da­des mapu­che. Por lo mis­mo, viven en un cli­ma de ame­na­zas y daños que lamen­ta­ble­men­te se extien­de a otros sec­to­res, cau­san­do muer­tes dolo­ro­sas que enlu­tan a diver­sos hogares.

En medio de este pano­ra­ma tan des­alen­ta­dor, se abren espe­ran­zas. Hay más con­cien­cia de que los pro­ble­mas deben resol­ver­se, que el pue­blo mapu­che esta­ble­ce deman­das jus­tas, que las empre­sas que ope­ran en la región deben cam­biar sus prác­ti­cas, que hay volun­tad de amplios sec­to­res de impul­sar un diá­lo­go dis­tin­to que disi­pe las des­con­fian­zas; que la segu­ri­dad debe dar paso a la paz y que somos noso­tros, en La Arau­ca­nía, los lla­ma­dos a resol­ver los con­flic­tos que nos afec­tan, obli­gan­do al Esta­do y a la cla­se polí­ti­ca a renun­ciar a sus pos­tu­ras mesiá­ni­cas que los hacen creer que son los sal­va­do­res del país.

Por últi­mo, que la nue­va Cons­ti­tu­ción se hará con la par­ti­ci­pa­ción de genui­nos repre­sen­tan­tes del Wall­ma­pu y lúci­dos repre­sen­tan­tes del Pue­blo Mapu­che, capa­ces de sen­tar las bases de un Chi­le plu­ri­na­cio­nal y plu­ri­cul­tu­ral; de un Chi­le más jus­to, demo­crá­ti­co de ver­dad, soli­da­rio, capaz de res­pe­tar la diver­si­dad y con una cla­ra deci­sión de supe­rar la pobre­za y el indi­vi­dua­lis­mo que se impu­so en las últi­mas décadas.

FUENTE: Mapuex­press

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