Perú. Cuan­do des­per­té, el Doc. Mon­te­si­nos toda­vía esta­ba allí

Víc­tor Caba­lle­ro Mar­tin /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de junio de 2021

Está­ba­mos impá­vi­dos vien­do cómo se desa­rro­lla­ba la ope­re­ta crio­lla de Kei­ko Fuji­mo­ri y sus alia­dos por tum­bar­se las elec­cio­nes de segun­da vuel­ta, cuan­do de pron­to apa­re­ció en la tra­ma Vla­di­mi­ro Mon­te­si­nos en toda su dimen­sión, mos­tran­do todas sus malas artes de cómo se ope­ra en el poder del Esta­do, cómo se tuer­cen volun­ta­des para hacer ganar a Kei­ko Fuji­mo­ri y Fuer­za Popu­lar.

Sus decla­ra­cio­nes o mejor sus reco­men­da­cio­nes al ope­ra­dor polí­ti­co nos regre­sa­ron a la déca­da del noven­ta cuan­do él y Alber­to Fuji­mo­ri, el dic­ta­dor que mol­deó a su ima­gen y seme­jan­za, corrom­pie­ron el Esta­do y se adue­ña­ron del país. Como sabe­mos, ambos per­so­na­jes apro­ba­ron una Cons­ti­tu­ción y leyes a su medi­da, pero cuan­do éstas son inefi­ca­ces a sus intere­ses, usan sus ope­ra­do­res políticos.

Ilu­sos noso­tros que con­fia­mos que el Doc Mon­te­si­nos esta­ba en con­fi­na­mien­to en una cár­cel de máxi­ma auto­ri­dad: la Base Naval del Callao, bajo vigi­lan­cia de la Mari­na de Gue­rra del Perú. Fui­mos inge­nuos en creer que Kei­ko Fuji­mo­ri se había dis­tan­cia­do de Mon­te­si­nos. Más inge­nuos toda­vía cuan­do se pen­sa­ba que esta vez res­pe­ta­ría los resul­ta­dos, tal como lo había decla­ra­do y jura­men­ta­do ante la Con­fe­ren­cia Epis­co­pal, Trans­pa­ren­cia y otras enti­da­des cívi­cas de que res­pe­ta­ría los resul­ta­dos. Vol­vió a jura­men­tar en Are­qui­pa ante los alia­dos con­vo­ca­dos por Mario Var­gas Llo­sa en la que decla­ra­ba que había cam­bia­do; a Mario Var­gas Llo­sa le pro­me­tió que no indul­ta­ría a Mon­te­si­nos. ¡Qué poca memo­ria la nues­tra! Min­tió dos veces. Había­mos olvi­da­do que el Doc Mon­te­si­nos había tra­ta­do de inci­dir en las elec­cio­nes del 2016 hacien­do coor­di­na­cio­nes para que Kei­ko derro­te a PPK; aun­que no lo logró sí dejó en evi­den­cia que sus malas artes esta­ban vigen­tes, pero, sobre todo, que la Base Naval era, en reali­dad, su base de ope­ra­cio­nes políticas. 

Son varias las pre­gun­tas que debe­mos hacer­nos acer­ca de la par­ti­ci­pa­ción de Mon­te­si­nos en las cam­pa­ñas elec­to­ra­les de Kei­ko Fuji­mo­ri. La pri­me­ra, si esta par­ti­ci­pa­ción se da solo en el pro­ce­so elec­to­ral, y la segun­da, si el fuji­mo­ris­mo tie­ne vida sin Montesinos.

Sobre lo pri­me­ro, lo des­ta­ca­ble es la vigen­cia de la estra­te­gia que Mon­te­si­nos dise­ñó para hacer­se del poder y des­truir la demo­cra­cia perua­na. Como sabe­mos esa estra­te­gia no se redu­ce a la cam­pa­ña elec­to­ral, o a la uti­li­za­ción de recur­sos lega­les para impug­nar o ganar en mesa con impug­na­cio­nes, accio­nes que lo pue­den hacer estu­dios de abo­ga­dos, acom­pa­ña­dos con las denun­cias de polí­ti­cos inton­sos dis­pues­tos a tra­gar­se el dis­cur­so de que defen­der el voto del fuji­mo­ris­mo es la defen­sa de la demo­cra­cia. No. Esa no es la esen­cia de la estra­te­gia fujimorista. 

Vea­mos: la estra­te­gia que Mon­te­si­nos apli­có en la dic­ta­du­ra de Alber­to Fuji­mo­ri para que impo­ner su dic­ta­du­ra y se reeli­ja dos veces, con­sis­tía en cons­truir una mayo­ría par­la­men­ta­ria para, a par­tir de ahí, copar las estruc­tu­ras de las ins­ti­tu­cio­nes bási­cas: Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal, Poder Judi­cial, Fis­ca­lía de la Nación, Con­tra­lo­ría Gene­ral de la Repú­bli­ca, Con­se­jo Nacio­nal de la Magis­tra­tu­ra, Jura­do Nacio­nal de Elec­cio­nes, la ONPE y, la joya de la coro­na: con­tro­lar los gran­des medios de comu­ni­ca­ción. Esta estra­te­gia como sabe­mos fue bien dise­ña­da y eje­cu­ta­da por sus ope­ra­do­res polí­ti­cos que son, en defi­ni­ti­va, los que logran resul­ta­dos prác­ti­cos y concretos. 

Cuan­do Kei­ko per­dió las elec­cio­nes el 2016 bus­có la mane­ra de repro­du­cir la estra­te­gia de Mon­te­si­nos para no per­der en las elec­cio­nes siguien­tes. Así, des­de el pri­mer día de la legis­la­tu­ra pasa­da en la que con­ta­ba con mayo­ría abso­lu­ta, puso en mar­cha la estra­te­gia de Mon­te­si­nos, así logró con­tro­lar el CNM, inten­tó con­tro­lar la Fis­ca­lía de la Nación, copar el

Poder Judi­cial, nom­brar los titu­la­res del JNE y de la ONPE. Estu­vo a un paso de lograr todo, inclu­yen­do el Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal. No lo logró, per­dió por­que su tác­ti­ca de con­fron­ta­ción no les dio resul­ta­do. Es por eso que, en estas elec­cio­nes del 2021, Kei­ko no con­tro­la­ba las ins­ti­tu­cio­nes con los cua­les hubie­se logra­do impo­ner auto­ri­da­des pro­cli­ves a su can­di­da­tu­ra, tam­po­co con­ta­ba con ope­ra­do­res polí­ti­cos que le hubie­sen per­mi­ti­do “tor­cer” o “que­brar” a magis­tra­dos para que voten a su favor. 

La tra­ma des­cu­bier­ta por el ex con­gre­sis­ta Fer­nan­do Oli­ve­ra, bas­tan­te cono­ci­da ya, ilus­tra la mane­ra cómo estu­vie­ron a pun­to de lograr que el JNE acep­te las mil actas impug­na­das con los cua­les se anu­la­ban votos de Pedro Cas­ti­llo, lo sufi­cien­te como para vol­tear el resul­ta­do de las elec­cio­nes del 6 de junio. Y en esa ope­ra­ción cla­ve y deci­si­va esta­ba Vla­di­mi­ro Mon­te­si­nos, pero para lograr su pro­pó­si­to reque­ría ope­ra­do­res y con­tac­tos vin­cu­la­dos con el fuji­mo­ris­mo, dis­pues­tos a que­brar o com­prar inte­gran­tes del JNE

La segun­da pre­gun­ta que debe­mos hacer­nos a par­tir de la pri­me­ra, es si Kei­ko Fuji­mo­ri rom­pió con Mon­te­si­nos o si, por el con­tra­rio, la rela­ción Fuji­mo­ri – Mon­te­si­nos está acti­va. Todo pare­ce indi­car que sí, que Kei­ko y el fuji­mo­ris­mo man­tie­nen aún los lazos con Mon­te­si­nos: apli­can su estra­te­gia, se rela­ción con ope­ra­do­res polí­ti­cos, bus­can corrom­per auto­ri­da­des elec­to­ra­les, y, sobre todo, han cons­trui­do rela­cio­nes con una red mafio­sa de gru­pos empre­sa­ria­les que les abas­te­ce de recur­sos para sus cam­pa­ñas elec­to­ra­les. Hoy no logra­ron su pro­pó­si­to, qui­zá para el 2026 está dupla vuel­va a entrar en operaciones.

Estu­vi­mos con­fia­dos en que Mon­te­si­nos esta­ba bien vigi­la­do en la Base Naval del Callao; no nos per­ca­ta­mos que esta­ba vivo, actuan­do, ope­ran­do. 
En ver­dad, nun­ca rom­pió ni con Alber­to ni con Kei­ko, ni con Ken­ji Fuji­mo­ri. Es por eso cuan­do des­per­ta­mos por este tem­blor elec­to­ral, el doc. Mon­te­si­nos esta­ba ahí.

FUENTE: Otra Mirada

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