Resumen Latinoamericano, 23 de junio de 2021.
En Estocolmo, lejos de su querido Perú por el que tanto luchó con las armas y con las ideas revolucionarias, acaba de fallecer Elio Portocarrero, dirigente del MIR HISTÓRICO. Nuestro homenaje al combatiente de la Patria Grande. Hasta la Victoria Siempre
Mensaje del luchador peruano Ricardo Gadea:
ELIO PORTOCARRERO
COMBATIENTE Y DIRIGENTE DEL MIR HISTÓRICO
Acaba de fallecer en Estocolmo, el histórico militante revolucionario y militante del MIR de Luis de la Puente y Guillermo Lobatón, Elio Portocarrero Ríos.
Militante del MIR desde muy joven, Elio fue miembro del Comité Central que organizó el movimiento guerrillero de 1965.
Un hombre consecuente a lo largo de su vida, siempre comprometido con la causa del pueblo y la revolución.
Un fraterno abrazo para Martha, su compañera de toda la vida, y para toda su familia.
Querido Cejón, no te olvidaremos.
CON TU EJEMPLO ¡VENCEREMOS!
Ricardo Gadea Acosta
23 junio, 2021
Del ex comandante montonero argentino Roberto Perdía:
Hermano Helio Portocarrero acabo de enterarme que tu vida era finita. Lo que es infinito es el amor por tu pueblo. Tambien es infinito el respeto y cariño mutuos. Nos encontraremos en las montañas y calles donde nuestro pueblo lucha. Hasta la victoria. Roberto Perdía
La Historia que nunca contamos: La experiencia guerrillera del MIR peruano
Por Francisco José Bustos Serrano
Elio Portocarero Rios es uno de los pocos dirigentes históricos del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), que sobrevivieron a la experiencia guerrillera de 1965 en el Perú. Fue miembro del Comité Central, hizo su formación militar en Cuba, y tuvo a su cargo la creación del tercer frente guerrillero, en el norte del país. Frente que, por razones de organización no llegó a entrar en operaciones. En su libro, «La historia que nunca contamos», que acaba de ser publicado en Suecia, el país donde reside desde hace más de 27 años, nos describe minuciosamente el desarrollo de esta gesta heroica, desde la formación de la tendencia llamada APRA Rebelde, dirigida por Luis de la Puente Uceda, que va a devenir posteriormente el MIR, hasta la disolución definitiva de esa organización, poco tiempo después de la derrota militar. Se trata de un documento que tiene la solvencia de lo vivido personalmente, que exuda sinceridad y responsabilidad, que no elude aun los temas más delicados, como los conflictos de personalidad, o las divergencias entre los dirigentes, o los errores tácticos y estratégicos que se cometieron en el curso de esa experiencia, y que llegaron a determinar el trágico final para muchos de sus participantes, lo más valioso de la juventud de la época, y la inevitable extinción de la organización.
Para decirlo de otra manera, se trata de un testimonio de indudable valor histórico, que aporta respuestas concretas a las muchas interrogaciones que esa guerrilla «sui generis» suscitó desde siempre en los medios de izquierda latinoamericanos. Por señalar sólo una de ellas, el pretendido carácter «foquista» que algunos le atribuyeron. La guerrilla del MIR se inscribe en el conjunto de experiencias de lucha armada que se produjeron en América Latina bajo la poderosa influencia de la Revoluciona Cubana. Como lo explica Elio Portocarrero, la participación de Cuba fue decisiva, tanto desde el punto de vista del financiamiento, como de la preparación militar de sus cuadros. Todas estas experiencias fueron catalogadas de «foquistas», por estar fundadas en la implantación, digamos artificial, de un grupo armado, en un medio rural (de preferencia abrupto y de difícil acceso), a partir del cual se desarrollan las operaciones militares y se dinamiza la participación de los sectores populares en el proceso, como ocurrió precisamente en la Revolución Cubana. La crítica del «foquismo» se ha sustentado siempre, esencialmente, en la falta de una imbricación previa de la organización revolucionaria con las masas del teatro de operaciones, algo que, según la lectura del libro de Elio Portocarrero, fue por el contrario la preocupación principal del MIR, en las tres regiones donde llego a implantarse. Más aún, por llevar a cabo esta imbricación, que asegure el apoyo de las masas campesinas, se descuidaron los aspectos propiamente militares de la implantación y, por lógica consecuencia, se debilitó la capacidad ofensiva de los grupos armados. Esta discordancia de la teoría con la práctica de las fuerza revolucionarias, es sólo uno de los aspectos examinados por el autor, que van a contribuir a la derrota militar. En un capítulo especial, se señalan otros, según su punto de vista, que tienen que ver con la ciencia de la guerra, y que son el fruto de múltiples experiencias de combates revolucionarios en otras regiones del mundo. El libro, no termina ahí.
Elio Portocarrero fue uno de los pocos militantes de izquierda que decidió apoyar al gobierno militar del General Velasco Alvarado (1969÷1975), y que se integró a la estructura del Estado como Consejero Técnico del Ministro de Energía y Minas, el General Fernández Maldonado, el líder de la tendencia de izquierda de la Fuerzas Armadas. De esta experiencia, y particularmente de lo que fue la ORGA, una herramienta política que ayudó a crear «compuesta de dos ramas, la militar y la civil, con una concepción político-militar, con una estructura triangular, en una sola organización, que utilizaba todos los métodos de lucha para la toma del poder»