Por Juan Guahán, Resumen Latinoamericano, 13 de junio de 2021.
Según las agencias periodísticas miles de integrantes de las rondas campesinas, organizaciones comunales para la defensa de sus territorios y surgidas de la voluntad de los vecinos, preparaban su marcha a Lima. Fue en los inicios de la semana y querían asegurarse que los señoritos blancos de la costa no les arrebaten la victoria electoral que estaban alcanzando.
Nuestro conocido Jaime Durán Barba ‑que fuera asesor de Macri- que se caracteriza por ser conservador pero no tonto, lo dijo con todas las letras: “Los campesinos de Perú que están a un milímetro del poder por primera vez, no reconocerían una derrota”.
Cuando en las primeras horas del recuento electoral había dudas sobre la orientación del voto. Un avezado diplomático con destino en Lima, con voz grave y sin medias vueltas, dio en la tecla diciendo. La derecha tiene la posibilidad del fraude. En Perú se destruyen los votos en el lugar de elección y solo quedan ‑dentro de las urnas- las actas, más fáciles de reemplazar. La síntesis podría ser: “Actas…matan votos”, solo el temor a la rebelión de los campesinos y pobladores de los “pueblos jóvenes”, las “villas” de las grandes ciudades pudo cambiar ese destino y permitir que quienes fueron negados y explotados durante siglos, por esta vez lleguen a la administración del Estado.
El rumbo que tomará el triunfo de Castillo, un docente rural que saltó a cierto conocimiento público cuando –hace 4 años- se puso al frente de una huelga de maestros, es una incógnita. En el Parlamento está en franca minoría, difícilmente consiga aprobar leyes que vayan en la dirección de su Programa de Gobierno. La oposición está en condiciones de destituirlo mediante la figura de la “vacancia”, aplicada el año pasado para echar al Presidente Martín Vizcarra. También es posible pensar que quede enredado en negociaciones que acaben con su discurso de poner en marcha cambios drásticos. Pero, tampoco se puede descartar que, apoyado en el pueblo movilizado, encamine nuevos mecanismos institucionales a través de la Constituyente que plantea convocar.
Desde lo individual ¡Todo es posible! Pero desde lo colectivo, los avances del pueblo son el camino por el que transita la historia.
Lo que no se puede negar es que en las profundidades culturales del pueblo llano resuenan otras voces que alimentan este presente. Allí está el recuerdo ‑de años atrás- cuando el General Juan Velazco Alvarado anunció ‑en 1969- una Reforma Agraria. La misma que permitió que los padres analfabetos del Presidente electo dejaran de trabajar para el patrón y tuvieran su tierra propia.
En ese acto, aquel poco conocido Presidente sostuvo: “Al hombre de la tierra ahora le podemos decir en la voz inmortal y libertaria de Túpac Amaru: ¡Campesino, el patrón ya no comerá más de tu pobreza!”
Así se hilvanan los hilos de la historia. El rebelde y descuartizado Túpac dejó el recuerdo de su gesta; aquella Reforma Agraria, desecha luego de haber sido defenestrado aquel Presidente, también dejó sus huellas en la acumulación de poder que los pueblos van realizando.
Habrá que ver si estos individuos, encargados de ejecutar estos tiempos de la historia, están a la altura de las luchas y necesidades de sus pueblos. ¡La oportunidad está!