Ejercer el derecho a no vacunarse no va a ser fácil, al menos en Asturias. Ayer el consejero de Salud, Pablo Fernández, a instancias del diputado de Foro Asturias Adrián Pumares, explicó que el gobierno autonómico astur tiene un as en la manga frente a las 12.000 personas que han rechazado vacunarse.
El gobierno les volverá a llamar por teléfono, pero la recomendación para vacunarse no procederá de ningún sanitario sino de los soldados del ejército que, hasta ahora, se dedicaban a rastrear los contactos de los contagiados, dijo el consejero de Salud.
Como los contagios se van reduciendo, ya no son necesarios tantos soldados para ejercer de sabuesos y pasarán a perseguir a los reacios a la vacuna. Es lo que Pablo Fernández llama “repesca”.
“Este personal militar también hará ahora labores de localización en el proceso de vacunación”, apuntó el consejero de Salud, al tiempo que agradecía “el papel fundamental de apoyo” que han jugado los militares durante toda la crisis sanitaria.
De las más de 700.000 dosis administradas en Asturias, 119.000 son de AstraZeneca, cuya inoculación se está centrando en las personas con edades comprendidas entre los 60 y los 69 años. Pablo Fernández cifra el rechazo hacia esta marca farmacológica en concreto en un 2,46 por ciento. “Las cuatro vacunas autorizadas han demostrado niveles adecuados de eficacia y seguridad”, aprovechó para recordar el consejero.
Asturias se encuentra en contacto con colectivos especializados para gestionar la vacunación de personas con enfermedades mentales graves, sin hogar o reclusos. Además, ayer, los grupos parlamentarios aprobaron, por unanimidad, que se vacune a los estudiantes de Erasmus asturianos ‑unos 1.000- antes de viajar a destino.
Fuente: elcomercio.es