Resumen Latinoamericano, 12 de julio de 2021
El pueblo Amazigh (conocido como bereber) es el pueblo indígena del Norte de África. La región histórica amazigh se la conoce como Tamazgha (ⵜⴰⵎⴰⵣⵖⴰ), que se extiende desde las Islas Canarias hasta el Oasis de Siwa en Egipto y desde el Mediterráneo hasta el Sahel.
Siendo una zona tan amplia y tantas veces conquistada (fenicios, griegos, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, turcos, franceses, británicos, españoles e italianos), la identidad amazigh no puede reducirse a una etnia homogénea: su identidad abarca toda la historia y geografía de la región y una gran variedad de fenotipos, sociedades y ancestros. La principal fuerza unificadora para el pueblo amazigh es su lengua, que cuenta con 26 dialectos, entre los que destacan los grupos dialectales del cabilio en Argelia y del tamazight, el tachelhit y el tarifit o rifeño en Marruecos.
Hoy en día, en el Magreb, se estima que viven entre 40 y 50 millones de imazighen (el plural de amazigh). Hablamos de una estimación porque los gobiernos de la región no reconocen legalmente aún la condición indígena de los Amazigh y se niegan a publicar estadísticas oficiales sobre su población.
Los mayores porcentajes se concentran en Marruecos y Argelia. Las asociaciones de defensa y promoción del pueblo Amazigh estiman que la población de habla tamazight (como se denomina la lengua amazigh) es de entre 20 y 30 millones en Marruecos (entre 60 y 70% de la población) y 12 millones en Argelia (30% de la población argelina). Pese a estos porcentajes, gran parte del norte de África tiene ascendencia amazigh. Es decir, aunque no hablen el idioma tamazight, en grandes ciudades como Argel, Orán, Rabat, etc., viven varios cientos de miles de personas que son histórica y culturalmente Amazigh pero que se han arabizado en parte a lo largo de los años sucumbiendo a un proceso gradual de aculturación.
Amazigh vs Bereber
El término bereber, que es como se suele denominar al pueblo amazigh popularmente, proviene de los conquistadores y es un nombre del que el propio colectivo huye por considerar que posee una carga peyorativa. «Bereber» deriva de la palabra griega bárbaro (βάρβαρος), que era utilizada para denominar a todos aquellos que no hablaban griego y que, por tanto, eran considerados bárbaros. Los romanos y los bizantinos continuaron utilizando este término y tras las invasiones árabes, adaptaron el término a barbr.
Las costumbres, la cultura, las artes, la cocina, la religión y el derecho no se entienden en el Gran Magreb sin esta referencia Amazigh que lo impregna todo.
Desde mediados del siglo XX, cuando empezaron a florecer los movimientos independentistas árabes, el pueblo amazigh vio amenazada su lengua e identidad debido a las fuertes políticas de centralización y arabización que suponían los movimientos nacionalistas árabes. Los movimientos de independencia resultaron en nuevos Estados que, como Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, se autodefinieron oficialmente como “países árabes”, uniéndose a la Liga de los Estados Árabes y en 1989 conformando la Unión del Magreb Árabe. En estos países, el árabe fue declarado el único idioma oficial, el islam la religión de Estado y la arabización en los ámbitos educativo y público pasó a ser prioritaria. El nacionalismo del momento, interpretaba que la construcción exitosa del Estado y la integración nacional requerían subsumir toda heterogeneidad bajo la rúbrica de la identidad araboislámica. Si bien los imazighen también deseaban y luchaban por la independencia, pretendían una independencia que reconociera su identidad a la par que a la identidad árabe. Este contexto supuso el caldo de cultivo para el nacimiento de un movimiento identitario amazigh más organizado.
Para combatir la discriminación y reclamar su identidad en el plano lingüístico, los pueblos indígenas utilizan los términos: Amazigh (singular), Imazighen (plural) y Tamazight (femenino) para referirse a sí mismos. “Amazigh» en el idioma tamazight significa «hombre libre». Una de las peticiones de la Asamblea Mundial Amazigh (AMA), un organismo que desde 1997 agrupa a movimientos amazigh de todo el norte de África, ha pedido que acompañemos su lucha evitando referirnos a la región como “Mundo Árabe”, “Patria Árabe”, “Umma Árabe”, “Magreb Árabe” o Región Árabe”. En palabras de Rachid Rham, presidente de la AMA, estas expresiones representan un “monolitismo lingüístico, étnico y racial” que invisibiliza y desprecia a millones de ciudadanos amazigh. En su lugar, sugieren la expresión “África del Norte, Medio Oriente o Gran Magreb”.
En búsqueda de reconocimiento
En términos prácticos, el principal objetivo del pueblo amazigh es el reconocimiento oficial de su lengua, frenar los procesos de aculturación, y lograr la reparación a las injusticias que se han cometido contra ellos en cuanto a políticas educativas, económicas y sociales. De esta manera buscan la rehabilitación, protección y promoción de su cultura. Este movimiento, al igual que las comunidades que componen el colectivo, no ha sido uniforme en toda la región.
Por ejemplo, el Movimiento Tuareg del Norte de Mali (MTMN), protagonista de la rebelión tuareg del 2012, reivindica la independencia de la parte septentrional de Mali, comúnmente referida como Azawad. En la misma sintonía, algunos sectores del nacionalismo canario y el movimiento en Cabilia reivindican también el derecho a la autodeterminación. Otros, como los rifeños, los shawiya o los mozabitas, abogan por un estatus de autonomía integrado dentro de un sistema de Estados-nación federados. En cualquier caso, sean cuales fueren las pretensiones separatistas, autonomistas, o reformistas, los imazighen reclaman de forma unánime una mayor adhesión social de su legitimidad como cultura ancestral.
La negación y el desdén por parte de las autoridades de los Estados del norte de África y del Sáhara han empujado a la población a rebelarse en numerosas ocasiones.
Uno de los momentos más sonados fue la Primavera Amazigh de 1980, que abarcó un conjunto de manifestaciones en Cabilia y Argel (Argelia) a partir de que el gobierno prohibió una conferencia sobre la poesía antigua cabilia que iba a dictar el célebre profesor y escritor Mouloud Mammeri. La población respondió con movilizaciones y huelgas exigiendo la oficialización de la lengua y el reconocimiento de la identidad amazigh en Argelia. El Estado no cedió, pero el movimiento se afianzó. Tejidas a mano y anudadas por mujeres, las alfombras constituyen todo un símbolo de la cultura amazigh. Cada alfombra es una pieza única fruto de la imaginación de la artesana. Utilizan una serie de patrones que reprentan especifidades de cada tribu y de la experiencia personal de la tejedora.
Otros momentos álgidos fueron las revueltas de los tuareg a principios de la década de los noventa, el boicot escolar de Cabilia en 1994, la Primavera Negra del 2001, los disturbios de Aurès del 2004, las protestas estudiantiles de Marruecos en 2007, las manifestaciones populares en Boumalne Dades, Sidi-Ifni, Taghjijt, entre otras.
Para el pueblo Amazigh no son gratuitas las revueltas ni el no reconocimiento de sus derechos plenos. A la marginalización y leyes anti-amazigh (como la ley argelina de arabización de 1992) se le suman expropiación de tierras, asesinatos por brutalidad policial, violaciones a la libertad de culto y arrestos arbitrarios, entre otras cosas. Por ejemplo, en 2016 en Argelia, fueron alrededor de 140 los prisioneros amazigh detenidos arbitrariamente y sin juicio.
De todas formas, tras todas las luchas y años de resistir y luchar, la lengua amazigh ha sido finalmente reconocida como lengua oficial en Marruecos en 2011, y en Argelia en 2016. En este último, se ha traducido la nueva Constitución al tamazight y todos los textos oficiales del Estado argelino también estarán en tamazight. Son grandes victorias que inspiran al movimiento a seguir luchando y conquistando derechos.
En la actualidad, el status quo se está debatiendo desde posiciones y discursos favorables al respeto de los derechos humanos, el medio ambiente y las comunidades indígenas. Los desafíos que representan las crisis políticas, económicas y ambientales, cada vez más requieren de una apertura que reconozca y favorezca la multiculturalidad y la diversidad de los pueblos. Esto favorece el avance del movimiento amazigh. Las costumbres, la cultura, las artes, la cocina, la religión y el derecho no se entienden en el Gran Magreb sin esta referencia Amazigh que lo impregna todo.
fuente: Club de la Cultura Àrabe