Resumen Latinoamericano, 15 de julio de 2021.
El ex jefe de la División de Inteligencia “Subversiva Terrorista” fue sentenciado por más de 80 secuestros, tormentos y homicidios agravados de militantes peronistas. El genocida simuló demencia durante el jucio para impedir que avance.
Vivió impune durante cuarenta años, se esforzó en simular demencia para frustrar el proceso, logró postergar la sentencia con ayuda de su defensor oficial, actuó en cámara un personaje grotesco frente a los familiares de las víctimas y el tribunal, pero finalmente fracasó. Desde la cama de su casa, con un gran crucifijo en la mesa de luz, Jorge Norberto Apa, ex jefe de la División de Inteligencia “Subversiva Terrorista” del Ejército entre 1979 y 1980, recibió ayer su segunda condena a prisión perpetua, esta vez por los secuestros, torturas y asesinatos de militantes de la Contraofensiva Montonera. Una junta médica deberá evaluar ahora su estado físico para determinar si debe seguir con arresto domiciliario o si el tribunal lo revoca y lo envía a una cárcel común, tal como ocurrió el martes con los condenados Eduardo Ascheri y Jorge Bano, cuyos familiares amenazaron y agredieron a lxs periodistas del medio comunitario La Retaguardia que cubrían los traslados.
El Tribunal Oral Federal 4 de San Martín condenó a prisión perpetua el mes pasado a cinco ex oficiales de inteligencia (los otros son Roberto Dambrosi, Luis Angel Firpo y Marcelo Cinto Courtaux) por los mismos delitos. A horas de ese veredicto, un oportuno certificado médico del defensor oficial Hernán Corigliano, que indicaba que Apa no comprendía los hechos que le imputaban, llevó al tribunal a diferir la sentencia en su caso. Ante la primera junta médica que lo evaluó, el militar mostró que comprendía las preguntas que le formulaban. El Cuerpo Médico Forense (CMF) emitió sin embargo “un informe vergonzoso, con conclusiones que no podía sostener, sin argumentos”, recordó ayer la psicóloga Adriana Taboada, que actuó como perito de parte por la querella que encabeza el abogado Pablo Llonto. Ante los cuestionamientos que también formuló el Ministerio Público Fiscal, el tribunal ordenó que las máximas autoridades en psicología y psiquiatría del CMF se hicieran cargo de una nueva evaluación, que se concretó el lunes. Allí observó “discordancia e inconsistencia en la actitud del examinado que activamente simula y sobresimula” un cuadro de demencia “enmascarando su realidad psíquica”, concluyeron los peritos. “Dado el vigor psíquico necesario para mantener” esa actuación, concluyó que tenía la suficiente “aptitud psíquica para ajustarse al proceso”.
Ayer por la mañana, desde la cama, Apa protagonizó el último capítulo de su show grotesco, que, como todo el juicio, transmitió en vivo el canal de YouTube de La Retaguardia. “No puedo entender nada de lo que dijo”, respondió cuando el juez Esteban Rodríguez Eggers le preguntó si iba a hacer uso del derecho a decir las últimas palabras antes de la sentencia.