Argen­ti­na. La bajan­te del Para­ná y el desas­tre eco­ló­gi­co en la saba­na del Cerra­do (Bra­sil)

Por Juan Guahán, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de julio de 2021.

La bajan­te del Para­ná nos afec­ta y una de sus cau­sas está en el desas­tre eco­ló­gi­co de la gigan­tes­ca saba­na el Cerra­do, en Bra­sil. Bono para jubi­la­dos y faci­li­da­des para la jubi­la­ción de mujeres.

Los gober­nan­tes “siguen el tema con aten­ción”; los fun­cio­na­rios “con­ti­núan muy preo­cu­pa­dos”; los cien­tí­fi­cos “lo tie­nen en estu­dio”; la pobla­ción en gene­ral “con­fía que la situa­ción vuel­va a su nor­ma­li­dad”; los más pobres sufren y espe­ran. Todos, de una u otra mane­ra, son veci­nos de las ori­llas del Río Para­ná, el del cei­bo en flor, del sau­ce llo­rón, del cha­ma­mé y las cha­ma­rri­tas; el de “Pedro el canoe­ro”, las inun­da­cio­nes sin fin. Los más humil­des, pri­me­ro pen­sa­ron “peor es la inun­da­ción que se lle­va todo”. Des­pués cre­ció la preo­cu­pa­ción, vie­ron como el agua era un hilo, mien­tras la ori­lla se ensan­cha­ba. Allí fue que empe­za­ron a mirar al cie­lo espe­ran­do la llu­via sal­va­do­ra, como tan­tas otras veces había ocu­rri­do. Pero esta vez la cosa venía distinta.

Aguas arri­ba esta­ba pasan­do lo mis­mo. Los nive­les del Río Para­ná están unos 8,5 metros por deba­jo del pro­me­dio en la zona de la fron­te­ra entre Bra­sil y Para­guay. Con ese dato en la mano algu­nos empe­za­ron a pen­sar que había que mirar mucho más arri­ba y aden­tro, don­de nace el Paraná.

Allí fue que apa­re­ció el pro­ble­ma en toda su mag­ni­tud. El tema era que las raí­ces pro­fun­das de la vege­ta­ción de la saba­na del Cerra­do en Bra­sil, ésas que guar­da­ban el agua para irla des­em­bu­chan­do cuan­do era nece­sa­rio para man­te­ner un natu­ral equi­li­brio, esas raí­ces que eran el con­duc­to para que el agua se con­ser­va­ra en la pro­fun­di­dad, esta­ban sien­do reem­pla­za­dos por las peque­ñas raí­ces de sem­bra­díos anua­les como la soja, tri­go, maíz y otros cul­ti­vos ‑faci­li­ta­dos por la nove­dad de las semi­llas trans­gé­ni­cas- y el agua dejó de lle­gar a sus “depó­si­tos natu­ra­les”. Al ter­mi­nar el ciclo pro­duc­ti­vo de cada año, el agua se iba con esos cul­ti­vos y se ven­día –casi siem­pre en el mer­ca­do mun­dial, sobre todo en Chi­na y Euro­pa- tra­yen­do comi­da para los com­pra­do­res, rique­za para esos gran­des pro­duc­to­res, dolor, des­arrai­go y muer­te para las pobla­cio­nes lugareñas.

Pero ¿Qué es el Cerra­do y cuál es su importancia?

El Cerra­do es una saba­na y éstas son zonas secas de tran­si­ción entre sel­vas y semi­de­sier­tos. Allí se com­bi­nan zonas pela­das, con bos­co­sas y otras de árbo­les altos dis­tan­tes unos de otros. Ellos tie­nen lar­gas raí­ces que lle­van a las pro­fun­di­da­des el agua que absor­ben. La defo­res­ta­ción de este sis­te­ma, com­bi­na­do con un pro­ce­so seme­jan­te que se da en la Ama­zo­nía, hace que dis­mi­nu­ya un volu­men impor­tan­te del agua en la atmós­fe­ra que lue­go –usual­men­te- se con­ver­tía en la llu­via que equi­li­bra­ba el fun­cio­na­mien­to de la naturaleza.

De este modo la defo­res­ta­ción se vin­cu­la con la dis­mi­nu­ción en las llu­vias, lo que afec­ta a cul­ti­vos, trans­por­tes, represas.

El Cerra­do es la saba­na más gran­de de Amé­ri­ca del Sur, abar­ca cer­ca de 2 millo­nes de kiló­me­tros cua­dra­dos, igual que todo Méxi­co y algo menos que la Argen­ti­na con­ti­nen­tal. Esa cuen­ca está en retro­ce­so y todos noso­tros esta­mos sin­tien­do los efec­tos de ese hecho. La segu­ri­dad hídri­ca y la sobe­ra­nía ali­men­ta­ria de muchos pue­blos están en peli­gro. Algu­nos creen que esto es pro­duc­to de La Niña o El Niño, la mayo­ría se va con­ven­cien­do de que ese argu­men­to es insuficiente.

Los pro­duc­to­res de cerea­les y gana­do están ocu­pan­do el lugar de las per­so­nas y la bio­di­ver­si­dad. Solo el 20% del vie­jo sis­te­ma se man­tie­ne con la vege­ta­ción nativa.

Allí nacen las cuen­cas de 3 de los ríos más impor­tan­tes de la región: El Ama­zo­nas, el Para­ná-Para­guí y el San Francisco.

A pesar de todo ello gran par­te de la pobla­ción está des­in­for­ma­da res­pec­to a lo que allí está ocu­rrien­do, sobre los ries­gos que encie­rra y la inmi­nen­cia de los mismos.

En ese terri­to­rio, que abar­ca la cuar­ta par­te de todo Bra­sil y el 30% de su flo­ra y fau­na, habi­tan dece­nas de comu­ni­da­des de pue­blos ori­gi­na­rios y comu­ni­da­des afro­des­cen­dien­tes. Todas ellas están some­ti­das a la pre­sión de gran­des empre­sas, entre las que sobre­sa­len Car­gill, Bun­ge, Bayer, bene­fi­cia­rios de este gigan­tes­co cri­men colec­ti­vo finan­cia­do con cré­di­tos estatales. 

En nom­bre del Pro­gre­so, el Cerra­do está some­ti­do coti­dia­na­men­te a una des­truc­ción sis­te­má­ti­ca que lle­va años y que ‑por déca­das- se con­ti­nua­rá has­ta su liqui­da­ción defi­ni­ti­va. Noso­tros nos ire­mos ente­ran­do len­ta­men­te, por sus efec­tos sobre la cuen­ca del Para­ná, cuan­do se quie­ra “pegar el gri­to” es posi­ble que sea dema­sia­do tarde.

Según el pro­pio gobierno bra­si­le­ño, unas 680 mil hec­tá­reas anua­les del Cerra­do se incor­po­ran a la agri­cul­tu­ra. Esa exten­sión de las fron­te­ras agro­pe­cua­rias va en des­me­dro del agua que entre otras cosas man­tie­ne el equi­li­brio hídri­co de todo Bra­sil y afec­ta a otras cuen­cas, ente ellas al Paraná.

Entre sus efec­tos más direc­tos e inme­dia­tos están las difi­cul­ta­des ener­gé­ti­cas. Esto hizo que el Pre­si­den­te de la Cáma­ra de Dipu­tados de Bra­sil dije­ra que “Bra­sil ten­drá que pasar por un perío­do edu­ca­ti­vo de cier­to racio­na­mien­to ‑de ener­gía- para evi­tar cual­quier tipo de cri­sis mayor”. El Minis­tro del ramo lo des­min­tió, pero así están las cosas…

En el lado argen­tino, ade­más de estos pro­ble­mas ener­gé­ti­cos, ya tene­mos difi­cul­ta­des por las tomas de agua del Para­ná que se usan para con­su­mo humano. Tam­bién cre­cen las difi­cul­ta­des y con­tra­dic­cio­nes en mate­ria de nave­ga­ción. En este sen­ti­do la Sub­se­cre­ta­ría de Puer­tos aca­ba de prohi­bir (Orden 218) a la empre­sa pres­ta­ta­ria del ser­vi­cio (Hidro­vía SA) que con­ti­núe con las tareas de sobre­dra­ga­do que se esta­ban rea­li­zan­do, des­de el mes de mayo. Su obje­ti­vo era ase­gu­rar su nave­ga­bi­li­dad, pero –según la Reso­lu­ción ofi­cial- ello gene­ra ries­gos ambien­ta­les que no se han evaluado.

Estos son algu­nos efec­tos del tra­di­cio­nal colo­nia­lis­mo que los entre­la­za­dos intere­ses del poder local y mun­dial ope­ran sobre nues­tros pue­blos, como ocu­rre en el caso del Cerra­do brasileño.

BONO PARA JUBILADOS Y FACILIDADES PARA LA JUBILACION DE MUJERES

La situa­ción gene­ral que debe afron­tar el actual gobierno no es fácil. A la heren­cia de Mau­ri­cio Macri y la pan­de­mia hay que agre­gar­le, ade­más de sus con­tra­dic­cio­nes inter­nas, la fal­ta de deci­sión polí­ti­ca para poner­se al fren­te de las trans­for­ma­cio­nes necesarias.

Pare­ce un vie­jo ex boxea­dor, quien –impo­si­bi­li­ta­do para pelear de ver­dad– repi­te los ges­tos y movi­mien­tos de su anta­ño glo­rio­so. Inca­paz de impo­ner la jus­ti­cia social, le vie­nen resa­bios de su his­to­ria y dis­po­ne algu­nas cues­tio­nes jus­tas pero sin un plan gene­ral de transformaciones.

Así es como en mate­ria de jubi­la­cio­nes aprue­ba un bono de 5 mil pesos para quie­nes per­ci­ban has­ta dos jubi­la­cio­nes míni­mas ($ 46.130). Eso alcan­za a unos 6 millo­nes de jubi­la­dos. Se paga­rá en agos­to y en setiem­bre habrá un nue­vo reajus­te. Según el INDEC la infla­ción de junio fue de 3,2% y la del pri­mer semes­tre alcan­zó el 25,3%, eso hizo que las jubi­la­cio­nes que­da­ran reza­ga­das en apro­xi­ma­da­men­te un 4%, aho­ra com­pen­sa­dos por este bono, pero siem­pre corrien­do detrás de la pelo­ta de la inflación.

En cuan­to a las muje­res, la jefa del ANSES anun­ció el pro­yec­to según el cual las muje­res que alcan­za­ron los 60 años de edad y no com­ple­ta­ron los 30 años de apor­tes pue­dan jubi­lar­se al reco­no­cer­les el tra­ba­jo de cui­dar a sus hijos, con­tan­do años de apor­tes por hijos. Es un Pro­gra­ma de “reco­no­ci­mien­to de perío­dos de apor­tes por tareas de cui­da­do”. Inclu­ye cómpu­tos –como si fue­ran apor­tes- que van de 1 a 3 años por cada hijo/​a, según algu­nas deter­mi­na­das varia­bles. Apro­xi­ma­da­men­te 155 mil muje­res podrán acce­der a este beneficio.

Es una medi­da que vie­ne a suplir lo que ha pasa­do estos últi­mos 18 meses don­de ‑los ajus­tes impues­tos- redu­je­ron las jubi­la­cio­nes a unas 10 mil men­sua­les, la mitad de los 20 mil men­sua­les de los 36 meses anteriores.

Itu­rria /​Fuen­te

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