Por Juan Guahán, Resumen Latinoamericano, 4 de julio de 2021.
Tal como sucede cada dos años se ha convocado a elecciones. Es un rito que se viene practicando con envidiable continuidad desde 1983. A primera vista y frente a la recurrencia de los Golpes de Estado que se dieron en el siglo pasado y ante ese dato los argentinos deberíamos felicitarnos por tamaña situación. Sin embargo cuando echamos una ojeada a nuestro alrededor con el país maltrecho y millones de argentinos sin más futuro que depender del Estado nuestro regocijo inicial se vuelve preocupación.
Sin embargo parece imposible levantar la mirada por encima de la famosa “grieta” que divide a los argentinos.
Pasa que para los núcleos dominantes del oficialismo y la oposición ése es su gran negocio. También lo es para la gran prensa, que la alimenta. Eso impide debatir sobre los problemas reales, la mayoría de muy antigua data.
Como ninguna de las fuerzas predominantes se anima a decir lo que piensa o quiere construir (si lo sabe…) se usa a la “grieta” como argumento para ocultar lo que hace o deja de hacer. La inmensa mayoría de los debates imprescindibles terminan en ese foso y el país continúa en una caída prácticamente constante. Los intentos de cambios o mejoras son escasos y chocan con la escasa voluntad que los sostiene o el miedo al fracaso.
Es por eso que vivimos transitando el riesgo cotidiano de algún estallido. Desde el oficialismo se ufanan de estarlo evitando y desde la oposición insisten en que la convivencia con ese riesgo es como ese juego de cuando éramos niños: “Juguemos en el bosque mientras que el lobo no está porque si el lobo aparece…a todos nos comerá”. Así transcurre el tiempo y se ahonda la crisis y descomposición del Estado nacional, mientras muchos limitan su expectativa a la competencia por un cargo electoral.
Esta semana hubo una pequeña luz en el camino. Cuando estábamos próximos a una nueva extensión de la entrega de nuestra soberanía sobre lo que se dio en llamar “la hidrovía” se dio un paso que no resuelve el problema, mucho menos a favor de los intereses nacionales, pero ‑por lo menos- mantiene vivo el debate. No deroga al peligroso Decreto 949⁄20 pero genera algunas nuevas condiciones, como la temporaria estatización del control de su uso y administración.
Estamos hablando de la salida marítima de los ríos Paraná y Paraguay al Río de la Plata y vincula al Atlántico Sur con esa cuenca marina. Por allí circula el 80% de nuestra producción agroindustrial que se va (legal e ilegalmente) por 18 puertos, mayoritariamente privados. En 1995, Carlos Menem –por el decreto 253÷95− lo dio en concesión a las empresas Jan de Nul (Belga) y Emeta del empresario argentino Gabriel Romero, un “arrepentido” de los cuadernos. Esa concesión llegó hasta nuestros días mediante extensiones concedidas durante el período de los Kirchner. Finalmente, por el Decreto 949⁄20, se llamaría a una nueva licitación.
Se estableció un fuerte debate y resistencia en la sociedad y ahora con el Decreto 427⁄21 se mantiene la idea de la licitación pero pateando la pelota para adelante por un año. En ese período, el Estado Nacional ‑a través de la Administración General de Puertos (AGP)- tendrá el control y administración del mencionado corredor fluvial y marítimo. Los actuales cánones anuales rondan los 300 millones de dólares. El plazo de vigencia del reciente decreto es por un año y prorrogable, mientras se establezcan las condiciones definitivas para la concesión-explotación futura.
En el mismo sentido resulta alentador que Cristina haya planteado, el pasado jueves, la necesidad de una acción acordada para resolver el tema de la deuda y responder al FMI. Se podrían agregar dos apreciaciones. Primero, que en todos estos años se eludió ese debate y se siguió pagando, no respetando lo prometido en el sentido que lo primero era la “deuda interna”, la deuda con el pueblo argentino. Segundo, ratificar que seguir con las actuales políticas es hacer de la deuda externa una deuda eterna, que seguirán pagando generaciones de argentinos que aun no han nacido. Por último es destacable que la ex Presidenta y actual vice Presidenta haya asumido una parte de su responsabilidad diciendo: “La sociedad no nos lo va a perdonar”
RECRUDECEN LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS Y SE HABLA DE ENERGÍA COMO UN NEGOCIO DONDE HAY CON POCA LUZ
En materia económica, desde la segunda mitad del año pasado la economía venía mejorando, con cierta lentitud pero avanzaba. Había previsiones que para fines de este año estaríamos cerca de las cifras existentes antes de la pandemia. Eso venía pasando desde la segunda mitad del año pasado. El primer trimestre de este año se había crecido 2,6% respecto al último del 2020. Pero, según los datos oficiales ese proceso no pudo tener continuidad en el segundo trimestre de este año.
Ese dato negativo, del orden interno, fue complementado con otra noticia, que llegaba del exterior. El mundo financiero internacional nos dijo a través de la Morgan Stanley que para los inversionistas no seríamos considerados. A estos fines los mercados clasifican a los países en: Desarrollados, emergentes, fronterizos y “standalone”, es decir, los que quedan afuera. Argentina venía del grupo de “emergentes” y pasó a la categoría de los no considerados. Un sopapo para quienes creen que podemos salir de la mano de las inversiones extranjeras.
Desde los gobiernos radicales –un siglo atrás- el tema de la energía, con el negociado de la CHADE, es una cuestión que remite a temas donde hay cierta oscuridad. Más aún, es una leyenda urbana que el edificio de la UCR, Unión Cívica Radical de la calle Tucumán de la Capital Federal, fue construido y regalado a ese partido como un reconocimiento por ciertos favores en una concesión energética.
El tema reaparece con una posible venta de la empresa Edenor, que provee de energía a la zona noroeste de la ciudad de de Buenos Aires y a 20 municipios del conurbano bonaerense.
Las circunstancias fueron contadas por Horacio Verbitsky, el bien informado columnista de la página El Cohete a la Luna, quien suele recurrir a fuentes privilegiadas que rodean a Cristina. Según esa nota, el Presidente instruyó a Federico Basualdo, el subsecretario de Energía aspirante a ser renunciado por Martín Guzmán, para que interviniera en el convenio de venta de Edenor. Lo hizo de un modo sencillo, pero sin dudar, diciéndole: “Si no hay observaciones técnicas, aprobalo”
Edenor pertenecía o pertenece a Pampa Energía, un grupo creado por Marcelo Mindlin . Sus eventuales compradores son el mendocino Daniel Vila, zar de la prensa mendocina y uno de los dueños del canal “A 24” donde se ve el programa “Intratables”; su socio es José Luis Manzano, el Ministro del Interior de Menem, que acuñó la famosa frase de “Robo para la Corona” y de vastos contactos con los grupos cubanos de Miami; su tercer socio es Mauricio Filiberti, el millonario proveedor de cloro a la empresa AySA, presidida por Malena Galmarini, y de estrechos vínculos con el sindicalista del agua José Luis Lingieri y con Sergio Massa. Los compradores de Edenor, donde pasó a desempeñarse Fabián Doman el conductor del Programa “Intratables”, son también dueños de la empresa energética de Mendoza que tiene deudas importantes con Cammesa, la empresa paraestatal que les provee la energía. No obstante esas dificultades también están adquiriendo al diario El Cronista.
Desde los tiempos de Cristóbal López y su empresa Oil se sabe que no es mal negocio deberle al Estado.