Cuba. Biden sigue el camino igno­mi­nio­so de las sanciones.

Por: Raúl Anto­nio Capo­te, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de julio de 2021

Con el odio ati­za­do duran­te años con­tra el pue­blo cubano y su Revo­lu­ción con­vo­can aho­ra a la des­truc­ción y la muer­te de todo un pueblo.

Repre­sen­tan­tes de la ultra­de­re­cha anti­cu­ba­na pidie­ron recien­te­men­te al pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Joe Biden, «accio­nes con­cre­tas» con­tra Cuba, inclui­da una posi­ble «inter­ven­ción mili­tar» para derro­car al «régi­men comunista».

El jefe del clan mafio­so de los «Este­fan», Emi­lio Este­fan, quien como los de su cala­ña ha hecho del accio­nar con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rio un boyan­te nego­cio, exi­gió a Washing­ton que hable poco y que «pase a la acción».

Tam­bién la con­gre­sis­ta repu­bli­ca­na anti­cu­ba­na, María Elvi­ra Sala­zar, fir­me defen­so­ra del blo­queo y una de las impul­so­ras de la inclu­sión de Cuba en la lis­ta de paí­ses patro­ci­na­do­res del terro­ris­mo, se diri­gió al Gobierno en simi­la­res tér­mi­nos deman­dan­do «una inter­ven­ción ya».

Mien­tras, legis­la­do­res esta­dou­ni­den­ses han esta­do reco­gien­do fir­mas para exi­gir a la Casa Blan­ca el cum­pli­mien­to de este cri­mi­nal propósito.

Por otra par­te, la actual admi­nis­tra­ción esta­dou­ni­den­se anun­ció este jue­ves la impo­si­ción de nue­vas san­cio­nes con­tra fun­cio­na­rios y enti­da­des cuba­nas, por pre­sun­tos «abu­sos con­tra mani­fes­tan­tes», tras los suce­sos del 11 de julio en la Isla.

El miem­bro del Buró Polí­ti­co y minis­tro de Rela­cio­nes Exte­rio­res, Bruno Rodrí­guez Parri­lla, recha­zó las «infun­da­das y calum­nio­sas san­cio­nes del Gobierno de EE. UU.» con­tra el minis­tro de las FAR, gene­ral de Cuer­po de Ejér­ci­to Álva­ro López Mie­ra, y la Bri­ga­da Espe­cial Nacio­nal del Minint. «Debe­ría apli­car­se a sí mis­mo la Ley Glo­bal Mag­nitsky por los actos de repre­sión coti­dia­na y bru­ta­li­dad poli­cial que cos­ta­ron 1 021 vidas en 2020», ase­ve­ró el Canciller.

Estas san­cio­nes, que según un comu­ni­ca­do del Pre­si­den­te Joe Biden son solo el comien­zo, blo­quean cual­quier acti­vo que los impli­ca­dos pue­dan tener bajo juris­dic­ción esta­dou­ni­den­se, y prohí­be a las per­so­nas en Esta­dos Uni­dos nego­ciar con ellos, lo cual es irre­le­van­te des­de el pun­to de vis­ta prác­ti­co, pero sí cons­ti­tu­yen una vio­la­ción del dere­cho inter­na­cio­nal, ade­más de bus­car un ver­gon­zo­so impac­to mediá­ti­co y sicológico.

Toma­do de Granma.

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