Cuba. Gue­rra híbri­da en tiem­pos de pandemia

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de julio de 2021.

Gue­rra asi­mé­tri­ca con­tra la revo­lu­ción cuba­na. Según un guión ya vis­to en Vene­zue­la, y con­ti­nua­do aho­ra en aque­llos paí­ses que, como Nica­ra­gua, repre­sen­tan, de diver­sas for­mas, algún tipo de obs­tácu­lo para la exten­sión de la nue­va Doc­tri­na Mon­roe, el impe­ria­lis­mo ha tra­ta­do de gol­pear al cora­zón de la isla rebel­de. El cora­zón de la revo­lu­ción es la con­cien­cia polí­ti­ca del pue­blo, orga­ni­za­do en su par­ti­do, el Par­ti­do Comu­nis­ta de Cuba.

Un ele­men­to con­tra el que siem­pre ha fra­ca­sa­do el impe­ria­lis­mo, acos­tum­bra­do a con­ce­bir intere­ses, pero no idea­les. Un ele­men­to, sin embar­go, sobre el que los apa­ra­tos ideo­ló­gi­co de con­trol, bien esta­ble­ci­dos en los paí­ses capi­ta­lis­tas, están tra­ba­jan­do inten­sa­men­te y con la inten­ción de per­mear sutil­men­te el teji­do en tran­si­ción de la revo­lu­ción cuba­na, apro­ve­chan­do la pan­de­mia que exa­cer­ba los efec­tos del cri­mi­nal bloqueo.

Que la peque­ña isla haya podi­do resis­tir inclu­so des­pués de la caí­da de la Unión Sovié­ti­ca, iner­ván­do­se a otros pro­ce­sos de cam­bio en Amé­ri­ca Lati­na y pro­yec­tan­do su men­sa­je más allá del con­ti­nen­te lati­no­ame­ri­cano, es tan­to un mila­gro de resis­ten­cia como una demos­tra­ción de la nece­si­dad de el socia­lis­mo, como úni­ca alter­na­ti­va a la bar­ba­rie de un sis­te­ma en lucha con­tra el suje­to his­tó­ri­co que cava­rá su tum­ba. Y esto, evi­den­te­men­te, es inso­por­ta­ble para quie­nes deben demos­trar que no hay alter­na­ti­vas al capi­ta­lis­mo, y por eso están ansio­sos por bus­car la paja en el ojo ajeno, y no la viga en los pro­pios. Como en el caso de las «gua­rim­bas» en Vene­zue­la, el guión es lo mis­mo: hemos vis­to ata­ques a emba­ja­das en el exte­rior, tam­bién en esta oca­sión, y nue­va­men­te esta­mos asis­tien­do a la con­ta­mi­na­ción de cier­tas áreas de la izquier­da “crí­ti­co-crí­ti­ca”, que se sir­ven de fuen­tes mani­pu­la­das: olvi­dan­do que, en los últi­mos años, Esta­dos Uni­dos ha gas­ta­do más de 20 millo­nes de dóla­res para» expor­tar «la demo­cra­cia a Cuba.

Para los estra­te­gas de la gue­rra asi­mé­tri­ca en tiem­pos de glo­ba­li­za­ción, actuar sobre el des­con­ten­to popu­lar, que ellos mis­mos pro­vo­can a tra­vés de medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les cri­mi­na­les, sigue sien­do una prio­ri­dad, para crear el «caos con­tro­la­do» en el que jus­ti­fi­car la inter­ven­ción exter­na. Se empie­za por “pro­te­ger” un supues­to «Esta­do falli­do» con el esta­ble­ci­mien­to de «corre­do­res huma­ni­ta­rios», y así alla­nar el camino para una ver­da­de­ra inter­ven­ción mili­tar para «res­tau­rar la democracia».

Por ello, des­de hace meses la pro­pa­gan­da inter­na­cio­nal ampli­fi­ca la exis­ten­cia de una supues­ta disi­den­cia, que cre­ce­ría en torno a la «pro­tes­ta de los artis­tas» de San Isi­dro. Des­de enton­ces, la eti­que­ta crea­da por la CIA (# SOS­Cu­ba, simi­lar a la ante­rior #SOS­Ve­ne­zue­la) que empe­zó a pedir «ayu­da huma­ni­ta­ria» con el apo­yo de estos «artis­tas», ha crea­do miles de cuen­tas y millo­nes de tuits para des­acre­di­tar las polí­ti­cas de la isla: comen­zan­do por las muer­tes por covid, pre­sen­ta­das como dato abso­lu­to y no en rela­ción al desas­tre de los paí­ses capi­ta­lis­tas en Amé­ri­ca Lati­na, que mues­tran a Cuba y Vene­zue­la a la van­guar­dia de la lucha con­tra el coronavirus.

Una cam­pa­ña que cul­mi­nó el domin­go con mani­fes­ta­cio­nes espo­rá­di­cas pero vio­len­tas en varios luga­res de la isla, des­en­ca­de­na­das por agen­tes exter­nos y algu­nos mar­gi­na­les, y a las que el pue­blo cubano reac­cio­nó salien­do a las calle, en res­pues­ta al lla­ma­do de su presidente.

«Cuan­to más avan­za el gobierno cubano en salud y con­cien­cia, más cho­ca con la des­in­for­ma­ción y el ata­que extran­je­ro», resu­mió efec­ti­va­men­te el pre­si­den­te de Boli­via, Luis Arce. Su voz se ha suma­do a la de los pre­si­den­tes lati­no­ame­ri­ca­nos que, empe­zan­do por Nico­lás Madu­ro, han sali­do en defen­sa de Cuba, opo­nién­do­se a los megá­fo­nos del impe­ria­lis­mo como el del secre­ta­rio gene­ral de la OEA, Luis Almagro.

Resul­ta total­men­te ade­cua­do el aná­li­sis del ex emba­ja­dor de Cuba en Vene­zue­la, Roge­lio Polan­co Fuen­tes, miem­bro del Secre­ta­ria­do del Comi­té Cen­tral del PCC, aho­ra titu­lar del Depar­ta­men­to Ideo­ló­gi­co, sobre la gue­rra híbri­da, como par­te de las «revo­lu­cio­nes de color» pues­tas en mar­cha en la era de la ex Yugos­la­via. Una estra­te­gia ‑expli­có duran­te la rue­da de pren­sa del lunes, tras los aten­ta­dos del domin­go- simi­lar a la que se inten­tó en Vene­zue­la con la vio­len­cia deno­mi­na­da «gua­rim­bas».

“Tuve el pri­vi­le­gio de vivir varios años en Vene­zue­la – dijo Polan­co -. El coman­dan­te Chá­vez defi­nió esa estra­te­gia gol­pis­ta como una com­bi­na­ción de accio­nes eco­nó­mi­cas, polí­ti­cas, mediá­ti­cas y de sabo­ta­je. Lo com­pa­ró con el efec­to de una mecha len­ta que avan­za en el pol­vo has­ta lle­gar al deto­na­dor”. En el caso de las gua­rim­bas (aque­llos dis­tur­bios de calle que invo­lu­cran cor­tes de ruta, tram­pas, des­truc­ción de edi­fi­cios públi­cos para pro­vo­car un esta­lli­do social), han pro­du­ci­do daños huma­nos y mate­ria­les de gran­des pro­por­cio­nes, pero han sido recha­za­dos por el poder popu­lar en unión cívico-militar.

La estra­te­gia del gol­pe sua­ve ‑agre­gó Polan­co- se ali­men­ta de medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les de carác­ter eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro, enca­mi­na­das a pro­vo­car esca­sez y limi­tar el acce­so a recur­sos, medi­ci­nas y ali­men­tos. «Este es un manual apli­ca­do en varios paí­ses, des­de el Medio Orien­te a Euro­pa, a Amé­ri­ca Lati­na. Una estra­te­gia inter­ven­cio­nis­ta para lle­gar al lla­ma­do cam­bio de régi­men”. Para gene­rar caos e ines­ta­bi­li­dad, «se uti­li­zan tác­ti­cas de lucha apa­ren­te­men­te no vio­len­tas, que sir­ven para pro­vo­car a la poli­cía e indu­cir­la a accio­nes repre­si­vas que, a su vez, gene­ran la per­cep­ción de la vio­la­ción de los dere­chos huma­nos, y nue­vas accio­nes mediá­ti­cas úti­les para pro­mo­ver movi­li­zar a quie­nes son par­te de las accio­nes desestabilizadoras”.

Una estra­te­gia poten­cia­da por los medios inter­na­cio­na­les, y aho­ra ampli­fi­ca­da «por la exis­ten­cia de un espa­cio públi­co digi­tal, que repli­ca com­pul­si­va y vio­len­ta­men­te todas estas narra­ti­vas para pro­vo­car la ingo­ber­na­bi­li­dad». La irrup­ción del espa­cio digi­tal, «faci­li­ta la pro­duc­ción de noti­cias fal­sas, la mani­pu­la­ción de los hechos, el des­cré­di­to de las auto­ri­da­des e inten­ta, a tra­vés de la emo­cio­na­li­dad, pro­vo­car este tipo de accio­nes, obte­ner hege­mo­nía en los flu­jos de infor­ma­ción a tra­vés de los algoritmos».

El obje­ti­vo es «rom­per la volun­tad del ser humano, soca­var las ins­ti­tu­cio­nes y la uni­dad nacio­nal de los paí­ses». Para ello “se dedi­can recur­sos con­si­de­ra­bles, no se impro­vi­sa nada. Es algo bien dise­ña­do por las ins­ta­la­cio­nes y agen­cias de EE. UU. con labo­ra­to­rios». Sin embar­go, agre­gó Polan­co, “se ha demos­tra­do que es posi­ble derro­tar estas estra­te­gias. No hay tec­no­lo­gía o plan de este tipo que pue­da ven­cer en pre­sen­cia de la uni­dad de un pue­blo, que pue­da con­tra una pobla­ción orga­ni­za­da, movi­li­za­da y cons­cien­te de sus obje­ti­vos como nación y de su his­to­ria. Vene­zue­la ha demos­tra­do que es posi­ble ven­cer­los, como lo está demos­tran­do Cuba, como lo demos­tró ayer nues­tro valien­te y heroi­co pueblo”.

No en vano, con­clu­yó el diri­gen­te cubano, el coman­dan­te Chá­vez, sobre esta for­ma de gue­rra, dijo que solo podría fun­cio­nar don­de hubie­ra gobier­nos con poco apo­yo popu­lar, ya que «el ver­da­de­ro antí­do­to» con­tra la gue­rra híbri­da, es pre­ci­sa­men­te el apo­yo popular.

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