Por MULCS*, Resumen Latinoamericano, 22 de julio de 2021.
Este 19 de julio, entrevistamos a la compañera Llanisca Lugo, educadora popular del Centro Martin Luther King, de Cuba, para reflexionar sobre la difícil situación que atraviesa la Revolución Cubana, y en especial sobre las razones populares y los intereses políticos que actuaron en las recientes protestas en la isla. En este contexto tan grave, en medio de la nueva ofensiva imperialista contra el pueblo cubano y contra los pueblos de Nuestra América que se rebelan contra los poderosos, desde el MULCS seguimos reafirmando nuestro compromiso con la Revolución y contra toda forma de dominación del gran capital y del imperialismo yanqui. ¡Venceremos!
¿Qué pasó en Cuba en las últimas semanas? ¿Ese escenario podía anticiparse?
Por aquí comparto algunas reflexiones que ojalá sirvan a modo de colchón de ideas para sostener un diálogo y para la comprensión de la complejidad del momento.
Son hechos que ocurren recién y tienen una densidad cara para la realidad cubana, de un tamaño que nos cuesta procesar porque no estamos acostumbrado las cubanas y los cubanos a vivir eventos como los del pasado 11 de julio, ya hace una semana atrás, y enredados en la reflexión sobre ellos y resistiendo, con muchísimo odio por las redes sociales, por lazos incluso de afecto de cubanos del exterior que viven fuera de Cuba, así hemos pasado estos días día pensando qué hacer, interpretando lo que ocurre pero es muy importante partir de que esto tiene una dimensión afectiva dolorosa que nos impacta a todos y todas.
Entonces no me siento aquí una analista de la realidad cubana ni puedo hablar de esto con tranquilidad o con verdades asentadas, eternas, sino en un momento de muchísimas contradicciones, complejidad, pero sí con raíces en algunas posiciones que sí creo que son muy importantes para este minuto.
A mí me gusta partir, y me ayuda mucho partir, de los sesenta años acumulado de osadía de la Revolución Cubana que han sido sesenta años de resistencia y que no se pueden explicar sin el bloqueo, que no es un elemento más, que no es digamos un sujeto de una oración que uno le pone punto y final y sigue hablando de otro tema, sino que atraviesa toda la realidad, todos los límites, toda la carencia que se ha ido acumulando en estos años de Revolución Cubana, por la complejidad que le pone a todas las transacciones, a toda la posibilidad de Cuba de acceder a recursos.
Por eso decimos que es comercial pero que también es financiero, más en un mundo donde el capital es un capital financiero y las sanciones a bancos, las sanciones a exportadoras, las sanciones a empresas de todo el mundo y a gobiernos también han hecho muy difícil la realidad cubana en este sentido, más cuando en la última administración el gobierno de Estados Unidos, con Donald Trump, recrudeció muchísimo con medidas quirúrgicas muy claras y concretas, más de doscientos cuarenta nuevas medidas, la realidad económica de la isla.
Todo esto se coloca también en un escenario que podemos decir que en Cuba comenzó en los años ´80, con un proceso que llamamos de rectificación de errores que después de los ´90 llegó el período especial y se recrudeció un poco la dificultad de la isla y se acudió a un grupo de medidas que digamos caminaron, contribuyeron, a la desigualdad entre las cubanas y los cubanos: el ingreso de divisas en el país, las empresas extranjeras y con posibilidad de operación en el país, una serie de medidas que fueron haciendo de la isla una realidad distinta, dentro del proceso de la Revolución.
Después en los 2000 cuando estas diferencias sociales se acrecentaron Fidel impulsó el programa de la Batalla de Ideas, con protagonismo de jóvenes, y se desarrollaron muchas iniciativas que en su origen y su intención fundamental querían recuperar, reconstruir el diálogo con esos sectores desfavorecidos que habían quedado en la marginalidad de la Revolución, y que ya tenían dudas de lo que la Revolución les podía generar en términos de bienestar, de respuesta a las necesidades inmediatas, porque los derechos a salud, educación, la vida con seguridad y ciertos elementos que hacían parte de la esencia del proyecto para ellos eran insuficientes cómo se manifestaban en su vida cotidiana, aún cuando todos los niños pueden ir a la escuela, aun cuando todos los niños en Cuba, todas las personas, tienen derecho a la salud gratuita universal, para la vida cotidiana de las personas eso empezó a ser insuficiente sobre todo en estos segmentos, grupos que quedaban al margen un poco de las políticas de la Revolución, que no podían aprovecharse de igual manera.
Entonces eso que fue complejizándose llevó a que en el año 2007 Raúl llamara a una consulta popular sobre los problemas que teníamos como pueblo y de ahí se armó todo un proceso, que voy a hacer mucho más sintética porque es bastante complejo, pero en el 2011 los cubanos aprobamos los lineamientos de la política económica y social de la Revolución que después fue discutida en un Congreso del Partido como una plataforma, y que después fue también puesta en consulta en un proceso de discusión que llevó, que derivó, en la Constitución que aprobamos todos, que fue refrendada por un ochenta y pico por ciento de respaldo en febrero de 2019, en Cuba.
Cuáles son los cambios centrales que todo este proceso ha venido trayendo al país yo creo que tienen que ver con algunos elementos que ciertamente permiten que el país supere problemas fundamentales que también han sido causa de esa franja que Fernando Martínez Heredia nos decía una franja cultural ajena a la revolución y que deviene en procesos de despolitización y conservatización en la sociedad cubana, que si bien tiene una cosa importante en las campañas mediáticas, en toda la estrategia de Estados Unidos contra la isla, en todo el interés de la derecha regional por no dar ninguna cabida mínima a un proyecto alternativo a la lógica del capital y al poder de las transnacionales, si bien todo ese andamiaje repercute en esta despolitización, en esta conservatización de franjas de la sociedad cubana, también ha sido todo este proceso interno y los límites del modelo que han dado cuenta de su agotamiento, y a superar esos límites yo creo que ha ido enfocada la gestión del gobierno cubano y del pueblo cubano que ha dado giros interesantes, en una coyuntura en la que justamente se polariza, se magnifica y se pone en este plano de odio intenso contra la Revolución Cubana.
Por eso nosotros estamos super seguros que no hay nada casual, de que aquí aunque hay zonas de emergencia y espontaneidad en la expresión de los sectores de la sociedad cubana que se han manifestado el 11 de julio, hay una intención armada, hay una estrategia que responde a una realidad y a un proyecto, a una disputa que es regional, que es global. Pero bueno, concentrados en la realidad cubana estaba diciendo que esos cambios fundamentales se han venido dando por ejemplo en la descentralización hacia los municipios de lo que ha sido sustento del sistema político cubano que es el poder popular. Hay ahora una intención y hasta una ley de municipios que tiene el objetivo de descentralizar el poder, las iniciativas económicas de desarrollo local, para que en los territorios esté la capacidad de autogestionar y autoorganizar la vida comunitaria con recursos, con bienes, con servicios, con lógicas y mecanismos de participación del pueblo, allí en los territorios.
Eso es muy importante para el modelo cubano porque una descentralización de iniciativas locales de producción y reproducción de la vida encadenada con sistemas productivos, con recursos propios territoriales, también tiene impacto en el poder y en la expresión de la participación política del pueblo y eso va en un sentido de democratizar más la Revolución, de democratizar más el proceso que hemos construido, pero al mismo tiempo se habían diversificado las formas de propiedad en la Constitución, que ya venían siendo aprobadas en los documentos anteriormente discutidos, y que además resaltó que el pueblo ha ido a discusiones abiertas al menos en tres oportunidades en estos años, donde se han ido aprobando estos documentos, estos instrumentos que dan marco jurídico a la realidad del país. Entonces también la diversificación de formas de propiedad rompe con una cultura estado-céntrica, que estamos clarísimos le ponen límites a la construcción del socialismo y que favorecía a las figuras de las cooperativas, aunque ciertamente iban más lento todo el camino de las cooperativas que el camino de la empresa de la iniciativa privada.
Recientemente se acaba de aprobar también la aprobación de las pequeñas y medianas empresas como figuras de la economía cubana, con los mismos resortes y posibilidades de la empresa estatal socialista, aunque eso todavía día es un marco legal que tiene mucho que desenredarse, pero lo que llama la atención es que Cuba no está en un momento de inmovilismo y de que en medio de una pandemia, que había sido durísimo gestionar para el mundo entero, también para los cubanos, porque nos llega en un momento de crisis y de cambios importantísimos, en medio del bloqueo, arreciados, y se estaban avanzando en este tipo de nuevas medidas, que se toman además con discusiones con el campo científico, porque está habiendo diálogos directos de la ciencia con el gobierno, que se toman además en un entorno de un gobierno que hace gestión pública y que dialoga con el pueblo.
En esta coyuntura se ha hablado diariamente prácticamente con el pueblo pero en general hay un diálogo sostenido con el pueblo desde el Gobierno, y en general los ministros rinden cuentas también, entonces hay también una práctica política que está mostrando una gestión colectiva que da cuenta de un país que se estaba moviendo. Entonces en esos movimientos llegan las acusaciones más brutales y llega también un lógico agotamiento, lo que se ha venido arrastrando durante todos estos años. Es importante marcar estas pautas de contexto para comprender la complejidad y para superar y para no quedarnos en la narrativa de lo que ocurrió justamente el 11 de julio, porque el 11 de julio es un evento que tiene mucha complejidad y que tiene un proceso que lo antecede y también muchos elementos en los que estamos reflexionando.
¿Quiénes salieron a las calles? ¿Quiénes les impulsaron? ¿Tenían legitimidad sus reclamos?
Los sujetos que salen a la calle, esto es algo que insisto en que nosotros estamos pensando, pero los sujetos que salen a la calle son diversos también, sus reclamos son diversos, su agenda es diversa, porque expresan el agotamiento, el cansancio y la carencia, porque también uno de los procesos más altos que se ha ido implementando en la tarea de ordenamiento ha significado a corto plazo que muchos productos sean más difíciles de conseguir, que la gente pase largas horas en cola para comprar carne o que los precios se han disparado y que aunque los salarios hayan subido no significan, no están a la altura de los precios que se han disparado en el país, en un proceso inflacionario que se ha querido controlar, pero que también socialmente se crean mecanismos para que algunos sectores que se benefician lo sostengan. Entonces aquí sería una simplificación decir que hay una batalla entre el pueblo y el Estado: no, es muchísimo más complejo, porque hay sectores dentro de la sociedad cubana que se benefician de lo que se está viviendo, y por ejemplo el Estado intenta pautar algunos precios en la venta de algunos productos y lo que pasa es que esos productos desaparecen entonces del mercado, y entonces el pueblo enfrenta unos precios que no puede asumir.
Entonces a la cabeza ese grupo de personas, fíjate de barrios marginales, o que los sujetos que impresionan que vive en situaciones de pobreza, no digo que no pudo estudiar porque en Cuba todos hemos tenido derecho a la educación, pero no quiere decir que todos tengamos la misma capacidad de aprovechar ese derecho, pero si es un sujeto que viene a decir “no más apagones”, porque también coincide la escasez de petróleo con que había alguna falla en las plantas procesadoras de electricidad, en fin, se han dado una serie de cosas y las gente salió a las calles a protestar por eso. En las redes sociales se arma muy rápidamente también una campaña, se empieza a animar desde Estados Unidos a ir a la calle, se construye un discurso del pueblo de Cuba que se ha levantado, que es el discurso también por el que espera mucha gente que vive fuera de Cuba, incluso ese discurso se complejiza con la intervención que hay que hacer ya en Cuba de una vez para acabar de terminar, algo que no es nuevo, que no nace el 11 de julio.
Se viene gestando desde una parte de la nación cubana en Estados Unidos, sobre todo vinculada a la derecha, que sostienen la política de Estados Unidos contra Cuba, en una intención de hostigar, de intervenir, de definir digamos de una vez lo que pasa en la isla y que se acaben de ir, que el Gobierno se acabe de ir. Yo creo que ese discurso viene armándose con fuerza en los últimos años y el 11 de julio tomó una fuerza muy grande, llegaron a poner lanchas en el mar, mirando hacia la isla, esperando entrar al país o celebrando que ya estaban próximos al fin de la Revolución, lo cual significa un desconocimiento muy grande de todo, de la realidad cubana, de la historia de la revolución del pueblo y también de los procesos de solidaridad, y en fin, que Cuba no es una isla y que en Cuba estamos viviendo lo mismo que se ha vivido en otros procesos antes, y que las cosas no se resuelven de ese modo, pero estoy hablando ahora mismo sin caer en lo que significa ética-políticamente llamar a una intervención a nuestro país.
¿Qué respuestas se dan a esas movilizaciones? ¿Cuál es el carácter revolucionario de esas respuestas en el contexto global?
En los días siguientes, el Gobierno estuvo hablándole mucho al pueblo y se tomaron algunas medidas que tienen que paliar un poco la situación inmediata del país, tienen que ver con liberar un poco las importaciones por aeropuerto, por aduanas, los ciudadanos, los pasajeros que puedan importar libremente sin aranceles medicamentos, alimentos y aseo, tienen que ver también con disminuir los apagones que prácticamente hasta donde tengo entendido se han controlado en su totalidad, tienen que ver con definir que la empresa estatal socialista no tenga un salario fijado para los trabajadores sino que además del salario que está fijado y que asegura, bueno el concepto de salario, los trabajadores puedan recibir ingresos en independencia de todo lo que produzcan.
Creo que ha ido un grupo de medios también a visibilizar y enfocar más el tema del bloqueo a nivel internacional, se ha visibilizado muchísimo el impacto del bloqueo y se han levantado muchas más voces contra el bloqueo a Cuba que nunca antes, yo creo que eso ha sido también parte de las consecuencias lo que ha ocurrido así como que se ha debatido lo que significa el corredor, la intervención humanitaria, la intervención militar, con mucha más intensidad que antes también ha sido una consecuencia de lo que ha ocurrido, como también una consecuencia ha sido la reflexión a partir de lo que se circula en las redes sociales, de las respuestas que los órganos del interior, la policía, dio en algunos espacios, en algunas movilizaciones a la gente que estaba movilizada, que aún cuando cuestionamos profundamente la violencia ejercida, los ataques incluso llegaron a tirar piedras a algún hospital, creo que también algún vacunatorio.
En Cuba no se ha detenido el proceso de vacunación por cierto y no hay que hablar que Cuba tiene dos vacunas con grandísimo porcentaje de efectividad, frente a la covid19 y que todo eso se ha hecho en este contexto que había narrado. En este contexto, ver que la policía agrede a jóvenes, o que la policía intenta controlar un hecho para el que no esté preparada, que no ha vivido antes, con métodos que sí hemos visto en otros momentos de América Latina, no ha sido bueno para nosotros y hay una reflexión sobre eso y hay muchos textos circulando sobre lo que ha significado que eso haya ocurrido en nuestro escenario, en nuestra historia como pueblo, en nuestra realidad de pueblo cohesionado, del pueblo unido, del pueblo en solidaridad, del pueblo de paz, que ha tenido que luchar muy unidos, juntos, contra un imperio muy grande. Ese fue un día doloroso, y sobre eso hay varias reflexiones y también se han estado haciendo algunas cosas.
Creo que algunos presidentes manifestaron muy rápidamente frente a, por supuesto la OEA enseguida se manifiesta, en seguida Joe Biden que no había hablado sobre Cuba desde que salió presidente, a pesar de todos los reclamos que existen hacia él por el tema del bloqueo, para un cambio de política, que se estaba encauzando porque no había dicho que también en el escenario estaba que Estados Unidos había declarado una revisión integral de la política hacia Cuba y en ese momento ocurre todo.
Entonces no se puede ser ingenuo, no se puede analizar estos como un asunto doméstico de Cuba, esto es un asunto regional y global, y que en última instancia es un asunto que tiene una pata muy fuerte en el conflicto, en el diferendo entre Cuba y Estados Unidos, y en el castigo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba por lo que significa la Revolución Cubana, y también tiene una pata en los afectos, las emociones, que marcan a la emigración cubana en el exterior, sobre todo la que vive en Estados Unidos, pero en esta oportunidad la que vive en muchas partes por fuera de Cuba, porque es una inmigración que en general quiere a su país, es una inmigración que siente por su país y que reacciona a partir de lo que se circula en las redes, y que se crean como bolas gigantes de nieve que van creciendo y van creciendo.
Creo que es un desafío muy grande en medio de todo esto, que repito pasa por los afectos, pasa por las emociones, colocarnos en la historia y resistencia del pueblo, en la historia de la revolución, colocarnos en la historia de lo que hemos tenido que resistir, colocarnos en la realidad del escenario regional, colocarnos en el papel histórico de la OEA, en el papel histórico de Estados Unidos, comprender que estamos siendo desafiados en todo sentido, que necesitamos muchísimo superar mejorar nuestra economía y que se estaban dando pasos hacia ello, que no tenemos fácil el primer paso.
Preguntaría a cada persona que tiene una posición crítica en este momento, ¡que necesitamos posiciones críticas!, yo preguntaría cuál debe ser el primer paso, qué debe hacer la sociedad cubana en su conjunto, Gobierno y pueblo, para salir de este momento y a partir de ahí pudiéramos tener una discusión, pero las discusiones se centran en elementos que no son los elementos centrales para superar la disputa de la que Cuba hoy es protagonista.
*Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social