Resumen Latinoamericano, 17 de julio de 2021.
“No es justo lo que sucedió, queremos respuestas. Nadie puede venir a nuestra tierra y matar al presidente”, dijo una de las manifestantes ataviada con flores y un cartel con la imagen del mandatario.
Miles de personas vestidas de blanco marcharon por las calles de Port de Paix y Trou du Nord en el norte de Haití, en homenaje al presidente asesinado Jovenel Moïse, mientras el Gobierno organiza los funerales nacionales.
“No es justo lo que sucedió, queremos respuestas. Nadie puede venir a nuestra tierra y matar al presidente”, dijo una de las manifestantes ataviada con flores y un cartel con la imagen del mandatario.
En Port de Paix, los marchantes recorrieron el boulevard Trois Rivières recientemente remodelado para los carnavales nacionales de febrero, y donde Moise pronunció uno de sus últimos discursos públicos en el cual denunció que sectores ricos debían millones de dólares al Estado.
Las muestras de solidaridad con el mandatario se multiplicaron de manera cauta en los últimos días, mientras el país recupera su ritmo habitual.
Frente al Palacio Nacional decenas de manifestantes colocaron una ofrenda floral y una gigantografía con la imagen de un Moise que llora.
También en la entrada de Pelerin 5, que da acceso a la residencia presidencial, los motoristas se reunieron con flores y mensajes alegóricos.
En muchos de los casos exigieron a las autoridades llegar hasta el fin de las investigaciones, y pusieron en duda que entre los sospechosos arrestados se encuentre el autor intelectual del crimen.
El impopular Gobierno de Moise estuvo marcado por intensas protestas antigubernamentales, denuncias de corrupción, crisis política, social y económica, y críticas por su autoritarismo en la conducción del país.
No obstante, su muerte, a manos de un comando armado, integrado por 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano, provocó la exacerbación del sentimiento nacional.
Los resultados de las investigaciones policiales arrojan que la operación se gestó en Estados Unidos y se vincularon nacionales de al menos cinco países.
Washington reconoció que entrenó a varios de los exmilitares colombianos que presuntamente cometieron el asesinato, años atrás cuando aún pertenecían al Ejército de Colombia, y la DEA (Administración de Control de Drogas) admitió que al menos uno de los arrestados fue informante de la agencia federal.
La Policía mantiene bajo custodia a 23 presuntos implicados y anunció medidas cautelares contra 24 agentes encargados de la seguridad presidencial en el momento del magnicidio.
Cinco de los jefes de seguridad del mandatario están en aislamiento, confirmó el director de la Policía, León Charles.
Por su parte, el ministro de Cultura y Comunicación, Pradel Henríquez anunció que los funerales se celebrarán el viernes 23 de julio en Cabo Haitiano (norte), segunda ciudad del país, y Puerto Príncipe será sede de homenajes gubernamentales.