Ayer la prensa anunciaba que los once diputados andaluces no adscritos que fueron expulsados del grupo parlamentario Adelante Andalucía –ahora denominado Unidas Podemos por Andalucía – , entre los que se incluye quien era su presidenta, Teresa Rodríguez, han enviado una carta como representantes públicos al embajador de Nicaragua en el Estado español, Carlos Midence, y le han solicitado una reunión para abordar la “grave situación” de “represión” que según ellos vive el país latinoamericano gobernado por Daniel Ortega del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Al embajador de Arabia Saudí no lo han llamado todavía, que se sepa.
Desde 2018 el país centroamericano vive violentas protestas y prolongadas convulsiones políticas ‑achacadas a las deficiencias del gobierno izquierdista de Ortega- alimentadas por el imperialismo. De fondo la conocida política estadounidense que pretende erradicar cualquier gobierno progresista en la zona siguiendo la consigna de Monroe: “América para los americanos” (de Estados Unidos, claro).
Mientras Rodríguez y los suyos piden reuniones con el embajador nicaragüense, nada han dicho de Arabia Saudí. Llama la atención puesto que en Navantia se construyen corbetas para este país, una de las dictaduras más crueles del planeta, que Anticapitalistas (el partido de T. Rodríguez y Kichi) ha resuelto denominándolo “contradicción” y estableciendo el más completo silencio sobre el tema.
No sólo sobre las corbetas de Navantia guarda silencio Teresa, sino sobre todo lo relacionado son la dictadura saudí. Tanto silencio que el pasado 30 de junio cuando el navío saudí Bahri Hofuf (dedicado al tráfico de armas hacia Arabia Saudí para su guerra de agresión a Yemen) atracó en la Bahía de Cádiz nada dijo Rodríguez. Tampoco el alcalde “Kichi”, a pesar de que el barco se veía probablemente desde el salón de alcaldía dada la cercanía del barco a la “tacita de plata” como se puede apreciar en esta captura de pantalla.
En cuanto a Nicaragua un reciente estudio ha demostrado el lavado de dinero cometido con los fondos USAID desde una fundación, dirigida por Cristiana Chamorro, ahora inhabilitada para optar a cargos públicos e inmersa en un proceso penal según ha publicado Cubadebate. Un lavado de dinero estadounidense que está vinculado al círculo de medios de comunicación de derecha en Nicaragua que jugaron un papel central en un violento intento de golpe de estado en 2018. Los medios de la oposición son una parte integral de una oposición política que Washington ha administrado, capacitado y financiado cuidadosamente con millones de dólares durante la última década. Esta investigación ilustra cómo USAID ha ayudado a crear la oposición antisandinista de Nicaragua desde cero.
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