Vecinos de areas cercanas al malecón habanero tomaron las calles para defender nuestra Revolución ante las provocaciones de ciertos grupos contrarrevoluionarios que trataron de incitar el caos y la desobediencia civil en medio de la situación que enfrenta Cuba con la Covid 19.
Foto: Cynthia Hernández
Cuando la ciudad de Nueva York, la llamada capital del mundo, con sus más de ocho millones de habitantes, alcanzó en abril del 2020 la cifra récord de más de 700 muertos en un día a nadie se le ocurrió solicitar un corredor humanitario.
Cuando los muertos por la pandemia en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil eran incinerados en plena calle, mucho menos.
Cuando la amazónica Manaos se convirtió en una fosa común, tampoco.
Ahora mismo, por solo poner un ejemplo reciente, cuando en Haití, donde reina el caos y ni siquiera se conoce la cifra de fallecidos ni ha llegado aún una vacuna, ni una sola humanitaria voz se ha alzado en su ayuda.
Todo lo contrario, sin embargo, sucedió luego de que, más de casi año y medio de pandemia, cuando Cuba superó, en los últimos días, la barrera de los seis mil casos confirmados.
El agravamiento de la pandemia en la occidental provincia de Matanzas (al este de La Habana) con un aumento incontrolado de casos de COVID-19 desató en las redes sociales la campaña #SOSMatanzas.
Instagram, Twitter, Facebook, Telegram y Whatsapp se llenaron rápidamente de solicitudes para recolectar dinero, materiales médicos, alimentos y otros insumos y enviarlos a los lugares afectados.
¿Será que los cubanos, por su ya legendaria actitud solidaria con el resto del mundo, merecen tal reciprocidad de amor y solidaridad?
Sin dudas. Y entre los realmente preocupados por la situación de la epidemia en Cuba no faltan los agradecidos que alguna vez sintieron el consuelo de la mano amiga de la pequeña Isla del Caribe en momentos difíciles.
No por gusto Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex), durante una conferencia de prensa efectuada este sábado en el Centro de Prensa Internacional, agradeció el envío de ayudas como medicamentos y otros materiales para enfrentar el actual escenario epidemiológico, las cuales, dijo, serían tramitadas con la mayor celeridad a través de las embajadas como los consulados de Cuba en cada país.
Igualmente aseguró que Cuba respetaría el destinatario de cada envío y advirtió de la existencia de una cuenta bancaria para la transferencia de fondos monetarios a través del Banco Financiero Internacional, a la vez que se mantendrán las facilidades para la entrada libre de impuestos de 10 kilogramos de medicinas por viajeros.
De acuerdo con el funcionario del MINREX tales tipos de ayuda no son del todo novedosas si se tiene en cuenta que desde el inicio de la pandemia cubanos residentes en el exterior han realizado una veintena de donativos de jeringuillas, mascarillas y otros materiales de salud por un valor de 800 mil dólares.
¿Por qué será que ninguno de estos países necesitan una “intervención humanitaria”?
Pero de igual forma advirtió sobre la existencia de una campaña mediática para presentar una imagen de caos total en el país, donde se intenta manipular y desacreditar la actuación del gobierno cubano con motivo del actual rebrote de la COVID-19.
Según la agencia alemana DW entre las “personalidades” de diversos países que protagonizan la campaña #SOSMatanzas figuran los voceros de la mafia anticubana de Miami el comediante cubano Alexis Valdés, el exintegrante del grupo Orishas Yotuel Romero, y el dúo de reguetón Gente de Zona quienes juegan un papel activo en el corredor de la mentira contra Cuba que, financiados por el gobierno de Estados Unidos, conforman casi un centenar de medios en internet.
La función de estos supuestos medios independientes, como también advirtió el director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior no es otra que la de “manipular y desacreditar la actuación del gobierno cubano con motivo del actual rebrote de la COVID-19 en todo el territorio nacional”.
Desde los comienzos mismos de la pandemia, cuando los muertos en Cuba no llegaban a una decena al día, tales plataformas, convirtiendo sus deseos en realidad, no escatimaron en afirmar que la situación de Cuba era catastrófica y no faltó hasta un oráculo que profetizó que la cifra de muertos por la Covid en la isla llegarían hasta 371 mil.
Tales “humanitarios” medios y personajes son los mismos que durante años se han dedicado a apoyar las 243 medidas de bloqueo impuestas por Trump contra Cuba, que la actual administración en su afán “revisionista” mantiene incólumes, a obstaculizar el envío de remesas, a divorciar mediante el odio a la familia cubana residente en las dos orillas del estrecho de la Florida e incitar, cobarde y oportunistamente, en el escenario de una pandemia, la subversión en Cuba.
Otro ejemplo. Bajo la presión de “listas rojas” propagandizadas en esos mismos medios, o para ganarse un lugarcito en el parnaso del mercado musical de los vende patria, los “humanitarios” Yotuel y el duo Gente de Zona compusieron e interpretaron la canción Patria y Vida que, según declararon públicamente era un “himno de guerra” compuesto para llamar al pueblo a salir a la calle con el fin de provocar un derramamiento de sangre entre cubanos.
Si a quienes pretenden derrotar a la Revolución aprovechándose de la pandemia les falta originalidad, los cubanos saben muy bien de qué van los llamados corredores de ayudas humanitarias que proponen los voceros de los corredores de la mentira imperial.
La mafia anticubana, representada por el senador Marco Rubio, estuvo detrás del envío de la supuesta ayuda humanitaria que los gobiernos de Estados Unidos y Colombia le ofrecieron al pueblo de Venezuela en febrero de 2019. En los camiones en los que se transportaba la supuesta ayuda, y que fueron quemados por la misma “humanitaria” oposición, la mitad de la carga consistía en material para fomentar las guarimbas: pitos, cables, máscaras antigas y clavos. ¿Ayuda humanitaria o ayuda a la subversión?
Desde hace mucho los llamados corredores no han tenido nada de humanitarios y solo han servido como pretextos para inhumanas intervenciones militares. Si al propio gobierno de Estados Unidos nunca le interesó, en los peores momentos de la pandemia, la suerte de sus propios ciudadanos mucho menos les importa a sus mercenarios mediáticos las de países como Venezuela o Cuba.
Por M.H. Lagarde/CubaSi