El colectivo Ecologistas en Acción ha presentado 138 alegaciones a la “Revisión Parcial del PGOU de Barbate para la implantación del Proyecto de Interés Turístico Regional EL SEGÜESAL GOLF RESORT”. Con esta Revisión del PGOU se pretende reclasificar un total de 3.045.120 m2 de suelos actualmente clasificados como no urbanizables y, en parte, especialmente protegidos. Esta sería la primera fase del proyecto, que asciende a 4.672.000 m2, lo que la convertiría en la mayor de Andalucía, y cuadruplicaría la superficie del actual núcleo urbano de Barbate (comarca de La Janda).
El colectivo ecologista denuncia que el “Següesal Golf Resort”, promovido por la empresa Bogaris, fue ya el primer campo de golf declarado en 2011 por la Junta de Andalucía (PSOE) de “Interés Turístico Regional” y ahora el gobierno PP‑C’s‑Vox vuelve a darle un espaldarazo incluyéndolo en la “Unidad Aceleradora de Proyectos de Interés Estratégico en Andalucía”. Concluyen que “el PSOE y el PP no se distinguen mucho en promover la especulación urbanística, que convierten en “estratégica” para Andalucía”.
Esta macro urbanización incluye 635 apartamentos turísticos, 235 habitaciones hoteleras, 450 viviendas, centros comerciales, colegio de alto standing y un campo de golf de 18 hoyos. Una ciudad de lujo segregada del pueblo de Barbate, y a medio camino de Vejer de la Frontera, con las que competirá y perjudicará en oferta turística. A pesar de que supuestamente se trata de un proyecto turístico, en realidad es pura especulación, pues la edificabilidad residencial supone el 24,24%, frente a un raquítico 3,17% para usos hoteleros.
Ecologistas en Acción ha advertido en sus alegaciones de la inviabilidad legal y ambiental de este proyecto, pues supone eliminar la protección de los terrenos en los que se pretende ubicar, sin más justificación que los intereses de una empresa privada, e incumple las normas sobre los límites de crecimiento del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). También presenta afecciones a la biodiversidad, a espacios naturales protegidos y a terrenos públicos, ya que rodea por el norte al Parque Natural de La Breña. En un informe de la antigua Consejería de Medio Ambiente se resalta que la ejecución de este proyecto supondría la eliminación de 230 hectáreas de superficie forestal, afectaría a Hábitats de Interés Comunitario, y podría alterar sensiblemente el libre flujo de especies entre el Parque Natural de La Breña y la Zona de Especial Conservación “Acebuchales de la Campiña de Cádiz”, ambos espacios naturales incluidos en la Red Natura 2000 de la UE. Y no existen recursos hídricos para este proyecto mastodóntico; en plena Emergencia Climática habría que decidir a qué y a quién le dedicamos la cada vez más escasa cantidad de agua de la que disponemos.
No deja de ser absurdo que un municipio con tantos atractivos naturales y gastronómicos como Barbate apueste por una actividad que no llega al 3% entre las motivaciones de los 25 millones de turistas que cada año visitan Andalucía, mientras que el turismo de naturaleza asciende al 9%, el cultural al 20% y fiestas y gastronomía al 5%.
Y es incomprensible que, con la multitud de problemas que tiene Barbate y sus núcleos de población –problema de abastecimiento, falta de alcantarillado y de depuración de aguas residuales, descontrol urbanístico…-, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía no dediquen sus esfuerzos a solucionarlos, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y la oferta turística, sino a recalificar unos terrenos forestales y agrícolas en exclusivo beneficio de una sola empresa.
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.