Las disputas sobre la elaboración del presupuesto ponen de manifiesto que el dinero es una de las causas de la continuidad de la inestabilidad política en Libia desde la agresión imperialista en 2011. El aspecto financiero y económico del conflicto y el modo en que se gasta el dinero se ve agravado por el hecho de que Libia obtiene el 85% de sus ingresos de las exportaciones de petróleo.
En medio del caos y a la espera de las elecciones presidenciales de diciembre en el país la misión de las Naciones Unidas ha terminado recientemente de auditar los dos bancos centrales que operaban en el país. Su informe final de auditoría contiene tres buenas noticias: Libia no tiene deuda externa y sus miles de millones de reservas de divisas, ahorros de décadas del antiguo gobierno de Gadafi, han permanecido casi intactos. Por último, y tal vez más importante, sólo se han gastado 15.000 millones de dinares (3.330 millones de dólares) de la Cartera Mujanab. La Cartera Mujanab es una cuenta de ahorro financiada por las ventas de petróleo y mantenida en el Banco Central a la que sólo se puede acceder en situaciones de emergencia. La palabra Mujanab significa “poner a un lado” y al parecer la acuñó el propio Gadafi antes de que fuera asesinado durante la agresión imperialista que lo derrocó en 2011.
Comentando el informe, un diputado, que habló de forma anónima, dijo a Monitor de Oriente “gracias a Gadafi” por dejar miles de millones para que el país encuentre algún consuelo, a menos que el “Gobierno de Unidad Nacional (GNU) ponga sus manos en el montón”. Aun después de muerto, el coronel Gadafi sigue prestando servicios a Libia. No se puede decir lo mismo de la ralea de oportunistas, criminales y piratas que tiene sumida a Libia en el caso desde hace una década.
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.