México. El golfo arde y se contamina por la explotación petrolera

Méxi­co. El gol­fo arde y se con­ta­mi­na por la explo­ta­ción petrolera

Mar­tintxo Mantxo /​Resumen Lati­no­ame­ri­cano, 9 de julio de 2021

Foto: A Pla­ne­ta

El dos de julio un oleo­duc­to sub­ma­rino de Pemex, la com­pa­ñía petro­le­ra esta­tal de Méxi­co, se rom­pió pro­vo­can­do un incen­dio en el Gol­fo de Méxi­co. Ocu­rrió 50 metros de una pla­ta­for­ma de per­fo­ra­ción en el cam­po marino Ku-Maloob-Zaap, que pro­du­ce más de 700.000 barri­les de petró­leo al día. El oleo­duc­tó seme­jó un vol­cán en medio del oceáno lan­zan­do lava. Los tra­ba­ja­do­res de emer­gen­cia pre­ci­sa­ron cin­co horas para apa­gar las llamas.

Pemex, como muchas otras empre­sas petro­le­ras, ate­so­ra muchos acci­den­tes. Uno simi­lar ocu­rrió tam­bién en 2015, cuan­do se incen­dió la pla­ta­for­ma marí­ti­ma Abka­tun Per­ma­nen­te, de la Son­da de Cam­pe­che. En el acci­den­te falle­cie­ron 4 per­so­nas. 300 emplea­dos tuvie­ron que ser eva­cua­dos. Pero uno de los más gra­ves ocu­rrió hace dos años con la explo­sión de un duc­to de per­fo­ra­ción que cau­só la muer­te de 137 per­so­nas en Tlahue­lil­pan, Hidal­go. Otras 30 per­so­nas murie­ron en otra explo­sión en San Mar­tín Tex­me­lu­can, Pue­bla. En 2015 varias explo­sio­nes tam­bién pro­vo­ca­ron 25 muertes.

La pro­duc­ción de Pemex ha dis­mi­nui­do recien­te­men­te, con una caí­da de la pro­duc­ción cada año duran­te los últi­mos 15 años. Esto ha supues­to su endeu­da­mien­to en 114.000 millo­nes de dóla­res, así como un aumen­to de las impor­ta­cio­nes, y se entien­de que una lige­re­za en su fase extrac­ti­va que redun­da en los acci­den­tes. Igual­men­te, en los últi­mos años Pemex ha uti­li­za­do la téc­ni­ca de frac­king para la extrac­ción de su petróleo.

Mien­tras, por la par­te de Esta­dos Uni­dos tam­bién, Kenny Stan­cil, en Com­mon Dreams, infor­ma­ba tam­bién que des­de el desas­tre del Deep­wa­ter Hori­zon en 2010 la explo­ta­ción por frac­king ha ver­ti­do 250 millo­nes de litros de resi­duos tóxi­cos en el Gol­fo de Méxi­co. Aquel desas­tre fue uno de los peo­res de la indus­tria petro­le­ra, pues se ver­tie­ron 4 millo­nes de barri­les de petró­leo, que equi­va­len a 640 millo­nes de litros. Aque­llo pro­vo­có incen­dios y la muer­te de 11 tra­ba­ja­do­res de la plataforma.

Según el infor­me (PDF) del Cen­tro para la Diver­si­dad Bio­ló­gi­ca (CBD) “Toxic Waters: How Offsho­re Frac­king Pollu­tes the Gulf of Mexi­co” (Aguas tóxi­cas: Cómo el frac­king en alta mar con­ta­mi­na el Gol­fo de Méxi­co), a medi­da que aumen­ta la imple­men­ta­ción de méto­dos “extre­mos” de extrac­ción de com­bus­ti­bles fósi­les en alta mar, como la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca y la aci­di­fi­ca­ción, aumen­tan los impac­tos. Duran­te la últi­ma déca­da, el gobierno de Esta­dos Uni­dos está per­mi­tien­do que las petro­le­ras des­car­guen millo­nes de galo­nes de resi­duos peli­gro­sos en el Gol­fo de México.

El boom del frac­king en alta mar comen­zó hace 10 años. Sin embar­go, las auto­ri­da­des aún no han ana­li­za­do sus impac­tos ambien­ta­les y huma­nos. CBD expli­ca que la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca mari­na, como la terres­tre, con­sis­te en inyec­tar agua y pro­duc­tos quí­mi­cos en el fon­do marino para frac­tu­rar la roca y libe­rar el petró­leo y el gas. Por otro lado, la aci­di­fi­ca­ción con­sis­te en inyec­tar áci­do fluorhí­dri­co o clorhí­dri­co para escar­bar vías en las pare­des de la roca y libe­rar los com­bus­ti­bles fósi­les. De toda la pro­duc­ción de petró­leo y gas en alta mar de Esta­dos Uni­dos, casi la tota­li­dad, el 98%, tie­ne lugar en el Gol­fo de México”.

Aun­que un infor­me de la indus­tria a la Agen­cia de Pro­tec­ción Medioam­bien­tal de Esta­dos Uni­dos reve­ló que “cada frac­tu­ra­ción libe­ra unos 81.310 litros de resi­duos de frac­tu­ra­ción, inclui­dos bio­ci­das, polí­me­ros y disol­ven­tes, en el Gol­fo de Méxi­co”, seña­ló CBD, la EPA per­mi­te a las empre­sas ver­ter “can­ti­da­des ili­mi­ta­das” de sub­pro­duc­tos tóxi­cos en el Golfo.

Los ries­gos y los efec­tos noci­vos de algu­nos pro­duc­tos quí­mi­cos de la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca son bien cono­ci­dos, sin embar­go el impac­to de más de tres cuar­tas par­tes de las sus­tan­cias uti­li­za­das en la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca ni siquie­ra ha sido estu­dia­das en cuan­to a su impacto”en la salud huma­na y medioam­bien­tal, según el CBD.

Éstas son as con­clu­sio­nes del informe:

  • las comu­ni­da­des y el eco­sis­te­ma del Gol­fo expe­ri­men­tan una fuer­te car­ga de con­ta­mi­na­ción por la infra­es­truc­tu­ra con­cen­tra­da de com­bus­ti­bles fósi­les y no pue­den sopor­tar la con­ta­mi­na­ción adi­cio­nal del fracking
  • des­de 2010 el gobierno fede­ral ha apro­ba­do la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca en el Gol­fo de Méxi­co más de 3.000 veces, y la aci­di­fi­ca­ción al menos 700 veces, sin nin­gu­na super­vi­sión sig­ni­fi­ca­ti­va ni revi­sión medioambiental;
  • Sin lími­tes en los ver­ti­dos tóxi­cos, las com­pa­ñías petro­le­ras han ver­ti­do en el Gol­fo al menos 250 millo­nes de litros de flui­dos de frac­tu­ra­ción, que con­tie­nen muchas sus­tan­cias cono­ci­das por ser tóxi­cas tan­to para las per­so­nas como para la vida sil­ves­tre, des­de 2010 has­ta 2020;
  • Los pro­duc­tos quí­mi­cos uti­li­za­dos en la frac­tu­ra­ción hidráu­li­ca y la aci­di­fi­ca­ción en alta mar plan­tean impor­tan­tes ries­gos para la salud de las per­so­nas y la vida sil­ves­tre, inclui­dos daños repro­duc­ti­vos, neu­ro­to­xi­ci­dad, cán­cer e inclu­so la muerte;
  • La extrac­ción extre­ma de petró­leo y gas agra­va la cri­sis climática;
  • La indus­tria de los com­bus­ti­bles fósi­les per­ju­di­ca al turis­mo y a la pes­ca, que crean alre­de­dor de 2,85 millo­nes de pues­tos de tra­ba­jo ‑más de 10 veces los empleos crea­dos por la indus­tria de los com­bus­ti­bles fósi­les en el Gol­fo de Méxi­co- y pro­por­cio­nan más ingre­sos fis­ca­les; y
  • Las agen­cias esta­ta­les y fede­ra­les no han super­vi­sa­do ni regu­la­do ade­cua­da­men­te el frac­king y la acidificación.

El CBD con­clu­ye que el frac­king en alta mar es “intrín­se­ca­men­te peli­gro­so”, por lo que pro­po­ne que “las agen­cias esta­ta­les y fede­ra­les debe­rían prohi­bir el uso de téc­ni­cas extre­mas de petró­leo y gas y dejar de emi­tir per­mi­sos para el frac­king y la aci­di­fi­ca­ción en alta mar”.

“Tam­bién debe­rían dejar de per­mi­tir inme­dia­ta­men­te que las empre­sas petro­le­ras vier­tan pro­duc­tos quí­mi­cos tóxi­cos en el Gol­fo de México”.Además, el infor­me afir­ma que “dado que el frac­king y la aci­di­fi­ca­ción amplían la vida útil de la explo­ta­ción de petró­leo y gas en alta mar y aumen­tan la pro­duc­ción, per­mi­tir estas prác­ti­cas es incom­pa­ti­ble con el inte­rés nacio­nal de hacer fren­te a la cri­sis climática.”

Dres­de la elec­ción de Joe Biden y su inten­ción de redu­cir a la mitad las emi­sio­nes de gases de efec­to inver­na­de­ro de Esta­dos Uni­dos para 2030, las empre­sas fósi­les han ini­cia­do una ofen­si­va. Al mis­mo tiem­po que ocu­rría este acci­den­te de con­se­cuen­cias trá­gi­cas para la emer­gen­cia cli­má­ti­ca, Keith McCoy, un alto miem­bro del gru­po de pre­sión de Exxon­Mo­bil afir­ma­ba estar luchan­do en secre­to con­tra los inten­tos legis­la­ti­vos. Éste iden­ti­fi­có al sena­dor demó­cra­ta Joe Man­chin como uno de los legis­la­do­res obje­ti­vo de la campaña.Estas decla­ra­cio­nes fue­ron gra­ba­das de for­ma encu­bier­ta por Green­pea­ce Rei­no Unido.

Mien­tras Isla Tor­tu­ga sufre una de las peo­res olas de calor de su his­to­ria, sin duda, resul­ta­do del calen­ta­mien­to glo­bal, en el noroes­te del Pací­fi­co y en Cana­dá, alcan­zan­do los 44º C. En Portland el calor ha pro­vo­ca­do el que carre­te­ras y rie­les de tren se derri­tie­ran. Tam­bién incen­dios fores­ta­les. Y aho­ra se pre­ven huracanes.

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DE: Rebe­lion

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