Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 3 de julio de 2021.
El Partido Comunista de China (PCCh) cumple 100 años. Su continua expansión (92 millones de inscritos, equivalente al 6,6% de la población), la capacidad de transformarse manteniendo la forma organizativa leninista en el centro de la relación entre Estado y capital, obligan a los cantantes del fin del comunismo a afrontar la realidad.
Cuarenta años después de las reformas económicas lanzadas por Deng Xiaoping en nombre del «socialismo de mercado», y sin esconder los costos y los errores, más de 800 millones de personas han salido de la pobreza. China, la segunda economía mundial, representa el 18% del Pib global. El tejido productivo sigue siendo principalmente socialista, expresado en las formas de propiedad estatal, cooperativa y comunal.
El secretario del PCCh dijo que los ideales por los que han luchado los comunistas chinos desde 1921 «no han cambiado». También a nivel internacional, el PCCh ha desarrollado una estrategia global, dirigida a contrarrestar la agresividad expansionista del imperialismo estadounidense con una red de proyectos de integración económica que involucran a todos los continentes. El proyecto Ruta de la Seda – explicó el marxista chino Cheng Enfu en la revista International Critical Thought, no es solo un plan de infraestructura, sino «una iniciativa para la construcción global del socialismo con características chinas que apunta a fortalecer el movimiento comunista a nivel internacional».
Gracias al Comandante Chávez se ha consolidado una sólida Asociación Estratégica Integral entre China y Venezuela. El 9 de junio de 2009, en un Aló Presidente teórico, Chávez habló sobre el libro La Comuna de Chiliyng, una selección de textos, extraídos de un volumen de Chun Li y Tien Chie Yung, publicado en 1975, que explican el proceso de formación y funcionamiento de los tres niveles de ordenamiento, producción y administración de la economía colectivizada y socialista en China.
En la década de 1950, habiendo perfeccionado los modelos de cooperativas agrícolas y comunas, Mao Tse-tung impulsó una serie de medidas para transformar la economía agrícola: el Gran Salto Adelante. Chiliyng aparece entonces como un ejemplo de unidad entre organización colectiva, poder popular y administración económica. Conocer las diferentes formas de organización de las masas, sus características, sus diferentes métodos de lucha contra el capital, en los contextos históricos específicos y las condiciones que las determinaron, es de gran importancia para quienes quieren construir un camino hacia la «suprema felicidad social».
Organizando el Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo, Adán Chávez se refirió al libro, resaltando la importancia que Chávez atribuyó a esa experiencia ganada en la China de Mao: por ser una fuente de inspiración para el poder popular, los concejos comunales, las comunas. En varias entrevistas, el Comandante, se refirió al Libro Rojo de Mao, que ‑dijo- escondió en el cesto de la ropa sucia, dotado de doble fondo, cuando estaba cadete en la Escuela Militar. Explicó por qué la lectura del pensamiento de Mao fue crucial para él y cómo se inspiró en algunos conceptos clave de la revolución bolivariana. Por suerte – dijo – “que ha surgido la revolución china, que ha existido Mao Tse tung, que ha surgido la revolución bolivariana. Y aquí vamos, transitando por un camino alternativo al desastre que provoca el capitalismo en este mundo”.