Resumen Latinoamericano, 11 de agosto de 2021.
foto: Ahmad Vahidi, nuevo ministro del Interior iraní.
De la misma manera que es repudiable el injerencismo estadounidense sobre las políticas soberanas de Venezuela, Cuba y otros países del continente, ahora también lo es la actititud de la Cancillería argentina, que pone el grito en el cielo por la designación del nuevo ministro del Interior, Ahmad Vahidi. No es extraño que el Canciller Felipe Solá, avalado por el presidente Alberto Fernández, tome esta actitud, ya que hay que recordar que durante varios años, justamente cuando la República Islámica de Irán era bloqueada (como ahora) y atacada con saña por Estados Unidos e Israel (al igual que ahora), el gobierno argentino se puso a la par del gobierno estadounidense considerando a Irán un enemigo.
Luego, en 2013, llegó el momento de la distensión, precisamente cuando el gobierno de Barack Obama, bajó la presión, y en Argentina se firmó del memorándum de Entendimiento entre la Argentina e Irán sobre los temas vinculados al atentado a la sede de la AMIA. Esta actitud ciertamente racional y lógica después de haber sostenido una diplomacia al servicio de los intereses sionistas y estadounidenses, trajo aparejada la histeria del sionismo local y sus adláteres de la clase política, que vieron luz verde para acorralar al gobierno kirchnerista y a su canciller Héctor Timerman.
Después vinieron Trump y Macri, y claro, la furibundia derechista de ambos los llevó, en el caso argentino a sostener una diplomacia de total enemistad con el gobierno islámico, y en lo que hace a EE.UU. y su hijo putativo «Israel», se tentaron en varias ocasiones a poner la situación al borde del abismo de una intervención militar. Que no lo hayan hecho no fue obedeciendo a una actitud de madurez sino que le vieron las orejas al lobo, de la misma manera que les ocurriera a las tropas israelíes cuando invadieron El Líbano, creyendo que vencer a Hezbolah era algo sencillo y rápido, y tuvieron que retirarse avergonzados por donde habían llegado.
Ahora llegó Joe Biden y arrecian los ataques discursivos contra Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán, y entonces la sumisa diplomacia argentina quiere ponerse a tono, y mete las narices de manera prepotente y a la vez desafortunada, en la política interna iraní. Se cuestiona a Ahmad Vahidi como ministro del Interior, basándose en la más que polémica «pista iraní» sobre el atentado a la AMIA. Es evidente que el reciente paso por el país y por la Casa de Gobierno del Consejero de Seguridad yanqui, Jake Sullivan, y los continuos y mutuos halagos con la diplomacia nortearicana y la israelí, llevan a este puerto de la injerencia.
Sin embargo, se equivocan Solá y su equipo, en creer que Irán es presionable en función de estos desaires. La República Islámica ha demostrado con creces que quiere la paz, pese que sus enemigos no buscan otro camino que el de la guerra y el cambio de modelo en ese país. Ya Menem hizo la fantochada de sumarse con un barquito y un contingente de militares corrupotos, a las tropas invasoras norteamericanas que produjeron un genocidio en Iraq. Da la impresión que la pendulante diplomacia criolla trata hoy de emular al fallecido ex presidente de origen riojano.
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LA NOTICIA
La Argentina manifestó su enérgica condena a la nominación de Ahmad Vahidi a un puesto ministerial en Irán. La encargada de fijar posición fue la Cancillería, que recordó que Vahidi “es reclamado por la Justicia argentina por haber tenido una participación clave en la toma de decisión y en la planificación del atentado cometido el 18 de julio de 1994 en el edificio de la AMIA y sobre él pesa una orden de captura internacional de Interpol”.
Vahidi fue nominado para ocupar el cargo de Ministro del Interior de Irán. El ministerio de Relaciones Exteriores, que conduce Felipe Solá, remarcó que esa designación “constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)”.
“Tal como fuera manifestado en el mes de agosto de 2009, cuando Vahidi fue nominado a ocupar el cargo de Ministro de Defensa, su nominación para ocupar un cargo ministerial en Irán ha sido recibida con grave preocupación y merece la más enérgica condena del Gobierno de nuestro país”, dijo también la Cancillería.
El comunicado de la cartera a cargo de Solá planteó por último que “el Gobierno argentino exige una vez más al Gobierno de la República Islámica de Irán a cooperar de manera plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes”.