Argen­ti­na. Ter­mi­na­ron los Jue­gos, que empie­ce una polí­ti­ca de Estado

Resu­men Latinoamericano,10 de agos­to de 2021.

Con Tokio 2020 fina­li­za­do y Paris 2024 en el hori­zon­te, la Argen­ti­na nece­si­ta un pro­gra­ma a lar­go y mediano pla­zo que pro­mue­va al depor­te y a depor­tis­tas en todo el país. Infra­es­truc­tu­ra, becas y la repo­si­ción del Enard como prio­ri­dad. El des­fi­nan­cia­mien­to de Macri y una ges­tión, la de Alber­to Fer­nán­dez, que no revir­tió casi nada de lo quitado. 

Se ter­mi­na­ron los Jue­gos Olím­pi­cos y aho­ra empie­za el camino que en Argen­ti­na a casi nadie le impor­ta y que nin­gún canal tele­vi­sa: el de la pre­pa­ra­ción de atle­tas que lidian con­tra la fal­ta de una polí­ti­ca depor­ti­va y el desin­te­rés de bue­na par­te de la socie­dad, que se cau­ti­va y con­mue­ve con depor­tis­tas y dis­ci­pli­nas 15 días cada cua­tro años.

Es un pro­ble­ma que inclu­ye al Gobierno de Mau­ri­cio Macri, que degra­dó la Secre­ta­ria de Depor­tes en Agen­cia Nacio­nal, des­fi­nan­ció ese bál­sa­mo que sig­ni­fi­có el Ente Nacio­nal de Alto Ren­di­mien­to Depor­ti­vo (Enard) y ajus­tó bru­tal­men­te el pre­su­pues­to depor­ti­vo, sobre todo en sus últi­mos dos años.

Pero el pro­ble­ma tam­bién inclu­ye al Gobierno de Alber­to Fer­nán­dez, que no vol­vió a finan­ciar al Enard como había pre­vis­to la ley de 2009 que lo fun­dó (el 1% de la fac­tu­ra­ción tele­fó­ni­ca iba direc­to a la teso­re­ría de ese orga­nis­mo autó­no­mo) y que ade­más mos­tró inca­pa­ci­dad de ges­tión has­ta para cos­tear el via­je de la dele­ga­ción de atle­tas al Sud­ame­ri­cano de Gua­ya­quil, algo que final­men­te se resol­vió por…¡una cam­pa­ña del influen­cer San­tia­go Maratea!

¿La Argen­ti­na tie­ne 50% de pobres y en Cítri­ca edi­to­ria­li­za­mos por la fal­ta de una polí­ti­ca depor­ti­va? ¿En qué canal están? Ese razo­na­mien­to, que a veces sur­ge de mane­ra ins­tan­tá­nea y genui­na, tam­bién es uno de los tan­tos a desmontar.

No se pue­de diso­ciar un tema del otro —pobre­za o depor­te — , sino com­ple­men­tar­los: el depor­te es una herra­mien­ta efi­caz para sacar a los pibes y las pibas de la pobre­za, ade­más de un pode­ro­so rege­ne­ra­dor de cohe­sión social.

Solo que para que eso suce­da, como para casi todo, tie­ne que haber un res­pal­do detrás.
Muchas veces, sobre todo en depor­tes indi­vi­dua­les, ese res­pal­do tie­ne y debe ser del Esta­do: infra­es­truc­tu­ra, pro­gra­mas depor­ti­vos, becas y la orga­ni­za­ción de competencias.

El depor­te es una herra­mien­ta efi­caz para sacar a los pibes y las pibas de la pobre­za, ade­más de un pode­ro­so rege­ne­ra­dor de cohe­sión social.

En otras opor­tu­ni­da­des, el res­pal­do vie­ne de los clu­bes, de don­de sur­gió cada meda­lla obte­ni­da en estos Jue­gos de Tokio. Lo que en otros paí­ses gene­ran las uni­ver­si­da­des en el ámbi­to depor­ti­vo, en Argen­ti­na lo hacen los clu­bes y aso­cia­cio­nes civiles.

La par­ti­ci­pa­ción en Tokio lo puso de relie­ve una vez más: des­de el San Isi­dro Club, Talas de Cór­do­ba o Rega­tas de Bella Vis­ta (de don­de sur­gie­ron varios Los Pumas), Ban­co Nación, Ban­co Pro­vin­cia o Lomas (Las Leo­nas) has­ta el Club Obras de San Juan, don­de Bruno Lima empe­zó a jugar vóley a los 6 años.

El bron­ce de la selec­ción de vóley, sur­gi­do de clu­bes de toda la Argentina

Esos clu­bes –y tan­tos otros más peque­ños que fun­cio­nan como pri­mer esca­lón de las carre­ras depor­ti­vas– tam­bién sufrie­ron la embes­ti­da de Macri, que los asfi­xió con tari­fa­zos y los aco­rra­ló al lími­te del cierre.

Por eso, aho­ra que escu­cha­mos y lee­mos tan­to dis­cur­so vacío de cam­pa­ña, tan­to slo­gan sin sen­ti­do, vale la pena des­te­rrar uno que cada tan­to aso­ma: ese de que no hay que mez­clar depor­te con polí­ti­ca, como si una y otra área no estu­vie­ran relacionadas.

Oja­lá algún día ten­ga­mos un país que uti­li­ce al depor­te: que dise­ñe una polí­ti­ca de Esta­do en ese sen­ti­do, que invier­ta, que gene­re peque­ños cam­bios cul­tu­ra­les para que el fút­bol no aca­pa­re todo, que lo publi­ci­te y que lue­go lo exacerbe.

Como hacen Esta­dos Uni­dos y Chi­na. Como hacen Cuba y Gran Bre­ta­ña. Si algu­na vez suce­de, los Jue­gos Olím­pi­cos ten­drán mucho más sentido.

Fuen­te: ANRed

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