Resumen Latinoamericano, 22 de agosto de 2021.
La represión española contra las y los presos vascos continúa a pesar del silencio de los medios y la complicidad de la clase política. Un ejemplo de ello es el caso del preso político vasco Iñaki Bilbao («Txikito») quien como informáramos días atrás volvió a exigir que lo respeten y dejen de maltratarlo como han hecho a lo largo de más de tres décadas que ya lleva en prisión.
Recientemente fue trasladado desde la prisión de exterminio de Puerto Santa María en Cádiz a la de Topas, en Salamanca, y en lugar de alojarlo en un calabozo «normal» (no hay ningún tipo de «normalidad» en las cárceles fascistas españolas) lo pusieron en un módulo de presos con problemas psiquiátricos, generando un fuerte rechazo por parte de «Txikito». A partir de ese momento, y a modo de protesta, el preso vasco declaró la huelga de hambre y de comunicación. Hay que recordar que «Txikito» realizó meses atrás una muy prolongada huelga de hambre y sed, por lo que su estado de salud es más que frágil.
Ahora, para aumentar el castigo lo han trasladado a un hospital ya que su salud se ha quebrantado. Allí permanece hasta el presente en observación aunque se sigue negando a colaborar con sus verdugos y no acepta que le realicen ninguna prueba. El juez de Vigilancia Penitenciaria ha optado por obligarle a administrarle nutrientes por vía intravenosa para alimentarlo, un recurso ilegal que aplican desde hace tiempo para obligar a los presos a que abandonen las huelgas de hambre.
Frente a este estado de cosas, de abierta violación de los derechos humanos, resulta imperioso que la solidaridad con el preso político vasco se haga sentir y que se repudie el repetido accionar fascista del gobierno del PSOE y de sus cómplices del Partido Nacionalista Vasco,que gobierna en Euskal Herria.