Por Alejandra Benaglia*, Resumen Latinoamericano, 30 de agosto de 2021.
La situación de crisis desatada en el mundo a partir de la declaración de la pandemia de COVID-19 puso en tensión al mundo laboral visibilizando de manera brutal las desigualdades estructurales en el acceso al mercado, siendo los sectores más afectados aquellos integrados por mujeres, en todas sus variables etarias y sociales.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó, en el mes de julio, un nuevo informe en el que analiza los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo en la pospandemia.
Con el título “Avanzar en la reconstrucción con más equidad: Los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo, en el centro de la recuperación de la COVID-19” el paper da cuenta de que tanto las cifras relevadas, como el futuro que depara la salida de la pandemia luego de un año y medio, no son alentadores ya que demuestran que la igualdad de género en el mundo ha empeorado. A nivel mundial en este año habrá 13 millones menos de mujeres empleadas que en el 2019 mientras que el empleo de los hombres habrá recuperado los niveles del 2019. La pandemia destruyó el 4,2 % del empleo de las mujeres frente al 3% de los hombres.
Según el informe, el mayor descenso respecto el empleo de las mujeres en todas las regiones se produjo en América donde bajó un 9,4% como consecuencia del COVID ‑19. En los Estados Árabes, a pesar de las favorables perspectivas para el empleo de las mujeres en 2021, éstas siguen teniendo cinco veces menos de probabilidad de tener un empleo que los hombres; en Asia y el Pacífico el empleo de los hombres seguramente superara su nivel previo a la crisis, mientras que el de las mujeres probablemente siga estando por debajo de su nivel de 2019. En Europa y Asia Central, las mujeres han perdido el 2,5 por ciento de sus empleos debido a la pandemia, y lo mas probable es que sólo se recupere el 0,46 por ciento de ellos en 2021, y en África se espera que el aumento del empleo de las mujeres en 2021 compense con creces las pérdidas de empleos debidas a la pandemia. No obstante, sigue preocupando mucho la calidad del empleo y la dependencia de la economía informal.
Con relación al teletrabajo la OIT calcula que, durante la pandemia, el número de trabajadores que pudieron hacerlo desde casa fue de 557 millones, lo que equivale sólo al 17,4 por ciento del empleo mundial. Aunque todavía no se dispone de datos desglosados por sexo, algunos datos sugieren que las condiciones de trabajo de las mujeres han empeorado, pues la acumulación de factores como la ansiedad debida a la COVID-19, las esperanzas puestas en los empleadores no realizadas y el aumento de las tareas de cuidados pueden tener graves repercusiones en la salud física y mental de las mujeres. En algunos casos, el “home-office” también ha producido un aumento de la intensidad del trabajo, con posibles riesgos de agotamiento, intensificación del estrés y, en ocasiones, sensación de soledad.
Respecto de las políticas con perspectiva de género aplicadas durante la pandemia han sido pocas las medidas encaminadas a afrontar la emergencia apoyando la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y mejorando sus condiciones laborales, como la calidad de sus ingresos y su seguridad en el mercado de trabajo. Es por eso que es necesario y sumamente importante mejorar la calidad de los ingresos de las mujeres no sólo para reconocer el valor de su trabajo, sino también para combatir la pobreza. Por ejemplo, durante la pandemia muchos gobiernos han mejorado la compensación de las trabajadoras de la salud a través de prestaciones y más remuneración, ya sea a título permanente (por ejemplo, Francia) o temporal (por ejemplo, Argentina, Canadá, Italia, Japón, Federación Rusa y Sudáfrica).
Para poder avanzar en la reconstrucción con mayor equidad la OIT recomienda medidas políticas urgentes:
- Fomentar políticas de empleo con perspectiva de género para una recuperación inclusiva y rica en creación de empleo.
- Invertir en la economía del cuidado
- Trabajar por el acceso universal a una protección social amplia, adecuada y sostenible para todos, a fin de reducir la actual brecha de género en la cobertura de la protección social.
- Promover la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor.
- Prevenir, afrontar y eliminar la violencia y el acoso.
- Promover que haya más mujeres en los puestos de adopción de decisiones.
La nota de políticas publicada por el organismo el pasado mes, tiene como finalidad brindar un panorama de la situación de las mujeres en el mercado de trabajo exhortando a que los países adopten políticas con perspectiva de género a fin de que los derechos de las mujeres al trabajo y sus derechos laborales sean una característica central de la recuperación de la COVID-19.
Fuente: ANRed – (*) Periodista feminista. Delegada sindical. Columnista de Diario Digital FemeninoMujeres Sindicalistasalebenaglia@hotmail.com