Por Maru Waldhüter y César Saravia, Resumen Latinoamericano, 20 de agosto de 2021.
Entrevista a la lideresa indígena y defensora de la Madre Tierra, Thelma Cabrera, que habla sobre la situación crítica que atraviesan las comunidades de su país.
Desde su casa en el sur de Guatemala, Thelma Cabrera conversó con nosotrxs sobre la situación actual de “GuateMaya”, como ella misma le llama tras el paro plurinacional. Un nombre que, más que un juego de palabras, da cuenta de la composición de una sociedad en que un alto porcentaje de la población se identifica como Mayas, Garífunas, Xincas y Croeles o afrodescendientes.
Thelma es defensora de los derechos humanos y de la Madre Tierra, e integra la Dirección Política del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA). En 2019, fue candidata presidencial por el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), en donde quedó cuarta en primera vuelta.
Entre demandas históricas; la lucha contra el racismo estructural; una corrupción sistémica y las consecuencias de un año y medio de pandemia, llevaron a los pueblos de Guatemala nuevamente a las calles.
¿Qué hay más allá del pedido de renuncia del presidente Alejandro Giammattei?
La organización y el llamado a una Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional ponen en el centro el debate urgente hacia un estado Plurinacional y una democracia de y para los pueblos.
—¿Cómo se lee el actual contexto y cuál es el lugar que ocupan las comunidades y los pueblos indígenas en esta coyuntura?
—Guatemala siempre ha estado en crisis, siempre ha sido cooptada por el poder económico. Por eso, los pueblos originarios siempre alzamos nuestras voces y tenemos nuestra propuesta. Creemos que hay un problema estructural, un problema de raíz, donde los impactos son la corrupción. Entonces, como pueblo, nos organizamos para poder construir el poder del pueblo, para poder levantar al pueblo en la defensa de sus derechos.
Como pueblo, hemos sido excluidos, discriminados, explotados, empobrecidos. A raíz de eso, nuestras luchas son diarias en la organización comunitaria. Asambleariamente, tomamos la decisión de autoconvocarnos a este Paro Plurinacional que se dio el 9 de agosto. Pero también para conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas teníamos que pronunciarnos. Nuestras acciones las planificamos en este contexto, no podemos quedarnos en exigir la renuncia del gobierno y la investigación de la fiscal. Nuestra propuesta va más encaminada hacia el proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional, y también exigir un gobierno transitorio para que convoque a este proceso. Esa es la mirada que los pueblos originarios estamos teniendo en Guatemala.
—¿Por qué se está pidiendo la renuncia del presidente Alejandro Giammattei?
—En el 2019, fueron las elecciones en Guatemala. Como lo evidenciamos en su momento, es un gobierno fruto del fraude. Es un gobierno de los criollos. Es un Estado fallido, donde no se atienden las demandas de la población. Por esta razón es que los pueblos, y no solo CODECA, porque también hay otros movimientos que se sumaron al paro y que también luchan, solo que como CODECA tenemos claro el camino, que no podemos quedarnos solo en la renuncia. Planteamos un proceso de Asamblea Constituyente, que los pueblos seamos representados a través de un Estado Plurinacional, con autonomía y representación de todos los pueblos que habitamos Guatemala.
—Actualmente, en Chile y Perú, hay un proceso constituyente plurinacional. ¿Cómo podemos leer la demanda en Guatemala a partir de este contexto regional?
—La problemática del sistema capitalista neoliberal es a nivel de nuestros pueblos. No desconocemos lo que está pasando en el sur de Latinoamérica, algo que también se está dando en Guatemala. Por eso, los pueblos nos levantamos frente a un sistema que nos oprime y que nos excluye, nos explota, asesina y encarcela. Entonces, el contexto a nivel internacional, la demanda de los pueblos originarios que plantean sus demandas, construyen sus propios procesos y direccionan sus propios caminos para liberarnos de este monstruo que tanto daño nos hace como pueblo.
—¿Qué significa para usted haberse presentado como candidata presidencial?
—Es un ejemplo de lo que pasa en los pueblos del Abya Yala, de que tenemos que asumir ese reto. No es que sea nuestro gusto estar en esos espacios, pero si los pueblos no levantamos la cabeza, si no vamos a mantenernos en la opresión, en la humillación. Cuando participamos, tenemos que despertar de nuestra realidad, asumir esos retos, porque los pueblos nos están delegando en esa trinchera de lucha. Felicito a la hermana que ahora está ante el pueblo como una representación (por Francia Márquez). Animo a las demás defensoras y defensores: hay un enemigo, que es el sistema capitalista que nos oprime.
Somos los pueblos quienes estamos sufriendo esa esclavitud, hombres, mujeres, la juventud, que es nuestra fuerza combativa. Ese reto, esa representación en las elecciones pasadas, demuestra que son los pueblos los que van a decidir qué camino seguir. Pero mi tarea es seguir empujando ese proceso como defensora de los derechos humanos, de la Madre Tierra, de la tierra, del agua, del territorio, de la vida. Es nuestra responsabilidad defenderla cuando estamos en los diferentes espacios y por eso asumimos ese reto. Los pueblos tenemos que romper esos cercos mediáticos que nos ha puesto el patrón y por eso tenemos que asumir.
—Durante la elección de 2019, la juventud se sumó a hacer campaña. Hoy, ¿cómo ve la organización y el estado de ese proyecto político para el que participó?
—Para los pueblos en Guatemaya, fue una gran experiencia. No es un partido más, es un Instrumento Político que nace desde los pueblos, a raíz de la exclusión que enfrentamos. Asumimos construir para plantear nuestra agenda, un proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional y Popular, que desglosamos en 14 ejes temáticos y que ahora, en el caminar, ha sumado más propuestas desde el sentir de la resistencia de nuestros pueblos y llegamos a alcanzar ya 20 temas en este contexto en que planteamos que hay un Estado país corrompido. No queremos parches, tenemos que construir nuestra propia casa entre todas, para todas y con todas. Planteamos, dentro del corazón de estos ejes temáticos, cuestiones como bienes comunes; principios éticos; derechos colectivos de los pueblos; sistema de seguridad y de justicia; comunicación; y tierra, agua y territorio.
En la Constitución Política de Guatemala, los pueblos no existimos; solo en algunos artículos, pero eso no es la participación originaria. También, en este sistema de los criollos, el funcionario está saqueando el dinero del pueblo, dice que es un salario, pero es un robo, una estafa a la población. Por eso, planteamos la rebaja del salario: no más de cinco salarios mínimos, según lo que establece el Código del Trabajo. También planteamos lo que es la revocatoria de mandato para que un funcionario pueda demostrar su lealtad, su capacidad de conciencia; renunciar a esos privilegios, quitar ese escudo que tienen los que ahora están robando con la corbata puesta y no van a la cárcel, aunque estén denunciados por corrupción; al contrario, a quienes encarcelan es a los defensores y defensoras de la Madre Tierra. Dentro del sistema político, hay mucho que profundizar.
En Guatemala, hay una revuelta. Los asesinatos de defensores y defensoras han quedado en la impunidad; el sistema de justicia está cooptado, está corrompido; entonces, dentro de nuestra propuesta, está que los jueces sean electos por voto popular, porque esa es la razón de que estemos en una convulsión social. Como movimiento, tenemos en claro que no podemos quedarnos en la renuncia (de Giammattei), sino que queremos plantear un proceso de Asamblea Constituyente para escribir un nuevo contrato social, donde los pueblos originarios existamos. Por eso, hicimos un Paro Plurinacional en 52 puntos del país; esa es la fuerza de los pueblos cuando nos autoconvocamos ante este sistema.
—¿Cuál es la situación de las defensoras y los defensores de los territorios?
—En mi caso, la persecución se manifiesta a partir de la estigmatización de las luchas, de la criminalización. Por ejemplo, los medios corporativos de la oligarquía venden mentiras a la población, tildándonos como terroristas, como criminales. Aparte, hay también defensores y defensoras que han sido encarcelados sin pruebas y por eso han salido; también hay otros que han sido ligados bajo procesos, negando sus derechos, y otros que están en las cárceles. Pero también hay defensores que están siendo citados en los tribunales, en la defensa y recuperación de los bienes y servicios que han sido privatizados; como la energía eléctrica que las empresas transnacionales están saqueando en nuestro territorio.
También puedo hablar de los 21 asesinatos, solo en 2018, que sufrió CODECA; por ejemplo, el de Luis Marroquín, que ha quedado en la impunidad, o el de Dominga Ramos (2020). Hay una gran persecución como defensores y defensoras, y también hacia mi persona. Tenemos claro nuestras luchas, que somos perseguidos porque estamos tocando intereses del poder económico. Como pueblos, exigimos y estamos del lado de la justicia, y no nos rendimos. Aquí el gobierno y sus instituciones mandan a la policía a incitar la violencia en las comunidades en resistencia y recuperación, y allí violentan los derechos de los niños y las niñas, de las mujeres. Esa violencia ha violado los derechos de salud en los hospitales, dejando a comunidades enteras en la oscuridad durante muchos años, meses y días.
—Desde CODECA y desde el MLP: ¿cuál es el camino a seguir?
—Seguir organizando y formando al pueblo en Guatemala, que como pueblo sigamos despertando al pueblo y comunicar de forma intercultural, crear nuestras propias cuentas en redes sociales, estar en los medios alternativos de los pueblos; nos queda formación, organización, movilización y plantear la propuesta de Asamblea Constituyente. Escribir una nueva Constitución Política de Guatemala con los pueblos originarios: esa sería la medicina para este mal; la articulación que se puede hacer desde la lucha y las resistencias, y no desde la que plantea el patrón. Nuestra propuesta es un cambio estructural para la construcción del Estado Plurinacional en Guatemala.
Fuente: Marcha