A comienzos de agosto se produjeron más de cien incendios forestales en la Cabilia argelina, con un saldo de 90 muertos, de los que 33 eran militares. En Túnez fueron también más de 150 los incendios declarados a 11 de agosto en medio de una ola de calor en toda la región del Mediterráneo.
Por el contrario, el gobierno argelino siempre dijo que los incendios eran intencionados y que los causantes pertenecían a MAK y a Rachad, dos movimientos independentistas de la Cabilia, sostenidos por Marruecos e Israel.
Los argelinos califican a ambas organizaciones como “terroristas” y, además de provocar los incendios, les acusan de participar en el linchamiento de Djamel Bensmail, a quien una turba de gente señaló falsamente de haber ocasionado los incendios forestales que azotaron la localidad de Larbaa Nath Irathen, en la provincia argelina de Tizi Ouzou.
El 18 de agosto el gobierno de Argel anunció: “El Consejo Superior de Seguridad decidió, además de la atención a los heridos, intensificar los esfuerzos de los servicios de seguridad para detener al resto de los individuos implicados en los dos crímenes, así como a todos los miembros de los dos movimientos terroristas que amenazan la seguridad pública y la unidad nacional, hasta su total erradicación, incluido el MAK, que recibe apoyo y ayuda de partes extranjeras, encabezadas por Marruecos y la entidad sionista”.
El ministro del Interior, Kamel Beldjoud, dijo que “es imposible que se produzcan cincuenta incendios al mismo tiempo. Estos incendios son de origen criminal”.
El conservador forestal local, Youcef Ould Mohamed, confirmó: «La aparición simultánea de una treintena de incendios, entre ellos diez de gran envergadura, en diferentes municipios de la wilaya […] no puede tener un origen natural […] Es imposible que el origen de estos incendios sea natural, son incendios provocados”.
Nueva pista señala a una posible participación de drones isralíes
Durante las investigaciones preliminares se han acumulado pruebas y los servicios de seguridad argelinos han efectuado detenciones. Además, en los últimos días se ha abierto una nueva pista: los restos de un dron de origen israelí descubierto recientemente en Túnez en un bosque devastado por uno de los incendios.
Desde hace varios años Israel desarrolla la tecnología de un tipo específico de dron octocóptero, con ocho palas separadas, capaz de llevar y manejar un arma de fuego, un lanzallamas o un lanzagranadas. Se llama Tikad-17 y fue diseñado en 2017 por la empresa estadounidense. El ejército israelí ha llevado a cabo transformaciones tecnológicas en el aparato, equipándolo con una cámara frontal.
Los israelíes han experimentado con estos drones en el sur del Líbano y en la franja de Gaza, pero también en la actual guerra en Siria. Marruecos también ha recurrido a los drones israelíes contra los saharahuis. El jefe de la gendarmería saharaui, Dah Bendir, fue asesinado con la ayuda de un dron Harfang, una versión de Airbus Defense and Space del dron israelí Heron.
Los testigos de los incendios de Tizi Ouzou y Bejaia afirmaron haber visto cómo se iniciaban espectaculares incendios por la noche, “de la nada”, como si un láser hubiera impactado en la maleza o en los bosques. “Fue como si alguien hubiera disparado llamas rápidas a un objetivo”, dijo un periodista que vive cerca de uno de los focos.
Fuentes: Swissinfo /MPR21 /Infobae.
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