Opinión. Guerra en Afganistán y la Decadencia Hegemónica de Estados

Opi­nión. Gue­rra en Afga­nis­tán y la Deca­den­cia Hege­mó­ni­ca de Esta­dos Unidos

Por Fer­nan­do Rive­ro, Resu­men Medio Orien­te, 20 de agos­to de 2021-.

1. *Inva­sión a Afga­nis­tán*. La Doc­tri­na de la Gue­rra con­tra el Terro­ris­mo, acu­ña­da por la admi­nis­tra­ción de Geor­ge W. Bush, sir­vió como fun­da­men­to para el geno­ci­dio come­ti­do con­tra el pue­blo afgano. El derro­ca­mien­to de los tali­ba­nes no con­du­jo a mejo­rar la situa­ción afga­na como pre­go­nan en occi­den­te. Tími­das refor­mas no pue­den escon­der los bom­bar­deos indis­cri­mi­na­dos, ase­si­na­tos per­pe­tra­dos por las fuer­zas mili­ta­res inva­so­ras con­tra la pobla­ción civil, cen­tros de tor­tu­ras dise­mi­na­dos por el mun­do al mar­gen del dere­cho inter­na­cio­nal públi­co, vio­la­ción sis­te­má­ti­ca de dere­chos huma­nos, mayor pobre­za, el inten­to de ani­qui­lar múl­ti­ples cul­tu­ras y el neo­co­lo­nia­lis­mo. Este fue el resul­ta­do de la cam­pa­ña mili­tar de 20 años ini­cia­da por Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos. *Afga­nis­tán se con­vir­tió en el esce­na­rio de una nue­va masa­cre del impe­ria­lis­mo*.

2. *La Gue­rra con­tra el Terro­ris­mo*. El ata­que del 11 de sep­tiem­bre de 2001, fue uti­li­za­do como pre­tex­to por las éli­tes de EE.UU. para impo­ner su plan geo­es­tra­té­gi­co. Un diver­so coro de com­pli­ci­da­des se sumó para «legi­ti­mar» agre­sio­nes geno­ci­das con­tra la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos. *Des­de enton­ces cobró fuer­za una agre­si­va estra­te­gia que mar­có la Doc­tri­na Mili­tar de EE.UU., su polí­ti­ca exte­rior y el desem­pe­ño de la OTAN.*

3. *Encla­ve en Asia Cen­tral.* Des­de la déca­da de los 80′ el Pen­tá­gono con­ci­bió a Afga­nis­tán como un encla­ve que sir­vie­ra de pivo­te para pro­yec­tar el poder polí­ti­co-mili­tar con­tra algu­nos enemi­gos de EE.UU. Los ser­vi­cios secre­tos esta­dou­ni­den­ses finan­cia­ron, arma­ron y apo­ya­ron polí­ti­ca­men­te los gru­pos islá­mi­cos. La URSS, Chi­na e Irán sufrían una ame­na­za en sus fron­te­ras gra­cias a una pla­nea­ción geo­po­lí­ti­ca pen­sa­da para impo­ner la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se. *La inva­sión a Afga­nis­tán de 2001 acen­tuó esas ame­na­zas de la OTAN*.

4. *Depen­den­cia estra­té­gi­ca de los hidro­car­bu­ros*. Des­de el siglo XX Euro­pa, sedien­ta de ener­gía fósil pero sin una pro­duc­ción capaz de satis­fa­cer su deman­da, se aden­tró en la depen­den­cia estra­té­gi­ca de los hidro­car­bu­ros. El con­trol del sumi­nis­tro de hidro­car­bu­ros hacia Euro­pa, sig­ni­fi­ca no sólo el mono­po­lio de un mer­ca­do impor­tan­te, es al mis­mo tiem­po una pode­ro­sa herra­mien­ta geo­po­lí­ti­ca. El Mar Cas­pio con sus enor­mes yaci­mien­tos de petró­leo y gas entra en la ecua­ción que expli­ca la impor­tan­cia de Afga­nis­tán para el trán­si­to ener­gé­ti­co. *Una com­pli­ca­da tela­ra­ña de gaso­duc­tos, con­flic­tos mili­ta­res, ten­sio­nes geo­po­lí­ti­cas sur­can Asia y por con­si­guien­te, sir­ven de telón de fon­do a la gue­rra en Afga­nis­tán.*

5. *La Heroi­ca Resis­ten­cia*. Los afga­nos han pelea­do con valen­tía irre­duc­ti­ble ante diver­sos impe­rios a lo lar­go de su his­to­ria. La coa­li­ción lide­ra­da por EE.UU. tam­bién enfren­tó una enco­na­da resis­ten­cia. Ni la supre­ma­cía aérea ni la tec­no­lo­gía per­mi­tió a occi­den­te un con­trol real del terri­to­rio afgano. Los afga­nos reple­ga­dos en las mon­ta­ñas del Hin­du­kus, apro­ve­chan­do los lazos his­tó­ri­cos con Pakis­tán des­di­bu­ja­ron las fron­te­ras, for­ta­le­cie­ron sus líneas logís­ti­cas a par­tir del trá­fi­co de opio, cul­ti­va­ron apo­yos gra­cias a sóli­das alian­zas inter­na­cio­na­les y se afe­rra­ron a su tra­di­ción com­ba­ti­va en la resis­ten­cia fren­te a EE.UU. La lucha her­ma­na­da con­tra el inva­sor extran­je­ro gene­ró estre­chos víncu­los entre los tali­ba­nes con el res­to del pue­blo afgano, le otor­gó legi­ti­mi­dad polí­ti­ca y ascen­den­cia mili­tar a los tali­ba­nes. Esto debe enten­der­se en el con­tex­to de un pue­blo carac­te­ri­za­do por sus tra­di­cio­nes gue­rre­ras. *Apo­yar acrí­ti­ca­men­te a los tali­ba­nes o cri­mi­na­li­zar­los des­de el enfo­que de los mass medias occi­den­ta­les redun­da en un fana­tis­mo como el que carac­te­ri­za a cual­quier fun­da­men­ta­lis­ta. Reco­no­cer el lide­raz­go de los tali­ba­nes, valo­ran­do los aspec­tos étni­cos, cul­tu­ra­les y reli­gio­sos com­par­ti­dos con un sec­tor impor­tan­te del pue­blo afgano, redun­da en una mejor com­pren­sión de los acon­te­ci­mien­tos*.

6. *Quién ganó la Gue­rra?*. Carl Von Clau­se­witz des­de su filo­so­fía de la gue­rra teo­ri­zó sobre la rela­ción indi­so­lu­ble entre la gue­rra y la polí­ti­ca así como la pre­emi­nen­cia de la segun­da sobre la pri­me­ra. La gue­rra impues­ta a Afga­nis­tán fue cada día más cues­tio­na­da en Euro­pa, repu­dia­da en muchos paí­ses de Asia, sata­ni­za­da por el mun­do musul­mán y con­de­na­da en muchos paí­ses del mun­do. El gobierno títe­re afgano carac­te­ri­za­do por la corrup­ción y la ile­gi­ti­mi­dad deri­va­da de su apo­yo a los inva­so­res, nau­fra­gó en la impo­pu­la­ri­dad. Por su par­te, los tali­ba­nes se for­ta­le­cie­ron año tras año al tiem­po que la resis­ten­cia afga­na gana­ba nue­vos terri­to­rios en las 34 pro­vin­cias del país. Inclu­so, sir­vie­ron de muro de con­ten­ción fren­te al ISIS (de orien­ta­ción waha­bis­tas de la Escue­la Han­ba­lí) al enfren­tar­los mili­tar­men­te en Afga­nis­tán. Adi­cio­nal­men­te, la eco­no­mía esta­dou­ni­den­se acu­sa sen­si­bles pro­ble­mas, cues­tión que se agra­va con una gue­rra cos­to­sa, dila­ta­da en el tiem­po y en el mar­co de la com­pe­ten­cia con una Chi­na emer­gen­te que dispu­ta la supre­ma­cía eco­nó­mi­ca. Ese esbo­zo polí­ti­co bas­ta para evi­den­ciar el calle­jón sin sali­da de la inva­sión esta­dou­ni­den­se. *La reti­ra­da de EE.UU. en Afga­nis­tán deno­ta una en lo inme­dia­to una derro­ta para su polí­ti­ca exte­rior. Es indu­da­ble que los tali­ba­nes desa­rro­lla­ron una gue­rra irre­gu­lar pro­lon­ga­da, han con­quis­ta­do el apo­yo de una par­te de la pobla­ción y han gana­do la gue­rra*.

7. *Los Tali­ba­nes*. Orga­ni­za­ción polí­ti­co-mili­tar de orien­ta­ción reli­gio­sa suni­ta de la escue­la hana­fis­ta, ha flo­re­ci­do en una socie­dad afga­na tam­bién de mayo­ría musul­mán de ten­den­cia suni­ta, la cual está impreg­na­da de una diver­si­dad étni­co-cul­tu­ral radi­cal­men­te dis­tin­ta a la impe­ran­te en occi­den­te. Su orga­ni­za­ción social está mar­ca­da por la con­for­ma­ción de tri­bus, etnias y lide­raz­gos diver­sos con ascen­den­cia en dis­tin­tas loca­li­da­des de Afga­nis­tán. En efec­to, duran­te la gue­rra esto fue deter­mi­nan­te para expli­car el por qué la Fuer­za Inter­na­cio­nal de la Segu­ri­dad (ISAF) no pudo ejer­cer el con­trol terri­to­rial más allá de las gran­des ciu­da­des. Los crí­me­nes come­ti­dos por los tali­ba­nes, espe­cial­men­te los per­pe­tra­dos con­tra las muje­res, han sido amplia­men­te difun­di­dos por los medios de comu­ni­ca­ción y las redes socia­les. La opi­nión públi­ca mun­dial pre­sio­na a los tali­ba­nes y obli­ga a una nego­cia­ción que será apro­ve­cha­da por las prin­ci­pa­les poten­cias en fun­ción de sus pro­pios intere­ses. *La Ruta de la Seda de Chi­na, Irán a la cabe­za del Eje de la Resis­ten­cia de Asia occi­den­tal, la apues­ta geo­po­lí­ti­ca rusa, el rena­ci­mien­to del pode­río oto­mano impul­sa­da por Erdo­gan, Ara­bia Sau­di­ta en su con­tu­ber­nio con el sio­nis­mo israe­lí, Pakis­tán con su arse­nal nuclear en ten­sión per­ma­nen­te con India y los gran­des intere­ses geo-estra­té­gi­cos occi­den­ta­les, con­di­cio­nan el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos*.

8. *Afga­nis­tán en una tor­men­ta geo­po­lí­ti­ca*. Des­de 2018 la Estra­te­gia de Segu­ri­dad Nacio­nal, la Estra­te­gia de Defen­sa Nacio­nal y la Guía Estra­té­gi­ca Pro­vi­sio­nal de Segu­ri­dad Nacio­nal de 2021 de EE.UU., defi­nen a Chi­na, Rusia, Irán y sus alia­dos como el mayor reto para la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se. Des­de la gue­rra san­ta aus­pi­cia­da por occi­den­te con­tra la URSS, los ser­vi­cios secre­tos de EE.UU. han per­mea­do a los muyahi­di­nes afga­nos. Las decla­ra­cio­nes ofi­cia­les de la Unión Euro­pea y EE.UU. apun­tan a un reco­no­ci­mien­to tem­prano de los tali­ba­nes. Una even­tual alian­za de los tali­ba­nes con occi­den­te no está des­car­ta­da. *Ya pre­sen­cia­mos una dispu­ta polí­ti­co-diplo­má­ti­ca entre las poten­cias regio­na­les y mun­dia­les para inci­dir en el nue­vo gobierno afgano. Los resul­ta­dos están por ver­se*.

9. *Una Refle­xión Final*. Los medios de comu­ni­ca­ción al ser­vi­cio de la Casa Blan­ca tra­ta­rán de negar su derro­ta y evi­tar que en el ima­gi­na­rio colec­ti­vo se afian­ce la idea del oca­so de la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se. El mun­do está cam­bian­do. Esta­mos a las puer­tas de una nue­va reali­dad inter­na­cio­nal que pro­ba­ble­men­te ter­mi­ne de flo­re­cer en los pró­xi­mos años. Un nue­vo mapa estra­té­gi­co se vis­lum­bra para los que sue­ñan con nue­vos mode­los de con­vi­ven­cia huma­na. Por aho­ra, lo irre­ba­ti­ble es que se des­mo­ro­na un mito, el impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se no es invencible.

Por Fer­nan­do Rivero

(MSc. Filo­so­fía de la Gue­rra)
@friveroosuna

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