Por Agustín Velloso*
Desde hace algunos años, pero de forma más aguda últimamente, Nicaragua se ha convertido en el nuevo objetivo para ser derribado en el “pimpampum” que un conjunto de países occidentales ‑léase imperialistas- juegan con Cuba, Venezuela y Bolivia en el continente americano.
Desde Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, España y otros países se vierten a menudo, parece que de forma coordinada, advertencias, reproches y acusaciones falsas e infundadas contra el gobierno sandinista. En junio de 2021 Estados Unidos, tras calificar al gobierno sandinista de “dictadura”, impuso sanciones a familiares del presidente Ortega y a altos funcionarios, porque apoyan “un régimen que ha socavado la democracia, ha abusado de los derechos humanos, ha promulgado leyes represivas con graves consecuencias económicas y ha tratado de silenciar a los medios de comunicación independientes” (El País, 9 de junio de 2021).
El Consejo de la Unión Europea (UE), por su parte hizo lo mismo en agosto, pero con más salero: “como responsables de graves violaciones de los derechos humanos o de acciones que socavan la democracia y el Estado de Derecho en Nicaragua.” (Consejo Europeo, Comunicado de prensa del 2 de agosto de 2021)
Lamentablemente se suman al coro hasta países latinoamericanos hermanos como México, Colombia y Costa Rica.
También hay que añadir por otro lado el papel que están representando grupos de derechos humanos. Quizás sólo es una casualidad que Amnistía Internacional (AI) copia a la UE (o viceversa) en su noticia del 2 de agosto de 2021 titulada “Nicaragua: Candidatura de Daniel Ortega es un recordatorio de la impunidad que prevalece en el país”:
“La permanencia de Daniel Ortega como presidente de Nicaragua perpetuaría la impunidad por las graves violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional cometidos bajo su mando”.
Resulta raro, hasta para un lego en derecho internacional, que una organización que tiene doctores en la materia afirme en serio (también si fuera humor negro) que un presidente elegido de forma democrática pueda ser acusado hoy de crímenes de derecho internacional sin haberlos cometido y solamente porque AI piensa que se podría perpetuar. Tres preguntas son inevitables:
1: ¿Qué es un crimen internacional? Son los delitos contra el derecho de gentes, genocidio, delitos de lesa humanidad, delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado y piratería.
2: ¿Qué significa que Ortega se perpetuaría? Pues que los nicaragüenses le habrían vuelto a votar en el uso de su derecho, el cual AI no puede limitar. (DRAE: Hacer perpetuo o perdurable algo)
3: Todo el mundo sabe a qué juegan la UE y Estados Unidos ¿pero a qué está jugando AI? No es la primera vez, también quiso limitar el derecho de los palestinos a defenderse de las gravísimas violaciones de la ley internacional (esta vez verdaderas) por parte de Israel contra aquellos.
En realidad esas afirmaciones no son raras, sino asquerosas, espurias y con el objetivo de atacar o allanar el camino para un ataque contra Nicaragua.
De tanto usar los manuales elaborados por la CIA para arremeter contra países molestos porque no bailan la música que toca el imperio, nada de lo que denuncian esos delincuentes disfrazados de jueces resultan creíble.
El abúlico que los redacta ni se da cuenta de que se está refiriendo inequívocamente a su propio país, Estados Unidos: “un régimen que ha socavado la democracia, ha abusado de los derechos humanos, ha promulgado leyes represivas con graves consecuencias económicas y ha tratado de silenciar a los medios de comunicación independientes”.
Se puede añadir mucho más sobre la maldad de Estados Unidos, pero ahora basta con recordar que es el Estado paria por excelencia; no solamente por el número y lo horroroso de sus crímenes, sino por su necedad sin límites, pues siendo incapaz de ganar una guerra contra un enemigo, siempre muy inferior, lo intenta una y otra vez de oriente a occidente y de norte a sur sin conseguir otra cosa que muerte, destrucción y odio. ¿Quién puede creer que un agresor tan inútil y cobarde se atreva con China o Rusia?
Estados Unidos y sus compinches hoy olvidan a propósito unos pocos detalles en su nueva campaña contra Nicaragua:
1: “Sandino inició una guerra de guerrillas en las montañas que le permitió terminar en pie y vivir para ver a 5.000 marines salir de Nicaragua en enero de 1933, luego de seis años de lucha. Esta cantidad fue la mayor concentración de tropas estadounidenses fuera de su territorio antes de la Segunda Guerra Mundial.” http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Ocotal
2: “En noviembre de 1981, la administración Ronald Reagan inició su guerra contra el sandinismo y autorizó a la CIA 9.5 millones de dólares para crear una fuerza paramilitar contrarrevolucionaria ‑los Contrarrevolucionarios, abreviados como la Contra- compuesta básicamente de antiguos miembros de la Guardia Nacional de la derrocada dictadura de Anastasio Somoza Debayle.” www.ecured.cu/Contra_(Nicaragua)
3: “El caso Nicaragua contra Estados Unidos fue un caso llevado ante la Corte Internacional de Justicia por el Gobierno nicaragüense, que acusó a los Estados Unidos de violar el derecho internacional al apoyar a la oposición armada ‑los contras en su guerra- contra dicho Gobierno y por minar los puertos del país.
El 27 de junio de 1986, la Corte, en uno de los 16 argumentos del fallo sobre el minado de un puerto en Nicaragua, sentenció: “Los Estados Unidos, al entrenar, armar, equipar, financiar y abastecer a las fuerzas de la contra o de otra manera alentar, apoyar y ayudar en la ejecución de actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua, ha actuado, contra la República de Nicaragua, en violación de su obligación según el derecho internacional consuetudinario de no intervenir en los asuntos de otro Estado.” http://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Nicaragua_contra_Estados_Unidos#La_sentencia
Los Estados Unidos se negaron a respetar la decisión de la Corte, argumentando que esta no tenía jurisdicción sobre el caso. Después de la decisión de la Corte, el Gobierno de los Estados Unidos retiró su declaración de que aceptaría la jurisdicción de la Corte.”
Con este historial de Estados Unidos (solamente en Nicaragua, pues la lista de los países que ha arrasado ha dejado millones de víctimas) ¿los países occidentales, en lugar de obligar al delincuente contumaz a cumplir con la sentencia e indemnizar a Nicaragua, aún tienen la desvergüenza de ayudarle a atacar a Nicaragua en 2021? Malditos lobos con piel de cordero siempre sedientos de sangre.
¿A qué esperan las organizaciones de derechos humanos y los grupos políticos de izquierdas para criticar a esos países y conminarles a que no apoyen a Estados Unidos en un nuevo crimen? ¿Con qué legalidad y legitimidad van causar daño a los nicaragüenses mediante bloqueo, desestabilización nacional, violencia a manos de los que levantaron los tranques, detuvieron a transeúntes, periodistas, policías, particulares sandinistas y asesinaron a cientos de personas además de quemar vivas a algunas?
Bonita izquierda la que no ha visto los videos de los quemados ni leído los testimonios de muchas otras víctimas de palizas, robos, secuestros, maltrato y balazos, pero ha confiado en las mentiras divulgadas por medios afines al imperio y financiados generosamente por éste.
Sepulcros blanqueados, cómplices de los asesinatos, máximos responsables del martirio de Haití, Cuba, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Guatemala, Panamá, Chile… también Vietnam, Corea, Palestina, Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Yemen, Somalia, República Democrática del Congo, el resto del mundo.
¿Quién puede creer una sola palabra de los países imperialistas, sus organizaciones como la UE, la OTAN, el Banco Mundial… sus miembros, sus representantes, sus medios de comunicación, sus leyes, sus promesas?
¿Qué enfermedad moral afecta a los ciudadanos del imperio que son incapaces de dolerse de la muerte, la tortura y demás sufrimientos de las víctimas que sus gobiernos causan en su nombre y con sus impuestos? ¿Para qué son realmente su democracia, sus leyes, su cooperación al desarrollo y su poder? Nada más que para asesinar, explotar, esclavizar y destruir.
¿Por qué no se ocupan de pedir cuentas a sus propios gobernantes que, además de que los explotan también se ríen de ellos en su cara, en vez de aceptar sin pensar en las consecuencias de que sus agentes, espías y soldados vayan a joder a los gobiernos de otros países so capa de hacer el bien a personas que no conocen, no entienden, no les han pedido ayuda y no necesitan su condescendiente e imaginaria superioridad democrática y ética?
Siempre se repite el mismo torpe guión y sin embargo el ciudadano del primer mundo se muestra una y otra vez incapaz de sospechar dónde está el truco. Pasó en Yugoslavia, Iraq, Libia, particularmente en Palestina, pero también en muchos otros países. Es como en las películas de Hollywood de indios y gringos, en las que los malos siempre son los indios.
Más recientemente el presidente de la ‘madre patria’ y líder del nuevo socialismo imperialista, Pedro Sánchez, presentó en público meridianamente cómo intenta ‑aunque sea en sus ensueños nada más- conducir la política exterior de España:
“el Gobierno de España da ocho días a Nicolás Maduro para convocar elecciones libres, transparentes y democráticas. Y si no ocurre, reitero, si no ocurre esto, España reconocerá a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela para convocar dichas elecciones.”
Es difícil analizar esta frase y el resto de la comparecencia en La Moncloa (Madrid) del sábado 26 de enero de 2019 sin reírse, pues produce risa, realmente mucha. El presidente Maduro se levanta cada mañana de buen humor desde entonces. También produce mucha tristeza, semejante metedura de pata es aún más mortificante que la famosa del hoy rey emérito con Hugo Chávez, la indignidad es inolvidable.
El contenido del mensaje de siete minutos es inefable y la forma de exponerlo un juego malabar:
“a iniciativa mía pudimos intercambiar puntos de vista sobre la situación en Venezuela por los presidentes de Costa Rica, de Colombia, y de Ecuador.
En segundo lugar mantuve una conversación telefónica con Juan Guaidó, con el fin de trasladarle mi aliento, mi apoyo y, también, de conocer cuáles son los planes inmediatos de Juan Guaidó. También le trasladé mi mensaje de solidaridad y del conjunto del pueblo español.
en tercer lugar he trabajado activamente en la Unión Europea para alcanzar una posición común en busca del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela.
España siempre estará con Venezuela, España siempre estará con la comunidad iberoamericana.”
No desmerece en nada a la derecha imperialista, aunque ésta es más extrovertida y descarada en sus apariciones:
El tributo pagado por el vasallo (de izquierda y derecha) a su señor es infinito, no hay límite a la sucesión de bajadas de pantalones del gobierno ni a la capacidad de las tragaderas de los gobernados ante el imperio yanqui. Todo a cambio de cuentas de cristal de colores; la historia, efectivamente, se repite como farsa.
En lo que refiere a Nicaragua, España se ha unido al coro de los imperialistas y colonialistas, considerando que tienen “derecho” no sólo a intervenir en los asuntos internos del país centroamericano, sino que ha pretendido dar lecciones, sin tener ninguna autoridad moral, ni política para ello. En definitiva, la política exterior de España se ha plegado una vez más a los dictados estadounidenses. En los medios se ha denunciado la búsqueda bochornosa de una palmadita y un apretón de manos televisado entre los dos presidentes, Biden y Sánchez, para dejar constancia de la buena sintonía del imperio (en decadencia) con España. También es patente la dependencia de España en cuanto a la geopolítica de Estados Unidos, en particular con la presión sobre China y Rusia. Esa sintonía con la política exterior de Estados Unidos es la guía de la política exterior de España.
Hace apenas tres años que el imperio intentó acabar con el gobierno sandinista. Para ello usó sus manuales de intervención subversiva, un puñado de vendepatrias, un grupo de malandros y otro de lumpen-proletarios dentro y fuera del país.
Me refiero al golpe de Estado en abril de 2018 abortado por el gobierno sandinista y la población. Esa intentona fue analizada por expertos extranjeros y locales y fue publicada con la documentación recogida durante los días de los sucesos y posteriormente. Se titula Nicaragua 2018: ¿levantamiento popular o golpe de Estado?
Aparece en Internet en varios formatos en español e inglés y la versión en PDF está en: www.tortillaconsal.com/nicaragua_2018_levantamiento_popular_o_golpe_de_estado.pdf
Desde España resulta curioso y preocupante que la mayor parte de sus autores no sean españoles, tampoco hispanohablantes, sino estadounidenses, irlandeses, canadienses, etc. Cuesta creer que además de la propaganda en contra del gobierno sandinista mediante los medios de comunicación del sistema, también en algunos alternativos de izquierdas, haya quien de pábulo a los golpistas y sus apoyos internacionales.
Una vez más, en 2021 es un estadounidense, Ben Norton, quien desenmascara a los que atacan de nuevo al gobierno sandinista. Lo hace en un extraordinario artículo titulado Cómo USAID, fachada de la CIA, creó el aparato mediático anti-sandinista en Nicaragua, publicado el primero de junio de 2021 en el portal de The Gray Zone, http://thegrayzone.com/2021/06/01/usaid-cia-medios-oposicion-nicaragua/
Se trata de un extenso estudio que aporta testimonios, documentos, fotografías, capturas de pantalla, etc., que no voy a reproducir en su integridad, aunque sí una muestra porque nos concierne directamente y ejemplifica perfectamente lo que hacemos junto con Estados Unidos y otros estados delincuentes contra Nicaragua. No hace falta mucha imaginación para saber a qué se refiere la AECID con “desarrollo integral de jóvenes emprendedores de la comunicación”, lo mismo que hicieron en el golpe de Estado al presidente Evo Morales, como en muchos otros países, acción que siguen haciendo actualmente.
Escribe Norton:
“Los registros disponibles públicamente muestran que USAID ha gastado al menos $10 millones específicamente en medios de comunicación de oposición en Nicaragua desde 2009. De ese dinero, USAID envió más de $7 millones a la Fundación Chamorro entre 2014 y 2021.
Dado que gran parte de la información que USAID divulga sobre su apoyo a la oposición política y los medios de comunicación en Nicaragua está editada, estas cifras probablemente sean estimaciones conservadoras.
Se trata de sumas de dinero exorbitantes en Centroamérica, una de las regiones más pobres del mundo, donde el salario mínimo ronda los 200 dólares mensuales. Este financiamiento externo es la fuerza principal que mantiene a flote a la oposición de derecha de Nicaragua, especialmente dado que las encuestas muestran que tiene un apoyo de un solo dígito entre la población en general.
Los estados miembros de la Unión Europea han entregado millones a la Fundación Chamorro, utilizando al influyente grupo de oposición para financiar los medios de comunicación de derecha. Sólo en 2020, la fundación recibió €831.527 (más de $1 millón de dólares) de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), un brazo del poder blando de Madrid que sigue el modelo de USAID.
La financiación occidental se ha visto reforzada con millones de dólares del National Endowment for Democracy (NED) de Washington, otra fachada de la CIA que existe para impulsar el cambio de régimen en todo el mundo. Entre 2016 y 2019, la NED proporcionó al menos $4,4 millones a grupos de oposición nicaragüenses, incluidas organizaciones de medios, según registros públicos, aunque es probable que esto también sea una subestimación.
La prominente red de oposición sensacionalista 100% Noticias, por ejemplo, que es financiada por USAID a través de la Fundación Chamorro, transmitió regularmente llamados a los nicaragüenses a derrocar a su gobierno durante el violento intento de golpe de 2018.
El director y fundador de esa estación financiada por Estados Unidos, Miguel Mora, declaró en una entrevista con el editor de Grayzone, Max Blumenthal, que quería que el ejército estadounidense invadiera Nicaragua, sacara violentamente del poder al partido electo Frente Sandinista y capturara al presidente Daniel Ortega. Citó como modelo la invasión de Panamá por Washington en 1989.
Lo que miro en los EEUU es haciendo una operación tipo Noriega, en Panamá, le dijo Mora a Blumenthal en una entrevista en Managua, días después de que el golpe de estado fracasara en julio de 2018.
Va, agarra a esa familia [Ortega-Murillo], se la lleva, y no se mete el ejército. En dos días, 24 horas, esto está solucionado, si fuera esa intervención norteamericana, dijo el director de 100% Noticias, financiado por Estados Unidos.
Entonces yo, lo que veo, en vez de que los EEUU de armas, como lo de la Contra, que venga y haya una operación tipo Noriega, agregó Mora.
Serias preguntas sobre la Fundación Chamorro siguen sin respuesta. En febrero, la organización anunció que había suspendido voluntariamente sus operaciones en Nicaragua como una forma de protesta contra una ley aprobada en octubre de 2020 por la Asamblea Nacional, que fue elegida democráticamente, que requiere que las ONG financiadas por gobiernos extranjeros se registren como agentes extranjeros.
En 2020, Washington le dio a la Fundación Chamorro al menos $1.3 millones, y a partir de este mes de mayo, el gobierno de Estados Unidos envió al grupo al menos $419,000 más para 2021.
No está claro exactamente dónde se ha ido este dinero, y no se sabe qué sucedió con los millones en sus cuentas bancarias cuando cerró la fundación.
La familia Chamorro ha sido durante mucho tiempo uno de los activos más confiables del Tío Sam en la región. Un clan oligárquico descendiente de los colonialistas españoles, la dinastía Chamorro cuenta con siete ex presidentes de Nicaragua, que se remontan al primer jefe de estado de la república en la década de 1850.
Uno de los líderes más importantes de la Contra fue Edgar Chamorro, otro miembro de la misma familia oligárquica. Más tarde se volvió contra los grupos paramilitares asesinos y publicó una reveladora carta al editor en el New York Times en 1986 titulada «El terror es el arma más eficaz de los ‘contras’ de Nicaragua.
Los ‘contras’ eran, y son, un ejército sustituto controlado por el gobierno de Estados Unidos, escribió Edgar Chamorro. Si se terminara el apoyo de Estados Unidos, no solo serían incapaces de realizar ninguna actividad militar contra los sandinistas, sino que también comenzarían a desintegrarse inmediatamente. Renuncié en lugar de continuar como un títere de la Agencia Central de Inteligencia.
Violeta Barrios de Chamorro sólo llegó al poder en 1990 gracias a una campaña presidencial que fue dirigida y financiada por el gobierno de Estados Unidos. Su victoria reflejó el agotamiento de una población debilitada por una década de guerra terrorista patrocinada por Washington, agravada por una crisis económica creada por un bloqueo ilegal de EEUU a su país, así como una amenaza implícita de Estados Unidos de imponer aún más sanciones a la empobrecida nación si ganaba Ortega.”
Esto sigue durante 40 folios, no creo que haga falta repetirlos aquí, si la izquierda no los lee, es su problema y su responsabilidad.
No se puede ser más miserable con un país como Nicaragua que, con toda la razón dice su pueblo, lo único que quiere y por lo cual lucha de todas las formas posibles es vivir y trabajar en Paz.
*Profesor titular (jubilado) de la UNED. Ha publicado varios libros sobre Educación y Política. Miembro de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.