Resumen Latinoamericano, 14 de agosto de 2021.
Con el título condescendiente (y cipayo) de «El rey de España maneja con clase las sandeces de Pedro Castillo», un plumífero escuálido venezolano llamado Alexis Ortiz escribe en esa cloaca de los gusanos anticubanos que es «El Nuevo Herald», una alabanza al monarca español, zángano y corrupto por excelencia como lo fue su padre. La «nota» pretende enlodar el accionar del mandatario peruano Pedro Castillo, demostrando cuánto le duele a la derecha internacional que un maestro y campesino haya llegado al gobierno. Vale la pena leer este texto, como ejemplo de lo que habitualmente «escupen» los medios hegemónicos de todo el mundo sobre gobiernos o movimientos populares.
«El rey de España maneja con clase las sandeces de Pedro Castillo»
por Alexis Ortiz
En una patética muestra de ignorancia y complejo de inferioridad, el presidente del Perú electo con una diferencia electoral irrisoria, Pedro Castillo, en su discurso de toma de posesión arremetió contra su invitado, el rey de España, Felipe VI.
Y lo más humillante es que Castillo sentó a don Felipe a la par del mandamás cocalero de Bolivia, Evo Morales, amén de otros impresentables.
Pero Felipe VI, educado para ser un monarca paciente, tolerante, profesional competente, pluralista y equilibrado (todo lo que no es Castillo), escuchó con calma las sandeces del descolorido nuevo presidente peruano.
Porque en verdad hubo excesos en la conquista española de América. Pero ni más ni menos que en las otras conquistas de todos los tiempos: chinas, egipcias, babilónicas, mongolas, cartaginesas, persas, romanas, árabes, turcas, inglesas, francesas, belgas, holandesas, rusas y desde luego, aztecas, incas y caribes.
Porque lo calamitoso es la conquista en sí, ese empeño de expansión y dominio de hombres y naciones, que inexorablemente conduce a episodios de abuso y criminalidad.
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Pero España a través del idioma y otras ventajas nos conectó con la civilización occidental y cristiana, lo que nos permitió, desde nuestro modélico mestizaje actual, dar un gran salto adelante en nuestro protagonismo civilizatorio.
Por eso los mestizos del nuevo mundo, que no tenemos complejos ni cultivamos resentimientos como el virulento Castillo, que nos consideramos españoles ultramarinos, nos sentimos insultados por el grosero discurso del mestizo vergonzante que ahora manda al Perú.
Mientras Castillo maltrata al rey, invita como asesor de su gobierno a uno de esos españoles indeseables, con alma de conquistador ideológico, Juan Carlos Monedero, especialista en destrucción de instituciones democráticas.
Es urgente que nuestros queridos hermanos peruanos defiendan con vigor su democracia y economía libre, de los disparates neocomunistas de Pedro Castillo.