Resumen Latinoamericano, 31 de julio de 2021.
Primero que nada, disculpen el atrevimiento que me he tomado de escribirles.
Soy la madre Ekim Can, un joven de Turquía que está tras las rejas por haberse rebelado contra este régimen opresor en las protestas de Gezi del año 2013, desde ese momento inició un proceso judicial, sin embargo, como él era menor de edad no pudo ser puesto en presidio hasta que en el año 2016, cuando mi hijo tenía tan solo 19 años, lo capturaron, torturaron y condenaron a un par de décadas de cárcel. Actualmente él se encuentra muy enfermo y puede morir en cualquier momento.
Pido a ustedes que por favor me ayuden a difundir nuestra voz en Argentina y en todos los países de habla hispana donde tengan contacto para lograr su liberación.
Muchas gracias, saludos desde Turquía
El gobierno reaccionario de Turquía puso tras las rejas desde el año 2016 a Ekim Polat solo por el hecho de haber participado en las protestas de Gezi en el 2013.
A partir del mismo momento en el que Ekim fue capturado ha sido objeto de tortura tanto psicológica como física hasta el punto de haberle causado varios infartos al corazón y otras enfermedades graves de varias índoles.
En vista de que la salud del joven corre serio peligro en la cárcel y de que nunca se le ha prestado atención médica, él se ha lanzado a una huelga de hambre que está por llegar a su segundo mes; sin embargo, los opresores de Turquía, han hecho montajes judiciales, amenazan a Ekim y su familia, lo están sometiendo a fuertes torturas, entre otras cosas, para que la lucha por su liberación cese.
Hoy, desde Turquía, pedimos a todos los revolucionarios del mundo que alcemos juntos la voz para que Ekim no sea asesinado por el Estado Turco.
¡Únan su fuerza a la nuestra!
¡Vayamos a cada consulado, a cada embajada de Turquía en el mundo y exijamos su liberación!
¡Libertad para Ekim Polat!
EL CORAZÓN DE MI HIJO PUEDE DEJAR DE LATIR EN CUALQUIER MOMENTO
Soy Songül İlker, una madre, y siempre estoy esperando la noticia de la muerte de mi hijo. No puedo dormir por la noche, no puedo contestar el teléfono, mis ojos se llenan de lágrimas cuando suena el timbre. Mi hijo, Ekim Can Polat, está preso desde el 2016. Quiero hablarles sobre cómo fue detenido, su proceso judicial, su traslado, la tortura física y psicológica sistemática en su contra y su situación actual.
Mi hijo, Ekim Can, era un niño que veía los problemas de las personas como sus propios problemas, siempre estaba preocupado por los problemas de los demás; nunca fue indiferente a lo que sucedía en el país. A la edad de quince años fue detenido durante las protestas del Parque Gezi, estuvo bajo custodia durante tres días y fue expuesto en algunos medios de comunicación como un “terrorista con cara de bebé” para aquel momento. Los mismos que dispararon a Berkin cuando tenía sólo catorce años fueron los mismos que retrataron a mi hijo como un terrorista de quince.
Ekim fue arrestado en 2016 cuando tenía diecinueve años y ha estado preso desde entonces; durante este período ha sido trasladado en repetidas ocasiones, ahora se encuentra en la Prisión Denizli Tipo T, cuarto lugar de su estadía en prisión. Anteriormente había sido llevado a las prisiones de Silivri, Bandırma y Akhisar.
En las audiencias, a lo largo de todo este proceso judicial se han presentado testigos falsos para acusar a Ekim de un acto que no cometió, situación que se ha visto reflejada en la arbitrariedad de los veredictos. La persona que perpetró el crimen fue puesta en libertad el mismo día a pesar de haber sido condenada a 9 años de prisión, en cambio mi hijo fue sentenciado a 24 años luego de que se leyera el veredicto en un juzgado cuya decisión ya había sido previamente determinada.
Entonces, ¿por qué está encarcelado mi hijo?
El camión de una empresa fue prendido en llamas, los testigos presenciales de la escena describieron a la persona que lo quemó como alguien con una estatura aproximada de 1,60 o 1,70 cm y con un peso entre los 65 y los 70 kilos. Además, como resultado del estudio y la investigación de la escena del crimen, pudieron ser recolectadas las huellas dactilares del culpable.
La persona descrita por los testigos y los rastros dejados en el lugar de los hechos es M. Sezen. El día de la audiencia, el padre de M. Sezen y el conductor de la camioneta en llamas hablaron frente a las cámaras de seguridad en el tribunal, hablaron de la siguiente manera y yo los escuché:
El conductor del camión en llamas dijo: “Me costó mucho venir aquí, gasté mucho dinero”
El padre de M. Sezen le respondió: “Pagaré todos sus gastos, daré dinero, pero di durante el juicio que quien quemó el camión fue el chico alto”.
Luego, el tío de M. Sezen se acercó a mí en el pasillo del tribunal y me dijo de manera amenazante: “Mustafá está comprometido y se va a casar, no puede ir a la cárcel… Ekim no tiene a nadie detrás, solo estás tú detrás”. En el tribunal, mi hijo Ekim Can Polat fue condenado a 24 años de prisión mientras que M. Sezen fue liberado esa noche, aunque los testigos lo describieron claramente a él y fueron sus huellas dactilares las que se hallaron en la botella de gasolina.
La noche en que Ekim fue detenido estaba con su padre, un trabajador de la construcción cuyos instrumentos de trabajo (martillos, clavos y guantes) fueron tomados como “objetos de prueba” por la policía que allanó la casa. En los análisis sólo se encontraron las huellas del padre y del policía que tomó dichos objetos, aun así, el tribunal determinó que estas “pruebas” habían sido usadas en un acto terrorista.
Y como si el encarcelamiento de mi hijo durante 5 años por estas ridículas razones no fuera suficiente, es torturado de manera sistemática física y psicológicamente. Seré más específica con esta afirmación.
En todas las cárceles donde ha estado Ekim Can, ha sido desnudado a la fuerza y requisado de manera salvaje. Desde el primer día que estuvo en la Prisión Número 5 de Silivri, se le negó el derecho “a recibir tratamiento médico” y el “uso de medicamentos” frente a diversas enfermedades que padece. La situación ha sido tal que los funcionarios nos engañaron diciendo que lo iban a enviar al hospital, pero en su lugar fue trasladado de prisión.
De Silivri pasó a la prisión tipo T de Bandırma donde fue dejado a su suerte solo en una celda. De allí pasó a la prisión Akshiar donde fue amenazado de muerte, golpeado y torturado físicamente razón por la cual hizo una huelga de hambre que le causó un ataque al corazón. El jefe de guardias Kazım Demirtaş le amenazó con las siguientes palabras: “¡Te mataremos!” “¡Coopera con nosotros!” … Ekim Can se encuentra actualmente en prisión por un incidente con el que no tuvo nada que ver. ¿Cómo podría hacerle él algo parecido a otra persona, es decir, culpar a alguien más? ¿Cómo podría testificar en contra de otra persona inocente?
Debido a que no cumplió los deseos del torturador, empezaron a ejercer presión de muchas formas, tales como: hubo un convicto criminal que atacó antes a Ekim; sacaron a mi hijo a la fuerza de su celda con la excusa de que harían reparaciones y lo pusieron frete a ese convicto de tal manera que se podían ver el uno al otro. Los convictos criminales que fueron testigos de esta situación reaccionan ante lo que se le hizo a Ekim y escriben una petición a la administración y les responden: “¡¿Qué vamos a hacer con ellos?¡ ¡¿En lugar de ahorcarlos los vamos a alimentar?! (Frase conocida del dictador Kenan Evren, quien lideró el golpe de Estado fascista en Turquía de 1980).
¡Escuchen mi voz y unan su voz a la mía para que mi hijo no muera! Todo el mundo se hace se desentiende de la situación, pero hay cientos de presos enfermos como Ekim, por ellos ¡unan su voz a la mía! Ellos están haciendo todo lo posible para que los prisioneros enfermos mueran.
Por todo esto y mucho más, les dije a los guardias: ¡requisar a una persona desnuda es una tortura! Se molestaron por esto y el jefe de guardia llama a Ekim y le dice: “Lo que está diciendo tu madre no es un delito, está en nuestras reglas”. Ante las objeciones del chico, un guardia lo amenazó diciendo: “Te enterraremos aquí, te mataremos”, sin que el jefe intervenga en absoluto.
La situación de mi hijo no es fácil, además del ataque del corazón que tuvo durante la huelga de hambre, está diagnosticado con trastorno del ritmo cardíaco, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, osteoporosis y desequilibrio hormonal pituitario. Aunque la ley determina que los enfermos graves deben ser tratados en instituciones de salud lo antes posible, a Ekim ni siquiera se le administran medicamentos dentro de la cárcel.
La última vez que hablamos, me dijo: “Si vieras las torturas de aquí, te avergonzarías de ser un ser humano”.
Hace meses lidiando con las remisiones hospitalarias, pero incluso cuando es trasladado al hospital también es golpeado. Por ejemplo, en febrero de este año (2021) fue llevado al Hospital Estatal de Denizli, antes la gendarmería acudió al médico y le informó sobre su proceso, por esta razón no se le realizó ningún examen, pero escribieron en el expediente médico algo así como “el proceso de tratamiento ha comenzado”, sin embargo, el proceso nunca comenzó y en su lugar, fue golpeado y devuelto a la cárcel.
Ekim lo único que quiere es recibir tratamiento para sus enfermedades y que la tortura y la violación de los derechos cesen. Le rompieron sus pertenencias, a pesar de que de la tienda no envían lo que él necesita, de manera sospechosa su dinero se acaba. Y aun así, le dicen: “Serás inteligente y harás lo que te decimos… así te sentirás cómodo”.
A partir de hoy (25.06.2021), mi hijo se encuentra en el día número 53 de su huelga de hambre y su corazón puede dejar de latir en cualquier momento.
Songül İlker