“Expropiar a Deutsche Wohnen & co.” es el lema de la campaña que obtuvo el 56,4% de los votos en el referéndum del domingo. Es la última barrera electoral para la puesta en marcha de la propuesta, y se celebró simultáneamente con las elecciones federales y autonómicas, en Berlín. Su implementación ahora solo depende de la disponibilidad del próximo ejecutivo local.
Deutsche Wohnen es un fondo inmobiliario que posee más de 113.000 apartamentos en la ciudad y solo en la última década ha visto duplicarse el valor de los alquileres, convirtiéndose en un gran símbolo de la acción dañina de estos grupos económicos en la capital alemana. Aproximadamente el 85% de la población de Berlín son inquilinos, que sufren directamente el aumento constante de los alquileres.
En entrevista con Euronews, Kalle Kunkel, activista de Die Linke y la campaña de expropiación, considera que el resultado muestra una población que está harta “de que los especuladores sigan teniendo voz en el derecho a la vivienda”. Para celebrar el referéndum, la campaña tuvo que recopilar más de 175.000 declaraciones escritas y validadas.
La medida, aunque no es vinculante, permitiría al Gobierno municipal expropiar a cambio de una compensación económica viviendas a grandes propietarios o empresas inmobiliarias que posean más de 3.000 apartamentos, para posteriormente convertirlos en viviendas públicas asequibles.
Se estima que aproximadamente 226.000 viviendas serían expropiadas si se implementara la ley. Por cada una de estas casas se pagaría una compensación “muy por debajo del precio de mercado”. Todos los propietarios privados con más de tres mil viviendas estarían sujetos a expropiación, lo que, en una ciudad con una gran mayoría de inquilinos, significa que solo se aplicaría a un número muy residual de propietarios.
El Parlamento del Estado de Berlín ha sido dirigido por el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) desde 2001, siempre con el apoyo de los conservadores de la CDU (Unión Demócrata Cristiana). El cambio en la composición de este organismo, a raíz de las elecciones de 2016, obligó al SPD a una unión tripartita con los Verdes y Die Linke (La Izquierda), solución que debería repetirse en los próximos cinco años.
Cada uno de estos tres partidos representa una perspectiva diferente sobre el referéndum: Die Linke participa directamente en la conducción de la campaña; los Verdes son ambiguos sobre su apoyo; y el SPD se opone frontalmente a su aplicación.
Franziska Giffey (SPD), que se espera que asuma el cargo de alcalde de Berlín, ha ido suavizando su oposición a las expropiaciones, anticipando la posibilidad de tener que ceder a algunas de las demandas de los activistas.
Fuentes: Democracy Now /Abril Abril.
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