Resumen Latinoamericano, 9 de septiembre de 2021.
El 9 de septiembre de 1969 cae combatiendo contra una jauría de 150 uniformados ese enorme revolucionario boliviano, referente fundamental del ELN que peleó junto al Che, al que todos conocían como INTI PEREDO. Herido gravemente, un agente de la CIA y otros esbirros lo torturan hasta asesinarlo, pero el INTI (Sol) siguió brillando y desafiando a sus enemigos.
Cincuenta y dos años después, rendimos homenaje a quien junto con sus hermanos Coco y Chato Peredo, entendió que la única realidad para un luchador consecuente es pelear hasta las últimas consecuencias por las y los trabajadores, las y los campesinos, mineros y el conjunto del pueblo pobre. GLORIA Y HONOR Comandante Inti Peredo.
UNA VIDA DE LUCHA AL SERVICIO DEL PUEBLO
Guido Alvaro Peredo Leigue «Inti» nació en Cochabamba, el 30 de abril de 1937. Bajo la influencia de su padre, profesor y director del periódico católico El Imparcial, desde joven muestra interés por los problemas sociales, e integra un pequeño grupo de jóvenes fundadores del Partido Comunista en la zona de El Beni.
Peredo ocupa diversas responsabilidades en la Juventud Comunista y el Partido Comunista en La Paz, llegando a ser Primer Secretario del Comité Regional y miembro del Comité Central.
Desde 1963, Inti, con su hermano Coco, Rodolfo Saldaña y «El Loro» Jorge Vázquez Viaña, prestó una valiosa ayuda en la organización del Ejército Guerrillero del Pueblo, encabezado por el periodista Jorge Ricardo Masetti, que operaría en la provincia de Salta, en el norte de la Argentina. También colaboró con revolucionarios peruanos.
En marzo de 1966 José María Martínez Tamayo, «Ricardo», contacta con Inti para iniciar los preparativos del foco guerrillero. Ya en mayo elabora un informe para el Congreso Regional del Partido, donde plantea la necesidad impostergable de la lucha armada. En esa reunión se dispuso su viaje a Cuba al frente de 20 hombres, para entrenarse militarmente. El 25 de julio parte para la isla en compañía de solo nueve militantes, integrando asiel segundo grupo de bolivianos enviados a Cuba. Sin embargo en octubre reciben la orden del maximo lider del PCB, Mario Monje, de regresar al país, lo que cumplen no obstante estar en desacuerdo con la orden.
El día 12 de noviembre Into vuelve a Cochabamba para instalar el campamento guerrillero en Ñancahuazú y el 31 de diciembre recibe a Mario Monje, quien proponia a los miembros Comunistas abandonar la guerrilla. Peredo se opuso, junto a su hermano, Coco, y los otros cinco guerrilleros comunistas que le acompañaban. Monje desistió, pero como el PCB era la principal vía de apoyo al Ejército de Liberación Nacional, este quedaba ahora sin apoyo.
EL HOMENAJE DE VÍCTOR JARA
Entre la guerrilla Inti fue nombrado desde su llegada a Ñacahuazú como uno de los comisarios políticos del naciente Ejército de Liberación Nacional de Bolivia. Tras la derrota en el combate de el Yuro, el 8 de octubre de 1967, Inti se sobrepuso al dolor de la pérdida del Che, de su propio hermano y de demás compañeros, desempeñando un importante papel en la salida del pequeño grupo de combatientes de la zona insurgente. Con la cooperación de militantes del PCB, organizó la salida de los combatientes hasta el poblado de Sabaya, en el departamento de Oruro, cerca a la frontera con Chile, donde los esperaba Salvador Allende.
Inti regresa a Bolivia en mayo de 1969. Dos meses después su mensaje al pueblo -«Volvemos a la montaña»- conmocionó a la opinión pública del país y el gobierno desató una persecución brutal. Los cuerpos represivos del estado lo buscaban intensamente, por lo que se traslada secretamente de Cochabamba a La Paz. Al amanecer del día nueve de septiembre, 150 efectivos de la policía, alertados por algun delator, rodearon la casa donde se escondía. Por espacio de una hora Inti resistió el ataque hasta que una granada lanzada por una ventana le produjo graves heridas en una pierna y un brazo.
En la cárcel lo torturaron salvajemente. Cuentan que el sicario Tato Quintanilla le dio varios culatazos por la cabeza y como pasadas dos horas permanecía con vida sin delatar a nadie, decidieron que el doctor Hebert Miranda Pereira provocara su muerte mediante una inyección letal A las 22 horas de ese día el gobierno reveló a la prensa el cadáver del guerrillero con evidentes señales de tortura.
Recuerdo del «Inti» a través del mensaje un compañero boliviano
Guido Inti Peredo: Nació en Cochabamba el 30 de abril de 1937 y murió asesinado el 9 de septiembre de 1969 en la ciudad de La Paz.
Comisario político en la guerrilla de Ñancahuazú (1967) y Comandante del Ejército de Liberación Nacional ELN de Bolivia fundada por Ernesto Che Guevara.
El legado que Inti nos dejó en la historia de la lucha del pueblo es:
Firmeza Ideológica
Valor
Entereza
Consecuencia
Honestidad
Como el Che…
HONOR Y MEMORIA
HLVS
Lo mataron pero no se rindió
La boliviana Anna Elena Recacoechea, compañera de luchas y madre de su primer hijo, narra cómo lo capturaron, torturaron y asesinaron en la capital de su país natal.
‘El Inti que yo conocí fue uno de los hombres más revolucionarios y más grandes que ha tenido la historia de Bolivia’. Así comienza el testimonio de Anna Elena Harvey de Recacoechea, en su casa del reparto capitalino de Bahía, en La Habana del Este, donde radica el Comité de Defensa de la Revolución que lleva el nombre del mítico guerrillero.
‘Inti murió cuando estaba preparando la segunda guerrilla en las selvas de mi tierra boliviana. Yo fui una de sus
compañeras de lucha en el seno del Partido, y lo recuerdo con la misma claridad que cuando compartíamos una reunión, cumplíamos una tarea partidista, y sobre todo el amor que sentía por su hijo Peter Inti.
El se entregó en cuerpo y alma a organizar un nuevo frente guerrillero, tal como había prometido, luego de la dolorosa muerte del Che. Claro, lo hizo en la más absoluta clandestinidad y eran muy pocos los que sabían dónde estaba cuando lo fueron a buscar’.
II
Dice Anna que le dieron un cuartico pequeño, en la parte de afuera de la edificación donde se encontraba, exactamente en el número 584 de la calle Santa Cruz, entre Isaac Tamayo y Max Paredes, en La Paz.
‘Su muerte fue el resultado de una infame delación en la que no fue uno solo el delator. Lo he pensado siempre y ahora insisto en eso, porque cuando dieron con el sitio exacto donde se refugiaba, estaba solo, como para que nadie más peligrara en ese combate a muerte que sostuvo. Para mí, uno de los traidores estuvo en esa casa donde Inti creyó que estaba seguro.
‘Si, la prensa reaccionaria publicó que fueron solo 12 ó 13 automóviles los utilizados por la Policía y el Ejército que rodearon la casa donde Inti se protegía, pero en verdad los cuerpos represivos llevaron al lugar varios camiones repletos de militares armados hasta los dientes: 150 fieras contra un hombre, 150 contra uno solo’.
Cuenta Anna que Inti se batió a tiros contra esa fuerza superior en número y armas: ‘Resistió el ataque durante una hora y solo pudieron capturarlo vivo, porque su pistola Browning se le quedó sin balas, su fusil M‑1 se le encasquilló, y la granada que él se proponía guardar para volar junto a sus captores antes de caer en poder del enemigo, alguno de los traidores se la llevó de la casa sin que él se percatara del hecho. Siempre he estado convencida de eso, porque él dijo que así actuaría en tal caso, pero lo sorprendieron sin que él pudiera darse cuenta de ese detalle de la traición.
‘Ello explica porqué cayó en manos de los verdugos, encabezados por el sanguinario Roberto Toto Quintanilla, quien personalmente lo torturó en forma criminal. Yo me sé de memoria este triste y doloroso episodio del 9 de septiembre de 1969, hace 35 años, no solo porque Inti era una de las personalidades más valiosas de la historia de Bolivia, un revolucionario de altísimo calibre, sin duda la mano derecha del Che en la histórica guerrilla, sino también porque fue mi compañero del Partido, mi amigo, mi hermano, y el padre de mi único hijo, de Peter Inti. Le pusimos Peter por Tchaicovski e Inti por él.
‘Quiero insistir en que lo sacaron vivo, herido de bala, y que pudieron haberlo salvado, operándolo, pero no recibió alguna atención médica. Al contrario, lo llevaron enseguida para un campo de concentración de los que crearon cuando Hugo Banzer estuvo en el gobierno, de esos que ayudó a construir el nazi Klaus Barbie en La Paz, ubicado en Achocalla.
‘Salvajemente lo torturó Toto Quintanilla. El mismo que le mandó a cortar las manos al cadáver del Che. Lo golpeó de modo brutal y con un culatazo de su fusil le destrozó la columna cervical. Después lo presentaron a la prensa como muerto en combate, pero fueron claras las señales de las brutales torturas a que fue sometido, porque no habló ni una sola palabra. Querían saber, por supuesto, quiénes formaban parte del grupo que se alzaría de nuevo en las montañas.
III
‘Cuando murió Inti y se publicó la falsa noticia de que había caído en combate, nos reunimos la familia y los compañeros del Partido. Estaba allí mi niño, que tenía entonces cinco años. Después no hubo sepelio, ni entierro masivo, ni nada. Tuvieron miedo al pueblo, como siempre les ocurre a las tiranías.
‘Se hicieron muchas gestiones, pero todo resultó inútil. Varios días después nos avisaron para que acudiéramos a la iglesia del cementerio. Solo permitieron que fuéramos cinco mujeres y dos hombres. En cuanto llegamos nos mostraron el ataúd y abrieron el cristal para que confirmáramos que era él. Para mí fue tremendo verlo muerto, aquel hombre que parecía no tener muerte. Allí estaba la esposa de un primo hermano de Inti que era como su hermano. Por parte del gobierno vi a Benavides, el Jefe de la Inteligencia. La familia se llevó el cadáver para la estancia Las Perlas, en El Beni, donde hoy se conservan sus restos. Recuerdo que murió a los 17 días de cumplirse el segundo aniversario de la muerte de su hermano Coco Peredo’.
Cuenta Anna que le llamó mucho la atención que Adolfo Siles Salinas, el presidente de Bolivia al morir Barrientos, comentó que Inti ‘era un rebelde con causa’.
‘Recuerdo que era alto de estatura, y tenía 32 años cuando fue asesinado. Tenía una personalidad muy sólida’.
‘Ingresé al Partido Comunista donde él también militaba. Partió a cumplir una misión al exterior y al regresar fue que lo conocí. Yo escuchaba hablar del camarada Inti, del camarada Inti, hasta que un día lo tuve frente a mí. Comenzamos a charlar. Era muy introvertido.
‘Nosotros hacíamos trabajos del Partido, pirueteábamos el periódico, hacíamos reuniones, pues estuvimos en la misma célula. Estoy hablando de finales de la década del 50, antes de que él iniciara los preparativos para la guerrilla del Che.
‘Yo no sabía dónde estaba. Me enteré por una noticia de Radio FIDES, de La Paz, una emisora religiosa, donde se anunció su muerte. Eso fue en junio de 1967. Se pidió que sus familiares acudieran a la Policía para recoger algunas de sus pertenencias. Entonces me llamaron los compañeros del Partido y me dijeron que no creyera tal falsedad.
‘Esa noticia era una trampa. También era falso que había muerto. El presidente Barrientos, en un sucio simulacro, condecoró al supuesto matador del guerrillero.
Escrito por el Che, el Comunicado No. 4 del ELNB, dio un rotundo mentís a lo anunciado: ‘Inti Peredo, efectivamente, es miembro de la Jefatura de nuestro ejército, donde ocupa el cargo de Comisario Político y bajo su mando estuvieron recientes acciones. Goza de buena salud y no ha sido tocado por las balas enemigas; el infundio de su muerte es el ejemplo palpable de las mentiras absurdas que riega el ejército en su impotencia para luchar contra nuestras fuerzas’.
IV
Ciertamente Inti llega a convertirse para unos en consigna, para otros en leyenda, y para el imperialismo norteamericano en una pesadilla. Tan es así que en un afiche que el ejército y la CIA distribuyeron por todo el país, pedían por él una recompensa altísima.
Inti era hijo del escritor boliviano Rómulo Peredo. De acuerdo con su esposa, Selvira Leigue, le ponen al niño una porción del nombre de un personaje de su novela Aillo Inti, o familia del Sol. En quechua Inti significa Sol. Nació en Cochabamba, el 30 de abril de 1937 y de muy niño sus padres lo llevan para Trinidad, departamento de El Beni.
Se convierte en cuadro de la Juventud Comunista, llega a ser su secretario general en Trinidad, e integra en 1950 el grupo de jóvenes fundadores del Partido Comunista en El Beni. De simple militante, alcanza la membresía del Comité Central hasta su ruptura con la línea claudicante impuesta por Mario Monje, entonces máximo dirigente partidista.
Viaja a Chile a estudiar en la escuela de cuadros del Partido, y después a Moscú. En 1963 presta valiosa ayuda en la organización y apoyo logístico a la guerrilla de Salta, en Argentina, encabezada por el periodista Jorge Ricardo Masetti y colabora con los revolucionarios peruanos.
En marzo de 1966, José María Martínez Tamayo (Ricardo), contacta con Inti para iniciar los preparativos del frente guerrillero en Bolivia. Ya en mayo elabora un informe para un Congreso del Partido donde plantea la necesidad de la lucha armada.
Se decide su viaje a Cuba y el 25 de julio de aquel año viaja a la Isla con nueve militantes. En octubre reciben la orden del citado dirigente del Partido de regresar a Bolivia, lo que cumplen solo por disciplina.
Llega a Cochabamba el 12 de noviembre y 15 días después se une en la selva a la guerrilla del Che. Cuando el 31 de diciembre Monje, en Ñacahuazu los conmina a dejar la lucha, encuentra en Inti y los demás la negativa a esa actitud traidora.
‘Yo escuché por casualidad la noticia verdadera de su muerte, cuando estaba estudiando en la Escuela Normal para Maestros, donde era secretaria comercial.
‘Inti, tras el asesinato del Che en la escuelita de La Higuera, fue uno de los pocos que logró salir del laberinto de la jungla, al asfalto de la ciudad y se convirtió en el reorganizador del ELNB.
‘Los guerrilleros que pudieron burlar el cerco, hicieron un juramento: continuar la lucha. Logran salir, después de un montón de peripecias y por gestiones clandestinas de Inti, llegan hasta el lugar de la frontera con Chile donde los recibe el entonces senador chileno Salvador Allende.
‘Inti después se va a Oruro, más tarde a La Paz, y posteriormente a Cochabamba, todo en el más absoluto secreto. Preparó la segunda guerrilla y decidió marchar a Cuba. Al regreso lanza su Manifiesto en el que dice: Volveremos a las montañas, en el que anuncia el reinicio de la lucha’.
‘Ese llamamiento hizo que el gobierno arreciara su búsqueda y desatara una fuerte ofensiva para capturarlo, pero como volvió de Cuba más grueso, con otro aspecto ?’pues él era más bien delgado?’, no lo reconocían fácilmente. La traición fue lo único que lo puso en manos del enemigo, porque él actuaba como un artista del clandestinaje.
‘Ya no puedo precisar exactamente la última vez que lo vi ni tampoco el lugar, pero no he podido olvidar su valor y su entereza. A 35 años de su muerte heroica, solo me tranquiliza pensar que fue un hombre del Che, que no traicionó nunca a su jefe ni a su pueblo, y que cada vez que se diga Inti, como en quechua significa Sol, me parecerá que se dirá: el Sol sigue alumbrando la lucha’.